Una media maratón que deja que desear

El pasado domingo 27 de noviembre, los cordobeses tuvimos la oportunidad de disfrutar del mayor evento deportivo popular del año en la provincia; la primera media maratón que se celebra desde 2019. Los que participamos en ella pudimos disfrutar de un ambiente espectacular, del apoyo del público durante gran parte del recorrido, del buen tiempo y de la buena organización por parte de los clubes que cuidaron de nosotros durante la carrera.

Y es que, todo aquello de la carrera que dependió de los de “abajo” fue inmejorable. No se puede decir lo mismo de la organización y promoción del evento desde los estamentos políticos de la ciudad.

Comenzando con la apertura de inscripciones solo dos meses y medio antes del evento, hay varios aspectos fácilmente mejorables: la ausencia total de patrocinadores, la inexistente feria del corredor o la falta de promoción a través de redes sociales. No hay más que pasearse por la página web del evento para verificar la ausencia total de empresas colaboradoras o intentar buscar la cuenta promocional de la media maratón en Instagram. Ni está ni se le espera.

Una carrera organizada con desidia, que no hace justicia ni a la histórica capital de provincia ni a la gran cantidad de aficionados por el running que entrenan cada día por sus calles, tal y como se comprobó durante la carrera. Una planificación deficiente solo salvada por el trabajo de los clubes y voluntarios a pie de calle.

Es necesario dejar a un lado este aparente complejo de inferioridad tan cordobés y que nuestros gobernantes apuesten decididamente por una media maratón a la altura de la ciudad y de su gente, solo así tendremos un evento de referencia en todo el país. Habrá que esperar al año que viene.