Una afirmación inapelable
No pasa absolutamente nada por subir más de seis plantas
A simple vista, la afirmación de la presidenta de los constructores es inapelable. No pasa absolutamente nada por subir más de seis plantas, sostiene la señora Jiménez. Desde luego. No se acelera el cambio climático. Ni se desploma el producto interior bruto. No peligra la pertenencia de España en la UE. Ni se desencajará la Tierra de la órbita del sistema solar. De acuerdo.
La patronal del ladrillo ha pedido esta semana lo que lleva pidiendo desde el origen de los tiempos. Es decir: libertad sin restricciones para hacer caja. En eso, como en tantas otras cosas, no hay nada nuevo bajo el sol. Aunque ahora disfrace su legítima pretensión lucrativa de la palabra de moda. La sostenibilidad, afirma la señora Jiménez, tiene que empezar por que los nuevos suelos tengan más edificabilidad. O sea, más rentabilidad por metro cuadrado.
Córdoba ha erigido su identidad urbana sobre el respeto al casco histórico y la limitación de altura. Pudo haber demolido su barrio intramuros para levantar espléndidos bloques de cemento de ocho plantas, amplios viales y abundantes plazas de aparcamientos para el parque móvil. Pero no lo hizo. Quizás por desidia, quizás por ausencia de presión especulativa, hoy conservamos uno de los cascos antiguos más extensos y homogéneos de Europa.
No hubiera pasado absolutamente nada por haber pulverizado la Córdoba vieja para construir el futuro. La patronal del ramo hubiera hecho negocio y hoy tendríamos una trama urbana corriente y moliente como tienen decenas de ciudades de todo el país.
En toda España se construyen edificios de más se seis plantas y no hay ningún problema, subrayó la señora Jiménez ante la consejera de Fomento y el alcalde de Córdoba. Y, a simple vista, la afirmación de la presidenta de los constructores es inapelable. Absolutamente inapelable.
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