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Dulcenombre Rodríguez: “Sin feminismo no hay democracia”

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Juan Velasco

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Al comenzar esta entrevista, la protagonista nos pone en antecedentes. Se está recuperando de un infarto que le golpeó de forma inesperada en el pecho en Semana Santa y que casi no le ha permitido disfrutar de un año, el 2018, que está siendo histórico para la mujer, y al que se ha llegado después de una lucha de 20 años que ha sido constante y silenciada a veces, encabezada precisamente por mujeres como ella. “Nos llamaban locas”, se ríe al recordar los inicios de la Plataforma Cordobesa contra la Violencia a las Mujeres, una de las primeras que se creó en España, a la luz (y en la sombra) del primer asesinato machista mediático, el de Ana Orantes.

A Dulcenombre Rodríguez nadie le puede negar el arrojo. Ni el reconocimiento. Hasta nueve veces tiene que interrumpir la charla para saludar a los viandantes que pasan junto a nosotros. La entrevista tiene lugar en su barrio, de donde ella asegura que no la mueve nadie. Se reconoce nerviosa. Nos pide que la paremos si dice alguna barbaridad y que limemos sus palabras si suelta algún exabrupto. Son los primeros minutos de una larga charla en la que se aborda, sobre todo, lo que ella considera urgente: los medios para detener la sangría de violencia hacia las mujeres, un zumbido constante en la conciencia de la sociedad española, a la que la protagonista califica de inmediato como patriarcal.

“Las mujeres no somos perfectas, pero nosotras no violamos. A pesar de que culturalmente también nos han educado en la violencia, nosotras no vamos siete a un portal y violamos a un chico”, dirá antes de empezar la entrevista para poner a la mujer en el lugar que le corresponde frente a la llamada violencia de género. Violencia machista, en el 99 por ciento de los casos. La charla acabará con los roles invertidos, con la entrevistada cuestionando al entrevistador su propia concepción del machismo.

PREGUNTA. Te acabo de preguntar por Ana Orantes porque ella fue la víctima 59 del año 97. Este año llevamos más de 40. Los números muestran, con sus picos, un cierto estancamiento en el número de víctimas mortales.

RESPUESTA. Sí. Pero es mejor no desanimarse. El análisis y la reflexión sobre lo que ha pasado hay que hacerlo, pero sin dar de lado lo positivo. Lo positivo es que hay más recursos y más medios, se han conseguido cosas y sería injusto no reconocerlo. Se ha logrado que cada vez más mujeres puedan salir del ámbito de la violencia. Se denuncia más. A Ana Orantes, en el 97, el juez le dio su casa. Arriba uno y abajo otro. Y ya sabes lo que pasó. Pero es que en aquel momento se denunciaba muy poco. Tú imagínate lo que habría. Entonces, tenemos que pensar en la gente joven, en qué se está fallando. Tienen que cambiar las estructuras de la sociedad entera, ya sean políticas, sociales y jurídicas. Y no educar a los jóvenes en el concepto de amor romántico equivocado. Hay que educar en libertad.

"Respecto a la violencia machista, los medios de comunicación son muy light"

P. Año por año, lo que me ha resultado más llamativo es que la década más violenta desde el 97 fue la década prodigiosa del ladrillo, de 2000 a 2008, con diferencias de casi 20 muertes respecto a la actualidad. Me imagino que porque había más población. ¿Hay estudios y análisis al respecto que se centren en esta cuestión?

R. La verdad es que Aurora Genovés ha hecho un estudio recientemente muy interesante que nosotras estamos llevando por la provincia. Pero mira, igual que no hay perfiles de víctimas y agresores, la violencia machista no es cuestión de crisis económica o de que la situación económica esté mejor o peor. No es eso. Porque, por ejemplo, en Arabia Saudí hay mucho progreso, no hay crisis, y allí las mujeres son ciudadanas de segunda clase. Lo que tú has visto son meras casualidades. Lo que sí te puedo decir es que aquella fue una época en la que los colectivos sociales y las propias instituciones hicieron muchas campañas, y había recursos.

P. ¿Cuándo?

R. En el 2008 es cuando más recursos económicos había para las víctimas de violencia. De 2008 a 2017 hubo una bajada del 30 por ciento en los presupuestos para la ley integral, que es la mejor herramienta que existe para erradicar la violencia y para prevenirla.

P. Pero justamente lo curioso es eso. En 2008 la ley estaba muy bien dotada y eso tuvo reflejo en las cifras mortales, porque bajaron al año siguiente. Pero luego se ha ido recortando económicamente y las cifras se han mantenido estables hasta 2017, que se ha vuelto a los datos de hace una década.

R. 2017 ha sido terrible. Y eso se nota. Sobre todo en las zonas rurales. Y ahí es donde hay más trabajo por hacer. En una capital, en Córdoba, Sevilla, Jaén, Madrid o Barcelona, tienes más cerca a una institución a la que dirigirte. Eso lo hace más fácil. Pero esto no es tan fácil en una zona rural en la que la vergüenza, el sentido de culpabilidad y la familia hacen tan difícil romper con el agresor. Y los recursos. Por eso hay que insistir mucho en los centros educativos y sobre todo en las zonas rurales.

"Hay que ponerle nombre al agresor porque el silencio nos hace cómplices"

P. En cierta medida...

R. Perdona que te interrumpa. No va a quedar bien decir también que en ciertas etnias. Pero también hay ciertas etnias que tienen una mayor prevalencia de violencia de genero por la fuerza de su cultura patriarcal. Por el machismo que hay.

P. En este asunto de la violencia de género creo que una de las principales diatribas está en la relación entre estadísticas-nombres. ¿Hay que ponerle nombre y caras a las estadísticas?

R. Estoy en contra totalmente de aquellas personas que dicen que al hablar de violencia machista en los medios de comunicación hace parecer que hay más agresiones. Esto era algo que pertenecía al ámbito de lo privado, vale. Y hay que reconocer que, aunque no hacen un análisis o reflexión como la que hacen con otro tipo de violencia, los medios de comunicación han jugado un papel muy importante. Respecto a la violencia machista, los medios de comunicación son muy light, pero sin ellos no hubiera salido del ámbito privado. Sin ellos y, sobre todo, sin la insistencia del movimiento feminista. Las estadísticas se tienen que saber. Igual que se sabe el número de robos, el número de asesinatos de ETA que ha habido o los que ha producido el terrorismo yihadista... ¿Por qué el terrorismo que estamos sufriendo las mujeres no se va a saber? Lo que sí es cierto es que se sabe el nombre de la víctima pero no el del agresor. Y yo creo que ya hay que visibilizarlo y señalarlo con el dedo. Ya ves que no soy políticamente correcta.

P. No es lo que me gustaría.

R. Hay que ponerle nombre al agresor porque el silencio nos hace cómplices. Y si tú tienes un amigo... Hay que denunciarlo. Hay que decirlo. Y ya está.

"El lenguaje transmite pensamiento"

P. No obstante, hoy en día, lo que es menos visible, también a nivel mediático, es la violencia que no acaba en muerte.

R. Sí, sí. La mayoría de nuestras actuaciones... El trabajo que hace esta plataforma es muy importante a nivel de concienciación y de impulsar las denuncias. Pero el trabajo silencioso es igual de importante. Vemos a muchas mujeres que solo quieren charlar y ver la forma de salir. Son mujeres que primero no reconocen que son víctimas. Les pasa algo, pero no saben qué es. Y segundo, aunque parezca mentira, el sentido de la culpabilidad lo tienen muchas mujeres. Y el agresor ya se encarga de que lo tenga.

P. ¿Qué ocurre para que hoy solo se hable sobre las muertes, pero no tanto del proceso previo?

R. Sí se habla. Lo que ocurre es que los medios dan la noticia con una falta de análisis. Te pongo como ejemplo lo que está ocurriendo con los manteros de Barcelona y la cantidad de análisis que se están haciendo sobre este asunto, con mesas de debate, tertulias que llegan a mucha gente. ¿Hay alguna mesa de debate o tertulia en la que se esté analizando por qué existe la violencia hacia las mujeres? No. Dan la noticia de una muerte. Pero la raíz de que existe violencia y de que las mujeres la sufren, no. Porque no hay igualdad. Si hubiera igualdad, no habría violencia. Si hubiera igualdad real desde la educación. Desde pequeños... Yo tengo una nieta y ahora voy a tener un nieto. Pues nada de eso de que el rosa sea para mi niña y el azul para mi niño. Los colores no tienen sexo. Y si algunas queremos decir ministras, pues ¡ole ahí la Carmen! Porque lo que no se nombra no existe. Y yo me voy a poner el día 25 de noviembre en la Diputación de Córdoba a hablar solo en femenino a ver cómo se siente. El lenguaje inclusivo es fundamental. Porque existimos. Las canciones, los tiempos, las grandes decisiones, es un todo. El otro día había hablando sobre la lactancia materna, solo hombres. Es como si yo decido inaugurar el Palacio de Congresos de Córdoba con un congreso sobre la próstata pero en el que solo hay mujeres. ¿Te lo imaginas? ¿Pero cómo va a hablar un señor de los problemas de lactancia materna si ni siquiera ha sentido lo que es?

P. Lo abarca todo.

R. La raíz. Ésta es la raíz. Es que existe violencia porque desde abajo ese arbolito está medio derecho, pero tendrá una guía. Es que, si tú en esa educación dices la muñeca y la fregona para la niña, como han hecho conmigo y con miles de mujeres... La fuerte, la guapa y la buena. Y al niño le pongo un camión. Con esto, ya estás diferenciando. Eso es un mensaje. Lo mismo que la canción de Maluma. Que a mí se me van los pies. Es una de las contradicciones, que digo: “Pero Dulce, qué estás haciendo”. Todo eso transmite mensajes. Y a los niños hay que educarlos en la escuela, en los hogares y en los medios de comunicación.

P. Aunque no le pongo ni un pero a lo que has dicho, a veces da la impresión de que caemos en lo más superfluo. Lo digo porque, cuando la ministra pone la lupa en el lenguaje inclusivo, los medios entran al trapo. Y eso choca porque quizá es más prioritario hacer educación de género. Lo que ocurre es que ya no se habla tanto de la urgencia de esto último, sino de feminizar la RAE, y eso da pie a un debate que puede parecer superficial.

R. Son gestos. Calvo no ha centrado su debate en eso. Ella juró su cargo diciendo “ministros y ministras”, porque son ministros y ministras. Pero no ha centrado el debate en eso.

"Lo primordial es insistir en la formación de género de la judicatura"

P. Bueno, ha hecho varias intervenciones sobre este asunto.

R. Sí. Lo segundo que ha hecho... Y yo no soy socialista...

P. Bueno, esto es una cuestión ciudadana, no partidista.

R. Lo que te quiero decir, en el momento en que ha priorizado, en el pacto de estado, que lo primordial tiene que ser la formación de las juezas y los jueces en cuestiones de género, que es lo que nosotras hemos estado reclamando, eso es importante. Nosotras hemos pedido eso, igual que hemos pedido siempre que a los ayuntamientos, que son la institución más cercana, se devuelvan las competencias. En el momento en que ha devuelto las competencias en igualdad a los ayuntamientos, para mí ya merece mis respetos. Además, es una mujer feminista, con sus errores y sus equivocaciones. Y claro que hay que priorizar. Nosotras lo que queremos es que la ley se cumpla. Y que mujeres víctimas de violencia tengan prioridad en el acceso a la vivienda, que tengan formación, que se les ayude en la búsqueda de empleo. Porque si no, no salen. Ésta es la realidad que yo vivo, vale. Pero los gestos son muy importantes. Porque lo que vemos, sentimos y oímos nos determina. Y porque el lenguaje transmite pensamiento.

P. Hablaba de la Ley Integral de Violencia de Género, que ha tenido un éxito indiscutible como ha sido el aumento de las denuncias. La duda es si ha dado respuesta a las denuncias o solamente ha servido para impulsar el primer paso.

R. Déjame que te hable de la ley. Voy a ser muy concreta. Ha sido, es y será la mejor herramienta que hay hoy por hoy para erradicar la violencia y proteger a las víctimas. Pero una ley no vale para nada si no se cumple y se guarda en los cajones o si se deja sin recursos. Es cierto que la ley habría que mejorarla. Especialmente en el concepto concreto de definición de violencia machista. Con esa mejora y con algunos cambios a nivel jurídico, no hubiera hecho falta ni un pacto de estado. Porque lo primero que hay que tener claro es que la violencia machista no es que sea un pacto de estado, es que es una cuestión de estado.

P. Así lo refleja la ley.

R. En esa ley se establecen los procedimientos y protocolos a seguir desde los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, la formación de la judicatura, la protección psicosocial de las víctimas... Por cierto, hay que decir las cosas como son: parte de lo que recogía la ley ya se estaba haciendo aquí en Andalucía. ¿Hay que mejorarla? Bueno, hay que cambiar algunos artículos, pero creo que lo primordial es insistir en la formación de género de la judicatura.

P. ¿Ésa es la caja de Pandora ahora mismo?

R. Sí. Porque un juez que se haya educado como yo, en una cultural patriarcal y machista, con dos horas de formación no tiene suficiente. Las leyes quizá no haya que cambiarlas tanto, aunque es evidente que hay que cambiar algunas, pero la cuestión es cómo se interpretan, como ha ocurrido en el caso de La Manada. Porque si tú no tienes una conciencia y una formación, evidentemente se aplicará la cuestión probatoria y poco más. Pero además hay una cuestión, y en esto estoy de acuerdo sobre todo con muchos compañeros, que es que el feminismo es necesario para la democracia. Sin feminismo no hay democracia. Porque el feminismo no es otra cosa que creer y practicar la igualdad entre hombres y mujeres. Nada más. Así que todo el personal que forme parte del ciclo de erradicación de la violencia de género tiene que ser feminista.

P. Para ser demócrata hay que ser feminista.

R. Sí.

"Si defender los derechos humanos es ser feminista, soy una feminista radical"

P. ¿Ésa es la frase?

R. Totalmente. Para ser demócrata hay que ser feminista. A mí alguna vez me han dicho que soy “un poquillo comunista”. Yo no sé lo que soy. Yo intento ser buena persona, eso es lo primero. Pero si defender los derechos humanos es ser comunista, yo lo soy. Si defender los derechos humanos es ser feminista, soy una feminista radical, porque voy a la raíz del problema.

P. Se ha quedado una pregunta en el aire. ¿Está respondiendo bien el sistema a quien denuncia?

R. No. Todo se puede mejorar. Hay sitios que sí. En Córdoba tenemos la mejor Policía Local de toda Europa. También lo hacen bien la Policía Nacional, las UFAM (Unidades de Familia y Mujer), pero hace falta mucha formación. Nosotras, desde la plataforma, siempre mandamos a la Policía Local para que pongan las mujeres la denuncia. La denuncia es importantísima. Porque lo que no se pone por escrito... ¿Cómo va a saber el juez que yo cada vez que estaba en casa tenía miedo? ¿Cómo va a saber el juez que a una chica joven le mandan 40 whatsapp? La primera denuncia es fundamental.

P. ¿Y ésa está funcionando?

R. Se puede mejorar. Y hay cuerpos y fuerzas de seguridad que lo hacen mejor que otros, y que están más concienciados. Pero hemos avanzado. Sería ilógico decir que no hemos avanzado. No sé si debo decir esto, pero creo que la Guardia Civil de las zonas rurales debe hacer más cursos de formación y de concienciación. Sí, eso quiero que conste.

P. Tras el proceso de denuncia, viene la vía judicial. ¿La justicia da paz a las víctimas o sentencia demasiadas veces permitiendo la libertad de los malvados?

R. (Se toma unos segundos) Hombre, están los juicios rápidos, que se resuelven en menos de 24 horas. En ellos, la víctima tiene derecho a su letrado y recibe las medidas provisionales, pero... No vamos a ser negativas. Hay sentencias buenas, pero la mayoría de las víctimas que vienen a la plataforma se quejan de la justicia. La justicia es patriarcal. Tenemos una justicia patriarcal. Y aunque ahora se esté hablando de que hay que cambiar las leyes, lo que hay que hacer es una interpretación de las leyes que no sea patriarcal. Si uno lee la sentencia de La Manada lo puede ver muy claro. Afortunadamente, hay muchas juezas, fiscalas y abogadas, y muchos hombres que las acompañan también, que están intentando cambiar la cosa. Pero la justicia es patriarcal en estos momentos.

P. Casos como el de La Manada, ¿qué fuerza tienen dentro del imaginario colectivo feminista?

R. Nada. Ya lo has visto.

P. ¿Nada? Ha generado un movimiento.

R. Ah, vale. Casos como el de Juana Rivas, La Manada o el aborto en Argentina han generado un movimiento que... Mira, si aquí cambia algo, va a ser gracias al movimiento de las mujeres. ¿Tú has visto la que se ha liado? En esta ciudad, 15.000 personas el 8 de marzo. Y sin un duro, que lo organizamos sin un duro. Estos casos han generado la cuarta ola del movimiento feminista, y esto tendrá que cambiar. Lo de La Manada ha hecho que mujeres y hombres de distinta ideología, estatus y religiones o edades hayan salido a la calle. Porque han comprobado que eso le puede pasar a cualquiera de ellas. Desgraciadamente por todo lo que ha sucedido, pero ha creado un precedente en la historia del movimiento feminista de los últimos 20 años.

P. ¿Crees que la mediatización del juicio ha podido influir negativamente en la sentencia?

R. Yo creo que no. ¿Tú has leído sentencias anteriores de uno de los jueces?

"La Guardia Civil de las zonas rurales debe hacer más cursos de formación y de concienciación"

P. No me refiero a un magistrado en particular. Me refiero al Tribunal en general.

R. No. Sería injusto que eso hubiera ocurrido.

P. Ésta es una pregunta un tanto controvertida, pero también hay que hacerla. ¿Crees que funciona correctamente la presunción de inocencia en casos de violencia de género?

R. Pues ya ves tú si se está haciendo bien que la víctima es victimizada. Doblemente victimizada. Yo en esto no tengo la menor duda. A quien no se trata bien es a las víctimas. Pero es mi parecer, nada más. Y yo estoy totalmente de acuerdo con la presunción de inocencia, pero hay que tener en cuenta que ninguna mujer quiere ir a denunciar a la persona con la que ha compartido o está compartiendo sus ilusiones, su vida, su familia. Cuando uno se va a vivir en pareja crea un muro ilusionante. Cuando ese muro se cae es muy complicado, muy complicado, muy complicado, muy, muy complicado que una mujer deje su casa y se marche o denuncie al padre de sus hijos o a la pareja con la que ha estado acostándose hasta hace cinco minutos. Por ahí no paso porque conozco bien la realidad... Toda regla tiene su excepción para confirmarlo.

P. ¿La formación en género parece una de las asignaturas pendientes de este país?

R. Sí. Bueno, nosotras apostamos muy fuerte por la asignatura ésta de Educación para la Ciudadanía. Pues si habéis leído algunos de los libros, según la editorial, solo hablan de Constitución Española, de derechos humanos, de derechos civiles, de cuestiones de civismo. Eso se llevó al Constitucional. Creo que lo que hay que decir, en primer lugar, es que el amor es algo tan importante que no importa con quién uno tenga sexo. A mí no me tiene que importar con quién tú tengas un orgasmo o con quién a ti se te vuelvan los ojos. A mí solo me tiene que importar tu comportamiento en la sociedad. Y porque la asignatura hablaba de que había otras sensibilidades, que no es más que hablar de derechos humanos, pues mira la que se ha liado. Yo creo que eso es fundamental. La sensibilidad del ser humano es importante. Y las mujeres tocamos a los seres humanos con guantes de terciopelo.

P. Se ha avanzado como sociedad, pero hoy en día se está explicando más que nunca lo que es el feminismo.

R. Sí. Ahora somos las feminazis.

P. Ahí iba yo. ¿A ti te han llamado feminazi alguna vez?

R. A mí no. Bueno sí, seguramente me lo hayan llamado. A mí me han llamado de todo.

P. ¿Por qué hay que volver a explicar a estas alturas lo que es el feminismo?

R. Aquí no voy a ser correcta. Partimos de la base de que las religiones, todas, solo buscan controlar al ser humano. En un estado aconfesional y laico, no se puede permitir que un señor de una jerarquía eclesiástica diga que es más peligroso abortar que violar a niños. Las religiones controlan las mentes de las mujeres, ¡qué casualidad! Es cuestión de no ceder el poder. Y quien tiene el poder es el patriarcado. Si no se equipara la balanza, igualdad no va a haber, y derechos humanos tampoco. Las religiones deben estar fuera de las escuelas. En tu casa, tú decides. Yo soy sumamente respetuosa. La mayor parte de la gente que he saludado son cristianos de base, y yo en Jesús de Nazaret creo. Pero no en esa jerarquía eclesiástica que es capaz de decir que si hay muchos asesinatos es porque las mujeres los provocamos. La religión es la educación en la sumisión de la mujer. Y la mujer es libre. Y si hubiera mujeres libres, la democracia iría de otra manera. El feminismo es eso. Fíjate si es malo el feminismo que apuesta por la paz, apuesta por la justicia social, apuesta por la igualdad real, apuesta por el ecologismo. ¿Hay algo malo ahí? Pues eso es el feminismo.

P. Prácticamente has conocido a todos los partidos en el Ayuntamiento de Córdoba. ¿Has percibido unanimidad en torno a lo que supone el machismo?

R. No. Para nada. En el momento en que a mí, que conozco la realidad, me dice una señora, Botella...

"La mayoría de las víctimas que vienen a la plataforma se quejan de la justicia"

P. María Jesús Botella.

R. Sí. Dentro del PP ha habido gente que ha trabajado muy bien la igualdad desde la diferencia. Yo tenía unas peleas impresionantes con Ana Tamayo, pero es una tía dialogante, que se cree lo de la igualdad. Su feminismo no es el mío. Pero hablo de Botella. Porque yo no puedo ser feminista creyendo que un hombre tiene que ganar más que una mujer. En el momento en que una mujer diga que no existe la brecha salarial, ni es feminista ni es de nada. Porque la brecha salarial no solo existe, sino que es cada vez mayor en todo.

P. ¿Aquello que ocurrió con la congelación del convenio del Ayuntamiento con la asociación cuando gobernaba el PP se ha repetido?

R. No. No se ha vuelto a repetir.

P. ¿Usted considera que aquello fue una decisión política?

R. Mira, vamos a ver, nosotras somos una plataforma con un nombre y un reconocimiento. Somos medalla de oro de la ciudad. Pero nosotros hemos sido siempre muy libres. Nosotras no hemos estado ni legalizadas. No tenemos NIF. Por lo cual, era cuestión de voluntad política. Los acuerdos nos reconocían un trabajo en los colegios, en los institutos, en las asociaciones de mujeres, y a cambio era el convenio. Porque aquí, todo el trabajo que hacemos, y eso quiero que conste, es un servicio voluntario. Es una militancia activa, un compromiso que yo tengo, como lo tienen miles de mujeres. De esto no como. Yo como de mi trabajo. Ni como yo, ni ninguna de mis compañeras. Esto nos cuesta el dinero. Nosotras hemos sido libres siempre. Entonces, cuando hemos tenido que hablar de la jerarquía católica, de los políticos de cualquier signo, lo hemos hecho. Así que ellos nos dijeron que, lógicamente, si participaba el Ayuntamiento, de alguna manera tenían que ver también los comunicados de la asociación. No nos sentimos libres. Y decidimos nosotras, ante esa presión, que no. Pero hubo dos años que lo firmamos con el PP. Y ahora nadie nos dice lo que tenemos que hacer. Los comunicados, si tienes la oportunidad de leerlos, hazlo, porque criticamos lo que tengamos que criticar, sea quien sea. Porque a nosotros lo que nos interesa son las víctimas, las mujeres. Nosotros no estamos aquí para contentar a nadie.

P. ¿Qué opinión tiene de la actual alcaldesa en este ámbito?

R. (Se toma unos segundos) Lo primero que hay que reconocer es que ella dijo en campaña electoral, y creo que ni se imaginaba que iba ser alcaldesa, que iba a ser presidenta del Consejo Municipal de la Mujer. Y para mí eso es un tanto. Y que esté en presidencia, que es lo que nosotras queríamos. Porque si el Consejo Municipal de la Mujer tiene algunas carencias, evidentemente no depende de la alcaldesa. Pero, hasta ahora, con esta plataforma, cuando la hemos llamado, ha venido. Le dijimos el año pasado que queríamos finalizar la manifestación del día 25 en la puerta del Ayuntamiento. Y ella, el primer acto que se ha hecho en la puerta del Ayuntamiento, ha sido la manifestación del 25. Ella y las instituciones de esta ciudad nos respetan y nos dejan hacer nuestra labor. Pero tenemos que decir que no lo agradecemos tanto como agradecemos la labor que hace la Policía Local.

"(‘La Manada’) ha creado un precedente en la historia del movimiento feminista de los últimos 20 años"

P. Alcaldesas como Ambrosio, Ada Colau...

R. Perdona, Rosa Aguilar con esta plataforma también se portó genial. Lo cortés no quita lo valiente.

P. Ambrosio, Colau, Carmena... Las alcaldías del cambio parecían feminizar la política, y ahora si uno mira solo ve hombres. Pablo Casado, Albert Rivera, Pedro Sánchez, Pablo Iglesias. Éste es otro debate un tanto superfluo, porque se puede ser feminista y ser hombre, pero parecía que ahora era el momento de los liderazgos femeninos.

R. Yo conozco muchos hombres feministas. Pero ese liderazgo llegará. El techo de cristal existe y el suelo pegajoso es real. Eso es así. De derechas y de izquierdas, en todos los partidos existe el patriarcado. En los partidos y en los sindicatos. Y quien diga lo contrario está fuera de la realidad.

P. Usted lo ha vivido de cerca.

R. Sí. Y una cosa muy importante: tener responsabilidad política por lo que vales, por lo que creas o lo que defiendas, en una organización en la que el poder lo tienen los hombres es muy complicado. Sigue siendo difícil.

"La religión es la educación en la sumisión de la mujer"

P. Eso lo sabes por experiencia. Tú tuviste, por lo menos, dos pleitos con la dirección de IU.

R. Dos pleitos, sí.

P. Uno por la paridad en el Grupo Parlamentario Andaluz. ¿Ése lo ganaste, no?

R. Ése fue tremendo. Di una rueda de prensa y todo. Es que no había IU. Es que hablamos de una fuerza política que llevó lo del pacto de estado en el programa del año 79, una fuerza política que ya en sí debe ser feminista, ¿cómo se atreve a tener nada más que parlamentarios andaluces? Yo en esta vida ya solo quiero hechos. Lo que yo estoy hablando es fácil, pero yo tengo que ser coherente en la vida. Solo somos el ejemplo de lo que hacemos. Y aquí tengo que reconocer que yo llegué al feminismo a través del Partido Comunista. Mi padre, como buen socialista que era, me creó la conciencia. Pero la formación la he tenido gracias al Partido Comunista. Dicho lo cual, quien me ha enseñado a volar no me puede cortar las alas.

P. ¿Eso fue lo que ocurrió?

R. El machismo impera en todos los sitios. Es cultural. Y el poder...

P. Aquel pleito lo ganaste, pero quizá influyó en el segundo, que fue cuando te presentaste como diputada andaluza, ganaste las primarias y finalmente acabó designándose a Alba Doblas.

R. Esto sí quiero que conste. Quiero que se sepa la verdad, de una vez por todas. Yo me presento a candidata a la Junta por IU, porque no había nada más que una propuesta, que era Mariscal. Si yo antes había salido con todas las mujeres del área criticando que no hubiera más que hombres, había que ser valiente. Yo nunca he tenido pretensiones políticas. A mí me gusta trabajar en el ámbito social, porque se transforma más, y porque quizá sea poco disciplinada. Mis principios personales están por encima de cualquier disciplina de partido. Yo tenía que ser valiente, aun a sabiendas de que iba a perder. Yo sabía que no iba a ser diputada. Yo lo sabía. Y yo no critiqué jamás a nadie, me recorrí la provincia, y hay que decir que ya me conocían de la plataforma y de que había tenido responsabilidades políticas en el partido, pues había sido la secretaria de Mujer del Partido Comunista de Andalucía. Y en esa terna, Mariscal fue el tercero o el cuarto en votos. La siguiente después de mí fue Elena (Cortés), después Mariscal y después Alba. Ante la insistencia de que una militante de base había sacado más votos que el secretario político andaluz, se puso la herramienta en marcha del Partido Comunista para movilizar a Alba, a otra mujer. Ya no había la terna. Ahora era escoger la mejor comunista. ¿Es que había que rajarme a mí las venas para ver quién tenía la sangre más roja? ¿Para después pactar con el PSOE? Yo estaba en contra de pactar con el PSOE. Yo voté que no al cogobierno. Entonces se puso a Alba. Si Alba o Elena se presentan, yo no me presento. Si yo lo que quería es que la persona que encabezara la candidatura por Córdoba fuera una mujer. Pero ellas no dieron el paso. La que dio el paso fui yo.

P. Y la militancia te premió.

R. Saqué muchos más votos que ellas. Pero aunque hubiera sacado un millón de votos, yo no soy diputada. Yo sé cómo funciona, yo estaba en la permanente.

P. ¿Te ha pasado factura tu paso por la política?

R. No.

P. Es raro que en la plataforma no te hayan dado el toque.

R. Mira, a mí me han dado el premio de Ejemplo de Igualdad la Diputación de Córdoba. Todo el mundo sabe dónde estoy y lo que soy. Todo el mundo sabe que soy una obrera. Yo con once años me fui a la vendimia a Francia, y entraba a una casa a trabajar a las 9, salía a las 3, y me iba a la facultad. Yo soy lo que soy. Y seré comunista toda mi vida, aunque no milite. Pero jamás me habrá oído a mí en la plataforma mezclarla con nada. Y si la plataforma sigue es porque Dulcenombre Rodríguez, entre otras muchas mujeres, ha decidido luchar, luchar y luchar. Y compartimos objetivos comunes con el PP, como luchar contra la violencia. Nosotros hemos quitado todo lo que nos separaba. El mayor ejemplo de unidad de acción que se ha hecho en Andalucía lo han hecho las mujeres de esta ciudad. En la plataforma están los partidos políticos y los sindicatos, con voz pero sin voto, y los colectivos. Y en la Plataforma Nosotras Decidimos, de la que también fui fundadora, están las que quieran engancharse. Aquí lo importante es sumar ante un sistema patriarcal. A mí no me pueden decir nunca que se ha politizado, porque no es cierto. Hay mujeres de las que estoy a años luz que tienen todo mi respeto. Hemos trabajado mucho. No te puedes imaginar lo que hemos liado y lo que vamos a liar en esta ciudad con cuatro duros que tenemos.

"De derechas y de izquierdas, en todos los partidos existe el patriarcado"

P. Tengo la impresión de que este 2018 ha sido un año decisivo para ti.

R. En lo personal ha sido un año... El 9 de noviembre es mi cumpleaños y voy a cumplir un añito.

P. Vas a cumplir un añito en el año cero del nuevo feminismo.

R. De la cuarta ola. El año 2018 ha sido... A nivel mundial. Desde las mujeres de los países del este, aunque las que no se mueven mucho son las rusas, a las africanas, a las latinoamericanas, las europeas... Se han movido todas. Este año pasará a la historia en el movimiento feminista del mundo.

P. Para terminar he de confesar que esta entrevista me hubiera gustado que la hiciera una mujer, pero finalmente me ha tocado hacerla a mí. Pero para igualarnos, se me ocurre que después de que yo te haya sometido a un tercer grado, tú puedes ahora preguntarme a mí lo que quieras, y así me valoras como periodista. O como feminista.

R. A ti.

P. Te pongo en el último brete.

R. Te pregunto: ¿Tú crees en eso que se dice de las denuncias falsas?

"Solo somos el ejemplo de lo que hacemos"

P. No. Y no importa lo que yo crea. La realidad es que es un valor estadístico mínimo.

R. Si estás trabajando fuera y tu mujer tiene que irse a un congreso, ¿te sacrificarías para venirte a cuidar a tus hijos?

P. Qué remedio.

R. Sinceramente, ¿crees que en el siglo XXI, el 23 de agosto, hay igualdad entre mujeres y hombres?

P. Para nada.

R. ¿Qué debes de hacer tú?

P. Lo primero de todo, escucharos.

R. Y en tu quehacer diario, ¿cómo evitarías el machismo?

P. Buff... Haciendo más entrevistas como ésta.

R. Si un amigo te cuenta un chiste machista y es muy denigrante, ¿lo rebatirías?

P. Pues aquí lo tengo que decir: estoy en contra de ponerle límites al humor. Yo al humor no le pongo límites.

R. (Se ríe) El sentido del humor es importantísimo. No me ves las arrugas que yo tengo...

"Este año pasará a la historia en el movimiento feminista del mundo"

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