Aumentan un 38% los cordobeses que han dejado las drogas con la ayuda de Cruz Roja
Cruz Roja ayudó el pasado año a superar los problemas de drogodependencia a 362 personas en Córdoba, lo que supone un incremento del 38 por ciento con respecto a las 262 atendidas en 2020. Así lo han detallado en una nota de prensa. Este notable aumento está “muy condicionado por la pandemia”, según ha expresado el director del centro ambulatorio de drogodependencias de la institución, Bartolomé Cañuelo, quien ha advertido además de la edad “cada vez más joven” de las personas que precisan apoyo para tratarse por alguna adicción.
Destaca además en el balance anual que ofrece este servicio de Cruz Roja que algo más de un tercio de los pacientes de 2021 acudían por primera vez a dicho centro, o retomaban el tratamiento tras una recaída. Entre los efectos provocados por la pandemia se encuentra un “aumento en las recaídas de aquellas personas aquejadas de alguna adicción, sobre todo en aquellas con dependencia del alcohol que estaban en las primeras fases del tratamiento”, ha explicado Cañuelo, quien además llama la atención sobre el crecimiento de los casos en los que se unen el consumo de alcohol y de cocaína. “Antes veíamos en las consultas mucho alcohol, y por otra parte cocaína y heroína, y ahora estamos viendo en casi todos los casos el alcohol asociado a la cocaína, con una incorporación de gente bastante joven”.
Del total de personas atendidas en 2021, 265 fueron hombres y 97 mujeres, en su mayoría con edades comprendidas entre los 31 y los 65 años. Este centro ambulatorio de drogodependencias de Cruz Roja, en el que trabajan un médico, una psicóloga, una trabajadora social y un nutrido grupo de voluntarios y voluntarias, ofrece tratamiento integral ambulatorio a toxicómanos –empezando por la desintoxicación, pasando por la deshabituación y acabando con la integración social- y apoyo y asesoramiento de diverso tipo a sus familiares.
En el mismo se llevaron a cabo a lo largo de 2021 más de 5.000 intervenciones, entre la atención médica, la psicológica y la social prestada a los pacientes. Los profesionales hacen un seguimiento médico y psicosocial, que contempla revisiones clínicas periódicas y terapias individuales y de grupo, así como diversos controles toxicológicos. De estos últimos se efectuaron durante el pasado año un total de 39 pruebas.
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