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Los Reyes Magos de Oriente, ¿o lo fueron de Persia? ¿de Babilonia? ¿o, contrariamente, de Andalucía?

MADERO CUBERO

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¿Quiénes son los Reyes Magos de Oriente o simplemente Reyes Magos? Dicen que fueron tres, Melchor, Gaspar y Baltasar, y que fueron a rendir pleitesía y sus regalos, oro, incienso y mirra, Jesús de Nazaret, tras su nacimiento en Belén. Sin embrago, en Los Evangelios solamente se recoge “que eran magos”, así a secas, por parte de San Mateo (en los evangelios canónicos que conforman el Nuevo Testamento de la Biblia), aunque sin detallar sus nombres, ni su categoría social, política o mercantil, correspondiendo estos añadidos quizá a los regalos ofrecidos y, por supuesto, a creencias añadidas con el transcurrir de los años, lo que ha mantenido la tradición popular como festejo posterior a la Epifanía, generalmente por hispanoparlantes con creencia católica. Pero… ¿existieron en realidad? ¿Le ofrecieron ciertamente estos regalos? ¿Fueron a Belén desde Oriente? ¿Eran y no reyes?

Según estudios recabados en distintos estamentos religiosos e históricos sobre el particular, la palabra proviene del elamita ma-ku-ish-ti, además del persa ma-gu-shu posteriormente, para llegar al griego μαγός, y de aquí al latín magi, llegando con el tiempo al español como . Y parece ser que, en su origen, eran miembros de la casta sacerdotal medo-persa por la época aqueménide durante el reinado de Darío Medo, allá entre el 486 y el 521 antes de la era cristiana, aunque mantuvieron el estatus de magos hasta muchos años después del nacimiento de Jesús en Belén, de donde arranca la era cristiana y nuestro calendario hasta la actualidad.

Pero estos magos eran, aparecer, practicantes de magia, lo que San Mateo amonesta severamente en el Antiguo y Nuevo Testamento, lo que da la impresión de no ser admitidos como adoradores del Jesús niño, a pesar de que el término magós no era utilizado únicamente a los hechiceros, sino a hombres sabios, incluso hombres de ciencia con conocimientos de las Escrituras Sagradas (Mateo 2:5-6), siendo probable que estos magos pertenecieran a la religión zoroastra, aunque Mateo no deja entrever que fueran astrólogos, como se ha afirmado en diferentes ocasiones.

Por otra parte, resalto y recuerdo que en el Nuevo testamento de la Biblia (en el evangelio de San Mateo) se detalla –como añadido- que “fueron unos magos que buscaban al rey de judíos nacido en Belén (Jerusalén), todo después de seguir a una supuesta estrella y para ofrecerle oro, incienso y mirra, siempre acompañados de tres legiones de soldados, una de ellas a Persia, otra a Babilonia y otra a Asia, correspondiendo cada una de ellas a su ”. Sin embargo, las tradiciones de años posteriores interpretaron que eran provenientes de Europa, Asía y de África.

Contrariamente, el papa Benedicto XVI cambia la procedencia de los e interpreta e impone en el último libro que escribió (quizá por estar iluminado por el dios católico) "que los Reyes Magos, probablemente, no procedían de tal sitio, sino de Tartessos", lugar este que todos los historiadores sitúan entre Huelva, Cádiz y Sevilla. Y así detalla literalmente en su libro: "La tradición de la Iglesia (católica) ha leído con toda naturalidad el relato de la Navidad sobre el trasfondo de Isaías 1,3, y de este modo llegaron al pesebre el buey y el asno, así también ha leído la historia de los Magos a la luz del Salmo 72,10 e Isaías 60. Y, de esta manera, los hombres sabios de Oriente se han convertido en reyes, y con ellos han entrado en el pesebre los camellos y los dromedarios. Por tanto la promesa contenida en estos textos extiende la proveniencia de estos hombres hasta el extremo Occidente (TarsisTartessos en España), pero la tradición ha desarrollado ulteriormente este anuncio de la universalidad de los reinos de aquellos soberanos, interpretándolos como reyes de los tres continentes entonces conocidos: África, Asia y Europa". 

Esta cuestión quedó rectificada posteriormente por J. Antonio Martínez Serrano, secretario de la Conferencia Episcopal, alegando “que en ningún momento el santo padre no quiere decir que los Reyes magos fueran andaluces, pues al ser buscadores de la verdad de Dios de todos los tiempos y de todos los lugares, incluía, por tanto, a todos los lugares del mundo hasta entonces conocidos y cuyo límite occidental era Tartessos, en la península ibérica, refiriéndose Benedicto XVI a que este límite geográfico era el que tenía el mundo en el siglo I antes de Cristo”.

Con respecto a los nombres de los reyes (Melchor, Gaspar y Baltasar) las primeras referencias parecen remontarse al siglo V a través de dos textos, el primero titulado Excerpta latina bárbari, en el que son llamados Melichior, Gathaspa y Bithisare, mientras que en otro evangelio apócrifo, el Evangelio armenio de la infancia, donde se les llama Balthazar, Melkon y Gaspard, siendo los nombres, además, de diferentes países, según la tradición siriaca.

Sea como fuere, y esta es la cuestión de mis comentarios, los mareados Reyes Magos, por tradiciones de algunos países, forman parte del pesebre junto a José, el niño Jesús y María, lo que tenemos que preservar para diferenciarnos, como tradición netamente española, de Santa Claus o de Papá Noel. ¿O no? Porque, desde el punto de vista de la fe, vete a saber a quién hacerle caso con tal de premiar a nuestros hijos y nietos –amén de entre los mayores que nos apreciamos- en estas entrañables fiestas que ya tocan a su fin el día de los Reyes Magos. Y ¡¡bienvenidos sean todos los años unos y otros durante muchos, preferentemente nuestros Reyes Magos. Y si es con salud mejor y prioritariamente, aunque si me traen carbón… ¡¡aleluya!! Y que sea mucho. Así me evito de comprar gasóleo en este invierno.

Y hablando de regalos: ¿Ya sabéis los que os he guardado para vosotras/os para este año?

¡¡Pues son muchos y buenos !! (Ver mi artículo anterior). Solamente tenéis que entrar en el Facebook de Cordópolis y participar gratuitamente. Todos los meses, hasta diciembre de este año 2.016, se sortean dos regalos estupendos entre los lectores de mis artículos semanales: planchas de pelo, tratamientos faciales (de vino terapia) y capilares, secadores de mano y unas colecciones de mis libros de Tony-Trucos, los que ofrecí, como presentador y guionista en mi espacio televisivo, durante más de doce años consecutivos en TVE-1.

Todo para desearos, de verdad, un sincero 2.016, ahora y a lo largo de todo el año. Y con mucha salud, como para mí deseo.

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