Alfonso Alba es periodista. Uno de los cuatro impulsores de Cordópolis, lleva toda su vida profesional de redacción en redacción, y de 'fregado en fregado'. Es colaborador habitual en radios y televisiones, aunque lo que siempre le gustó fue escribir.
El zuncho y el listón
Estos días se suceden en Twitter los entrecomillados con citas a filósofos de los rivales políticos de Isabel Ambrosio. Curiosamente, todos son de su propio partido, el PSOE. Apenas unos minutos después de leer las publicaciones casi de madrugada que han ido difundiendo los compañeros de ABC Córdoba, primero, estos rivales políticos, que compartieron Corporación, grupo municipal y muchas discusiones, lanzan una especie de mensajes subliminales claramente dirigidos a la que fue alcaldesa de Córdoba. “Si no es correcto, no lo hagas. Si no es verdad, no lo digas (Marco Aurelio)”, escribía crípticamente Antonio Rojas, exconcejal del PSOE y expresidente del Imdeco.
Mi frase favorita de Giulio Andreotti (si no han visto Il Divo ya están tardando) es la que se refiere a los tres tipos de enemigos que hay en la vida: “Los enemigos a secas, los enemigos a muerte y los compañeros de partido”.
Desde el año 2014, cuando irrumpieron los nuevos partidos en la política, y más después del 11M, el listón que se exige a nuestros representantes está muy alto. Y me parece bien. Obviamente, no es lo mismo meter la mano en la caja, contratar a tus amigos (o compañeros de partido) o tomar decisiones contra alguna persona por un mero interés particular, que ampliar una parcela. Pero ese elevado listón, cimentado en esta ocasión bajo un zuncho de obra, hace difícilmente explicable lo que ha ocurrido con esta especie de parcelagate.
Estoy muy de acuerdo, desde la distancia, con Rafael Díaz Vieito, que en el propio ABC pedía este sábado un poco de prudencia. Isabel Ambrosio es inocente hasta que no se demuestre lo contrario. Como aquel disco de Siniestro Total, “ante todo, mucha calma”.
Pero algo huele mal en Dinamarca. No me quiero ni imaginar lo que estará pensando el típico cordobés que durante el mandato de Ambrosio o su etapa al frente de la Delegación del Gobierno de la Junta recibió una carta con su firma en la que le comunicaba que había ampliado su parcela sin licencia, que se había colado en el dominio público con un zuncho o que tenía que demoler lo que había construido sin permiso.
No hay que olvidar que en el fondo todo esto es producto de la ciudad en la que vivimos, en la que miles de cordobeses (sí, miles) han hecho alguna vez lo que presuntamente ha llevado a cabo ahora la que fue su alcaldesa. ¿Y eso está bien? Desde luego que no.
Vienen curvas y si alguien piensa que va a escampar tras la tormenta se equivoca. En la vida, y en la política, hay que saber llegar a los sitios. Pero también cuándo hay que marcharse.
Sobre este blog
Alfonso Alba es periodista. Uno de los cuatro impulsores de Cordópolis, lleva toda su vida profesional de redacción en redacción, y de 'fregado en fregado'. Es colaborador habitual en radios y televisiones, aunque lo que siempre le gustó fue escribir.
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