Como dios manda
Nuestra tradición será nuestro norte
Todo el mundo sabe que un ser superior creó a la mujer de la costilla de Adán. Se levantó una mañana temprano y dijo: “No es bueno que el hombre esté solo”. Pudo haber creado a la mujer de la misma arcilla que su congénere. Pero prefirió engendrarla de un trozo del macho para que quedara claro que se trataba de un ser inferior y supeditado. Luego los reasentó en el paraíso y les tendió la trampa del fruto prohibido y la serpiente. Fue la mujer (no lo olviden) la que mordió la dichosa manzana y organizó todo este monumental lío del pecado original, que aún hoy, tantísimos miles de años después, lastra nuestras vidas y nos mantiene acojonados.
Aquel ser superior creó a un hombre y a una mujer. Punto pelota. No se le ocurrió traer al mundo a maricones, ni a lesbianas, ni a transexuales, ni a transgéneros, ni a hermafroditas, ni a andróginos, ni a bisexuales, ni a seres no binarios, que nunca sabes si suben una escalera o la bajan. Toda esa barahúnda de sujetos fueron creados mucho después por la dictadura progre en claro desafío a la familia tradicional y el orden establecido.
De resultas, tenemos toda esta feria de chiringuitos subvencionados con dinero público que tanto daño hacen a la gente de bien y a las sagradas escrituras. Por eso, la primera medida que los constitucionalistas de toda la vida adoptaron en el Ayuntamiento de Valencia fue retirar la bandera arco iris y colocar la imagen de la Virgen de los Desamparados. Hay pocas metáforas que digan tanto en tan poco tiempo.
Es en esa lógica, por lo visto, donde se forjó el sábado pasado el acuerdo de gobierno para el Ayuntamiento de Lucena. Vox ofreció sus votos al señor alcalde a cambio de suprimir la Concejalía de Igualdad y restituir el orden natural de la costilla de Adán, la manzana prohibida y el pecado original. Como dios manda.
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