Los acusados del crimen de Fray Albino niegan que matasen a la mujer
En la primera sesión del juicio, los dos imputados, que se enfrentan a 20 y 25 años de cárcel por asesinato, se han cruzado sospechas mutuas
Los dos acusados de asesinar a una mujer a palos en el barrio de Fran Albino han negado los hechos que se les imputa. No obstante, en la primera vista del juicio, que se ha celebrado este lunes en la Audiencia de Córdoba, se han cruzado sospechas mutuas. Los dos acusados son un hombre, M. B. E. y una mujer, A. H. P. Los dos habían acordado por separado con la víctima el arrendamiento de su casa. El 19 de marzo de 2014, señala el fiscal, ambos acusados se pusieron de acuerdo para sujetar a la víctima, que estaba enferma, y matarla de 16 golpes con un objeto que no se ha precisado. El móvil del crimen serían algunas deudas contraídas con la casera.
A. H. P. ha sido la primera en declarar. A lo largo de varios interrogatorios muy confusos a cargo del fiscal, las dos acusaciones particulares y la defensa, la mujer ha declarado que en realidad ella también es “una víctima” del otro acusado ante el que llegó a interponer una denuncia por malos tratos. La acusada ha ofrecido un enrevesado relato lleno de lagunas y saltos en el tiempo. “No me acuerdo bien de los días ni de las fechas porque consumo drogas desde los 20 años, tengo voces en la cabeza y creo que me hablan por telepatía. Por eso estoy en tratamiento psiquiátrico”, ha señalado.
No obstante, ha insistido en que ella no coincidió nunca en la vivienda con el otro acusado ni la fallecida al mismo tiempo. En cambio, si ha subrayado distintos indicios que inculparían a su compañero de banquillo. “Cuando le preguntaba dónde estaba [la víctima] me decía que se había ido de viaje”. En otra ocasión, afirma que vio al acusado limpiando sangre del salón de la casa, con la mano herida. “Me dijo que la herida fue por una pelea y supuse que la sangre también”, ha recordado. Por último, la mujer afirma que el hombre también le sacó “un edredón lleno de sangre del único cuarto de la casa y me dijo que allí había un muerto”.
La acusada afirma que nunca supo lo que había ocurrido en la vivienda. Pero cuando la Policía la detuvo, el 22 de marzo, encontraron en su bolso toda la documentación de la fallecida. “Me la dio [el otro acusado] para que se la devolviese a su tía [de la víctima] porque decía que se había ido de viaje. Lo que pasa es que la metí en el bolso y ya lo olvidé allí”, ha justificado. En todo caso, ha desvinculado la deuda que reconoció tener (entre 50 y 100 euros) con ninguna desavenencia.
Por su parte, el otro acusado, sí ha dicho que aquellos días, la relación de la víctima y la otra acusada “no fue buena”. Sostiene que, aunque apenas llevaba unos días en el piso -que arrendó el 11 de marzo- “pude ver que no se llevaban bien por temas de dinero”. El mismo acusado, afirma que no tenía ningún problema con la fallecida. “Yo tenía buena relación con ella, le agradezco que me recogiera”, ha señalado.
Por lo demás, ha negado todas las acusaciones e insinuaciones que ha realizado contra él la otra imputada. “Yo nunca le dije que hubiese un muerto en la habitación ni le di ningún edredón manchado de sangre porque nunca entré en la habitación todos los días que estuve”, ha insistido. También ha negado que le diese la documentación de la casera a la otra acusada. En cuanto a la mano herida que la acusada dice haberle visto, el hombre señala que fue “por recoger cobre”. Pero ha negado que nunca recogiese sangre del salón.
0