Ataque de transparencia
"Queridos compañeros/as y amigos/as"
(Manuela Gómez. Delegada de Cultura de la Junta)
Este sencillo encabezamiento resume una manera de entender el poder. Usted podrá decir que se trata de una simple fórmula de cortesía para dirigirse a un grupo de destinatarios. Y eso es cierto. Pero detrás hay una poderosa estructura clientelar que confunde las instituciones públicas con el salón de casa.
El encabezamiento forma parte de una cariñosa misiva que la delegada de Cultura envió a los funcionarios públicos de su departamento tres días después del 22M. La señora Gómez estaba sumamente feliz. Su partido había ganado los comicios y quería agradecer a los empleados de la Delegación de Cultura su entrega profesional en el desempeño de su cargo, un hecho fundamental, vino a decir, en la consecución de esta nueva victoria sin paliativos.
La carta apenas ocupa tres párrafos. No era necesario más. En ella, se evidencia que la señora Gómez no distingue entre función pública e intereses de partido. Si la hubiera enviado a cualquiera de las agrupaciones locales de su formación política hubiera pasado por una circular rutinaria entre camaradas. Pero el correo electrónico iba dirigido a empleados públicos con membrete de la Junta de Andalucía. Y todo el mundo sabe que los empleados públicos trabajan cada día para atender las necesidades ciudadanas y no para que gane las elecciones el partido en el poder.
La confusión de la señora Gómez no es un hecho aislado ni privativo del Gobierno que la ha colocado en el lugar que ocupa. Es una patología del poder que lo mismo se manifiesta aquí que en Zamora. Lo verdaderamente peculiar es que una confesión tan grosera se haga en papel timbrado y membrete oficial. Por ahí, agradecemos sinceramente su ataque de transparencia.
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