Alfonso Alba es periodista. Uno de los cuatro impulsores de Cordópolis, lleva toda su vida profesional de redacción en redacción, y de 'fregado en fregado'. Es colaborador habitual en radios y televisiones, aunque lo que siempre le gustó fue escribir.
Pepe Larios, el activista incombustible
Ha muerto Pepe Larios, uno de esos cordobeses que han marcado tendencia política fuera de la provincia y que, como Julio Anguita, vivió como pensó, predicando con el ejemplo. Pepe fue uno de esos activistas tan necesarios en una sociedad sana, una especie de voz de la conciencia siempre presente, crítica, reflexiva y a la vez combativa. Incansable e incombustible, Pepe Larios podría pasar horas sentado en un banco del parque de Orive detallando cómo la humanidad lleva siglos cargándose el planeta, cómo se estaban extinguiendo las especies, cómo se alteraban los ecosistemas y qué había que hacer para frenar el cambio climático.
Creo que la primera vez que escuché “cambio climático” fue en una intervención de Pepe Larios, omnipresente en el activismo social cordobés durante décadas, en un acto de Los Verdes, una formación política que, no sé, quizás llegó demasiado pronto. O demasiado tarde, según como se mire.
Pepe estaba ya jubilado y disfrutaba de la vida colgándose la cámara de fotos y perdiéndose en los Sotos de la Albolafia, el sitio de su recreo. Allí fotografió a decenas de especies diferentes que conviven con nosotros, en un paraíso medioambiental en pleno casco histórico de Córdoba, una zona que también está considerada como Patrimonio Mundial por la Unesco pero a la que le echamos pocas cuentas. Pepe no. A veces no necesitaba ni bajar al río. No era difícil encontrártelo en el mismo Puente Romano, capturando unas fotos de naturaleza que ya quisieran algunos ambientólogos.
Córdoba pierde con Pepe Larios a otro activista más, a otra de esas personas que hacen ciudad y provincia, a la que escuchar en sus críticas, un adelantado a su época, que ya avisó hace décadas que la ciudad necesitaba sombras vegetales ante el calentamiento global y ante unos veranos cada vez más temibles. Que se opuso a la energía nuclear y al cementerio de El Cabril, que habló de renovables cuando nadie sabía de qué iba la vaina, que planteó la agricultura ecológica (de la que Córdoba es referente nacional) cuando se seguían quemando rastrojos y que entendió que para cambiar las cosas había que dar un paso al frente y entrar en política, con todos sus problemas, sus disgustos y sus contradicciones.
Su muerte, como la del propio Anguita o la del añorado Manuel Harazem e incluso del periodista Alberto Almansa, nos deja huérfanos de esa masa crítica, esa gota malaya, ese martillo pilón que apela a nuestras conciencias, que nos ayuda a esforzarnos a ser mejores, a enfocar mejor los temas, a pensar y a debatir. Nada se añora más que escribir algo y pensar si será lo suficientemente digno como para que alguno de estos referentes no retuerza el gesto y te matice o añada, siempre con respecto, que te has confundido en un dato o que el enfoque no se ajusta a la realidad, aunque no les guste.
Pero más huérfana se queda una ciudad necesitada de estas voces, de gente que de repente coja el altavoz, que ejerza de oposición ciudadana a alcaldes y alcaldesas de todos los colores, y que con sus críticas nos ayude a ser mejores ciudadanos. Descanse en paz.
Nota:
Pepe Larios murió en la noche de este martes. Su familia y amigos atienden las condolencias en la Sala 1 del Tanatorio Municipal de la Fuensanta
Se atenderá a partir de las 10.00 en el tanatorio municipal Nuestra Señora de la Fuensanta, Sala 1.
El entierro será el jueves 12 a las 10:30 en la sala de ceremonias.
Sobre este blog
Alfonso Alba es periodista. Uno de los cuatro impulsores de Cordópolis, lleva toda su vida profesional de redacción en redacción, y de 'fregado en fregado'. Es colaborador habitual en radios y televisiones, aunque lo que siempre le gustó fue escribir.
2