Alertan de una plaga de insectos que podría afectar a “más del 20%” de la flor del olivo en la provincia
La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) de Córdoba ha alertado a los olivareros cordobeses de la incidencia de una “importante plaga” de insectos, concretamente de prays, que “podría estar afectando a más del 20% de la flor del olivo” en la provincia.
Según ha indicado COAG en una nota, la Red de Alerta e Información Fitosanitaria de Andalucía (RAIF) ha detectado una cantidad “nunca vista antes” de prays, que podría ocasionar “pérdidas en la próxima cosecha”, resaltando que, “a diferencia de Jaén, en el olivar cordobés el daño no está alcanzando al 50% de la flor del olivo”.
El Prays oleae es un insecto que afecta al olivo prácticamente durante todo su ciclo vegetativo y causa numerosas pérdidas si no se le realiza un control adecuado. Tiene tres generaciones: la primera, que daña a las hojas y yemas, desde octubre hasta abril; mientras que la segunda generación vive en las flores, entre mayo y junio, devorando las partes sexuales de la flor. Precisamente, en esta generación, cuando hay entre un 20 y un 40% de flores abiertas, “es el momento óptimo para realizar un tratamiento contra la misma”.
La tercera generación es la que ataca directamente al fruto recién cuajado. Los huevos son puestos en el cáliz del fruto, y la larva cuando aviva se introduce inmediatamente en el fruto, lo que provoca una caída de la aceituna, una primera en junio, que puede ser incluso beneficiosa para el árbol cuando hay mucha aceituna, y otras en septiembre, “la más perjudicial y que afecta a la cosecha”.
Tal y como ha expresado COAG, el problema es que este año, debido a la climatología, “no ha habido un momento óptimo para aplicar tratamientos contra el prays, porque cuando estaba la floración entre un 20 y un 40% hubo lluvias y después se produjo una explosión floral del árbol”.
En las inspecciones en el campo se ha detectado “una gran cantidad” de 'prays' adultos “como nunca se había visto”, por tanto “si no se les realiza un tratamiento pueden ocasionar una pérdida de cosecha provocando la caída de aceituna en el mes de septiembre”.
Aunque las temperaturas están siendo altas, “no son suficientes para los huevos se sequen, ya que esto ocurre solo a partir de los 35 grados, y no es el caso”, ha afirmado COAG, que ha subrayado que “de ahí que se aconseje consultar con los técnicos para que asesoren sobre el tratamiento más adecuado a aplicar”.
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