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Un volcán de emociones en el día de lo nunca visto

Córdoba -Sporting de Gijón (3-0) en El Arcángel | ÁLEX GALLEGOS

Paco Merino

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Hubo lágrimas y abrazos sentidos en los vestuarios del Córdoba y sus aledaños. Pero no del tipo de las que se podían prever hace unos meses, cuando el equipo era un guiñapo y en la categoría se le miraba con desdén y sin compasión. “Hemos sufrido mucho y ni este club ni este vestuario se lo merecían”. Lo dijo Sergi Guardiola, el abanderado de un núcleo de jugadores que ha permanecido todo el curso a pie de obra, viviendo desde dentro una historia que durante muchos meses fue una pesadilla y que terminó con aires de fiesta. Hubo más liberación que alegría, pero eso ya es otra cuestión.

Todos son mejores ahora. Valen más. Por dentro -estas vivencias curten- y por fuera: la cotización en el mercado sube. Y eso lo sabe bien Guardiola, que llegó como delantero de complemento y ha terminado siendo, con 22 goles firmados, uno de los más sobresalientes de Segunda. ¿Se marchará? A partir de ahora empezará el culebrón. “Yo creo que no es momento de eso sino de festejarlo, ser felices y celebrarlo porque nos lo merecemos”, se escabulló cuando los periodistas le preguntaron en una zona mixta que se saltó en esta ocasión todos los protocolos. Esta vez todo el mundo quería hablar y compartir con el mundo su extrema felicidad.

“Hemos salvado el año, hemos luchado mucho y esto nos sabe a gloria”, dijo el delantero nacido en Manacor, que resaltó el valor de la gesta porque las calculadoras hablaban de tres victorias en las cuatro últimas jornadas para garantizar la permanencia. Durante muchas semanas se especuló -hasta se aseguró con firmeza- que no harían falta 50 puntos. “Al final no nos daba con tres partidos. La gente decía que contra el Rayo podíamos empatar o perder, pero nos dimos cuenta de que no era así. Si no llegamos a ganar los cuatro estaríamos hablando de otra cosa”, dijo, emocionado, en los pasillos de El Arcángel, transformado -ya se comprobó durante la medianoche y madrugada- en una improvisada discoteca. La ocasión lo merecía.

“Ha sido un sentimiento que voy a guardar toda mi vida. La ovación de la afición me ha hecho sentirme muy especial”, dijo Guardiola, que festejó su gol haciendo el gesto de la cuna con las manos. Su primer tanto desde que es padre. La vida le ha cambiado por completo en Córdoba, donde todo le ha ido a cámara rápida.

A Álex Quintanilla también le ha dado un vuelco su realidad profesional. Hace unos meses estaba en las filas del paro. Ahora es una pieza importante en un equipo que salvó la categoría desplegando un fútbol de nivel superior. “Lo que hemos conseguido es algo histórico y va más allá de este partido. Nadie lo había hecho. Esto crea una especie de solidaridad, compañerismo, de amor entre la plantilla, cuerpo técnico y afición que ha sido casi mágico”, indicó el central vasco, autor del 2-0. Se le notaba reconfortado. “La verdad es que no me lo esperaba. Venía de una situación complicada, me quedé sin equipo el último día, estuve tocado un tiempo y al final miras atrás y dices joder…”. Del futuro espera nuevas sensaciones, porque “cada año es diferente y repetirlo es imposible”. El central admite que “lo que se ha vivido este año es algo excepcional”.

“Al final lo hemos logrado porque hemos creído, la gente ha estado al cien por cien con nosotros y así se ha conseguido el objetivo”, indicaba, eufórico, Edu Ramos. El mediocentro de Churriana ha sido uno de los elementos referenciales para todos los entrenadores que han desfilado por el banquillo cordobesista, que no han sido pocos. Hasta cuatro. En una situación crítica, el malagueño supo estar a la altura. “Se tenía que ver al Córdoba como el equipo que se jugaba la vida y así fue. Quiero agradecerle a todos mis compañeros, los que han jugado y los que no, el apoyo durante este día”, manifestó emocionado. “En febrero nos daban por muertos y nos fuimos jodidos para casa muchas veces, pero al final ha merecido la pena”, soltó con alivio. De su porvenir ya se hablará. Termina contrato. Dijo que en el Córdoba “es feliz”, pero ahora empezará el partido de los despachos. Se abre otra etapa en el Córdoba.

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