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La celebración de Don Giovanni

Redacción Cordópolis

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Era su primer gol con el Genoa. Davide Nicola era defensa. No estaba acostumbrado a participar en las orgías ni el celebraciones que se montan cuando una pelota besa una red. Y el partido era importante. Su equipo, el Decano del Calcio, se jugaba -28 de abril de 2000- el ascenso a Serie A contra el Atalanta.

El partido estaba siendo tenso y duro. Con 0-0 y en el minuto 28 Nicola recibió un buen pase dentro del área y , tirándose al suelo, consiguió rematar con su diestra ante la salida del portero del Atalanta Fontana. Júbilo en las gradas del Luigi Ferraris, uno de los recintos más calientes de Italia. Fontana se vuelve loco. Busca con quien celebrarlo. No quiere a sus compañeros. No mira al banquillo tampoco. El bueno de Davide se marcha a un lateral del campo, hacia el lugar donde se ubican cinco policías encargados de velar por la seguridad en el campo, lanzándose hacia uno de ellos. A la sazón, una bionda despampanante según las crónicas (incluso uniformada) a la que empieza a abrazar y besar con la pasión de un Casanova, de un sátiro embrutecido o de... un ex primer ministro latino cualquiera.

Nicola se sintió grande, héroe, indestructible. Lástima que se olvidara de tres factores. El primero, que estaba casado. El segundo, que la poliziotta también estaba comprometida. El tercero, que el encuentro estaba siendo retransmitido a través de Telepiú para todo el país y que el regidor de turno repitió hasta en diez ocasiones la escena por insólita.

“Era una amiga que me había dicho antes del partido que yo iba a marcar y por eso quise celebrarlo con ella. Nada extraño. Estoy casado, tengo dos hijos y me va la cosa bien”, declaró después. No coló. Ni la mujer de Fontana ni el novio de la besada (tifoso genoano y que veía la escena atónito desde la grada) se tomaron la broma por esos berenjenales. De hecho, el jugador después se tuvo que justificar ante su señora diciendo que confundió a la rubia con una tal Betty, igualmente rubia, que era amiga de la familia. “Cuando me di cuenta de que no era ella, la frittata estaba hecha” (entiéndase por frittata el lío en castellano). Al parecer Betty y la policía -Antonella se llamaba- sólo se parecían en en el color del pelo.

Un último dato para la esperanza de los donjuanes peloteros: aquella tarde Nicola no vio la tarjeta amarilla.

P.S: dos enlaces en italiano en los que se testimonia la historia.

http://ricerca.repubblica.it/repubblica/archivio/repubblica/2000/04/30/nicola-il-gol-al-bacio-la-poliziotta.html

http://archiviostorico.corriere.it/2000/aprile/29/esultanza_Nicola_aveva_detto_segnerai_co_0_0004291947.shtml

He tratado de buscar el momento de la celebración en youtube, pero no he dado con él. El resumen del partido de marras está aquí.

http://www.youtube.com/watch?v=edRBMXElhbM

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