O al menos, tal y como los conocemos.
No lo digo yo, lo dice MAFO (Miguel Ángel Fernández Ordóñez) otrora gobernador del Banco de España, secretario de estado de Hacienda entre otros muchos super cargos del Olimpo de los Dioses economistas.
Desde su retiro, y con cierto regusto a revanchita redentora, da buena cuenta de lo que son los bancos y hacia dónde deberían moverse, en su libro; Adiós a los bancos, Que acabo de terminar de leerme. No lo voy a destripar pero sí haremos una revisión somera de lo que cuenta, que no tiene desperdicio, y mucho menos viniendo de quien viene. Vamos a ello.
Todos los bancos son entidades públicas de facto debido a la híper regulación a la que están sometidos y a las veces que necesitan que el estado les enchufe dinero público para evitar la bancarrota. Algunas veces esto es público, como los famosos rescates de Bankia y cía, pero la mayoría de las veces son préstamos de liquidez y esto pasa habitualmente. Simplemente el estado no deja que quiebren los bancos para que la gente no pierda sus depósitos, que es lo que usan los bancos para hacer su negocio.
El negocio lo hacen los bancos comerciales prestando dinero que crean “artificialmente” del dinero que la gente deposita. El dinero lo crean aplicando el sistema de reserva fraccionaria que les permite prestar unas 10 veces lo que le depositan. Este dinero creado por bancos privados de la nada es lo que MAFO llama, dinero frágil. Muy difícil de controlar y cuando se descontrola, es el origen de las quiebras de estos bancos, o si la cosa se pone más fea, crisis financieras generalizadas, que tienen que pagar los estados y por ende sus ciudadanos.
Estas crisis financieras provocadas por el dinero frágil que emiten los bancos, son cada vez más frecuentes y dañinas. No solo se llevan por delante a gran parte de la economía, que por otro lado han ayudado a generar con este dinero artificial, sino que después hay que rescatar al propio banco con dinero de aquellos que están sufriendo la crisis. Y vuelta a empezar, el banco empieza a hacer cosas de banco y otra vez camino a la bancarrota.
Por otro lado está el dinero fuerte. El emitido por el Banco Central Europeo. El que tiene un control de emisión y es físico ( billetes ). Que se presta a los bancos para solidificar liquidez y permite crear más dinero para prestar a personas y empresas a un tipo de interés.
La guinda la pone la forma que tiene el dinero de entrar en circulación. No tiene sentido que todo el dinero que se inyecte en el sistema lo haga en forma de deuda. Una deuda siempre va con un interés y se tiene que devolver más de lo que se ha prestado. Si esto es así, siempre se debe más dinero del que existe, y eso se traduce en que siempre va a haber personas y empresas (incluidos bancos ) que no pueden pagar y van a ir a la quiebra o al desahucio.
Como decimos los informáticos. Aquí hay un fallo de sistema.
Un dinero digital seguro
¿Sería posible que el Banco Central Europeo (BCE), el que tiene la máquina de imprimir billetes de euro que puede poner en circulación, emitiera dinero digital seguro y respaldado?
No se necesitaría que los bancos comerciales tuviesen que crear dinero artificial por el sistema de reserva fraccionaria y el BCE podría emitir todo el dinero en circulación.
¿Sería posible que los ciudadanos y empresas pudiesen abrirse cuentas en el BCE y recibir ahí directamente su dinero y préstamos? Dinero seguro y respaldado por una entidad pública, la que de verdad crea y destruye el dinero.
¿Sería posible que cuando el BCE, debido a una crisis financiera, por COVID o por lo que sea, quisiera inyectar dinero en la economía para recuperarla no tuviese que hacerlo mediante el endeudamiento de los que quieres recuperar?
Pues sorprendentemente parece que a eso estamos. No se si soléis entrar mucho a la página del BCE, pero últimamente hay un concepto que los tiene locos. Incluso he empujado al bueno de MAFO a escribir el libro de sorprendente título que nos ocupa, porque parece que se han dado cuenta que, ahora es técnicamente posible.
Eureka, hemos encontrado oro. Oro digital.
Al hermano bueno y estable del Bitcoin y emitido por bancos centrales se le llama; Central Bank Digital Currency. Abreviado como CBDC, Divisa Digital del Banco Central en español. En Europa y el BCE, el euro digital para entendernos. Cada banco central del mundo está ya trabajando en el suyo y sí, está basado en tecnología distribuida blockchain, aunque está destinado ser una divisa, más que un bien de inversión especulativo que es en lo que se ha convertido el Bitcoin porque nadie contó con billonarios excéntricos comprando Bitcoins a mansalva.
Satoshi hablaba en su paper “Bitcoin, a peer to peer electronic cash system” de cepillarse a las “instituciones financieras” con su dinero digital de “persona a persona”. Lo que buscaba era una divisa, algo con lo que pagar (cash), pero esto sin la figura de una entidad que controle su emisión y estabilidad se ha demostrado inviable. Controlar la estabilidad de una divisa es fundamentalmente la función de los bancos centrales, a los que se les llama bancos pero no son bancos en realidad, son instituciones públicas que tienen un cometido de control y arbitraje de una moneda/divisa para una zona específica.
El euro digital parece que ya es imparable y ahora se discute sobre opciones de implementación, de las cuales, una de las más espinosas es qué papel se quiere que jueguen los bancos comerciales en este nuevo escenario. Porque falta lo que es falta, ya no hacen.
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