Investigan en Adamuz a un hombre por furtivismo y agredir a un agente tras ser sorprendido con trampas ilegales

La colaboración entre los Agentes de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía y el Seprona de la Guardia Civil de Montoro ha permitido identificar e investigar a un individuo como presunto autor de un delito contra la fauna silvestre y otro de atentado contra agente de la autoridad, tras ser sorprendido en plena actividad furtiva en un paraje del término municipal de Adamuz, en la comarca del Alto Guadalquivir cordobés.

Los hechos se produjeron durante una ronda de vigilancia ambiental rutinaria llevada a cabo por los Agentes de Medio Ambiente. En una zona boscosa de difícil acceso, los agentes localizaron varios dispositivos de caza prohibidos conocidos como “costillas”, trampas no selectivas cuya utilización está expresamente vetada tanto por la legislación andaluza como por la normativa estatal, debido a su carácter masivo e indiscriminado.

En el lugar de los hechos se hallaron aves fringílidas capturadas, algunas de las cuales podrían pertenecer a especies protegidas por su valor ecológico y su vulnerabilidad. La utilización de estos métodos está tipificada como delito en la Ley 42/2007 del Patrimonio Natural y la Biodiversidad, así como en la Ley 8/2003 de Flora y Fauna Silvestres de Andalucía.

Agresión a los agentes: un delito añadido

Al ser sorprendido in fraganti por los agentes en el momento de comprobar la trampa, el presunto autor de los hechos reaccionó de forma violenta y agredió a uno de los funcionarios, lo que conllevó su inmediata identificación e investigación no solo por delitos ambientales, sino también por atentado contra agente de la autoridad.

Los hechos fueron puestos de inmediato en conocimiento de la Patrulla del SEPRONA de Montoro, que ha asumido la instrucción de las diligencias en coordinación con los servicios jurídicos y técnicos de la Junta de Andalucía.

Desde la Guardia Civil y la Consejería de Sostenibilidad se ha destacado la importancia de esta intervención conjunta como ejemplo de coordinación eficaz entre cuerpos públicos de vigilancia ambiental, y se ha insistido en que las actividades furtivas siguen siendo una amenaza directa para la conservación de la biodiversidad andaluza, especialmente en entornos de gran valor ecológico como la Sierra Morena cordobesa.

“Este tipo de métodos no solo resultan crueles e ineficaces, sino que ponen en peligro la supervivencia de especies silvestres y afectan al equilibrio natural del ecosistema”, señalan fuentes cercanas a la investigación.

Investigación judicial en curso

Ambos delitos, el contra la fauna y el de atentado contra agente, continúan siendo investigados bajo la dirección de la autoridad judicial competente, con el fin de esclarecer todos los detalles del suceso y garantizar que el responsable asuma las consecuencias penales correspondientes.

Tanto desde la Guardia Civil como desde los servicios ambientales se ha querido subrayar también el riesgo al que se enfrentan los agentes en sus labores de protección del medio ambiente, en muchas ocasiones en zonas solitarias y en condiciones de alta peligrosidad.