La última tecla de Carrión
No le sale nada. Se puede decir que lo intenta, pero es evidente que no basta. El Córdoba acudió al Ciudad de Valencia buscando una hazaña pero salió de él con la dura certeza de que lo que falta de campeonato será una batalla durísima: contra los competidores, que ya van a saco, y contra su propia realidad. La de dentro y la de fuera. Con el cordobesismo en pie de guerra, el equipo sigue ofreciendo un rendimiento que va en proporción inversa a los planes de la temporada. Ahora, no hace falta decirlo, los objetivos son otros. Ante el Levante, Carrión tocó una tecla más para buscar la reacción. Quizá la última, quién sabe. A día de hoy, el Córdoba es un conjunto en permanente revisión de nombres y estilo, como si estuviera en una pretemporada de pesadilla. Después de una jornada más, todo sigue como estaba. El Levante es más líder y el Córdoba se reafirma como uno de los enloquecidos tripulantes del furgón de cola de Segunda, donde se pegan navajazos cada fin de semana.
No se le puede negar a Carrión su arrojo para buscar soluciones en el momento más delicado. Trató de llevar al extremo la teoría de la manta corta y hasta desmentirla con una confección del once de lo más impactante: se tapó la cabeza y los pies a la vez. En la vanguardia, protagonista en el último mes de una racha de improductividad alarmante, devolvió un sitio a Rodri. Atrás, en la búsqueda del santo grial de la puerta a cero, el técnico catalán inventó una trinchera de cinco: Antoñito en la derecha, Bíttolo -que por fin debutó- en la izquierda y, en medio, Héctor Rodas, Caro y Domingo Cisma. El ex levantinista, el único central puro; los otros dos, laterales reconvertidos. Y para rematar la revolución, una presencia novedosa en donde hasta ahora no se había producido: la portería. El ghanés Razak afrontó su primera titularidad en el campeonato de Liga, quedándose en el banquillo Pawel Kieszek. El retorno al mediocentro de Edu Ramos, con Caballero otra vez titular, se completó con los inamovibles Juli y Javi Lara. Un equipo sorprendente para buscar la sorpresa.
Cada cual se empleó con el sello propio de su situación. El Levante, con la suficiencia de quien lo tiene todo -quince puntos de ventaja sobre el tercero, casi un billete seguro a Primera-, sabedor de que cuenta con talento de sobra para esperar que las oportunidades caigan por sí solas; el Córdoba, con la angustia de un necesitado que se ve metido en un embrollo y no puede permitirse el lujo de fallar. Aún así, lo hizo. Razak Brimah, la presencia más llamativa en el once titular, se marcó una jugada de lo más estrambótico a los diez minutos. Salió del área a despejar una pelota sin peligro, pero dudó entre dar el pelotazo, enviar a un compañero o recortar a Roger, que se le echaba encima. Al final, con el delantero local hostigándole, le soltó un par de manotazos que terminaron con el futbolista local revolcándose por el césped y De la Fuente Ramos señalando falta y sacando tarjeta al meta ghanés. El tiro libre lo lanzó de manera genial Campaña y colocó el 1-0 en el marcador. Todo se puso cuesta arriba.
Pero el Córdoba mostró corazón y coraje en esos instante. Fue capaz de sobrevivir al poder del líder y a sí mismo. No había llegado mucho antes del gol -un tiro raso de Bíttolo que detuvo Raúl-, pero se creció en el castigo. Y eso que estuvo a punto de verse con un panorama mucho peor. El árbitro anuló, a requerimiento de su juez de línea, un gol de Roger en una acción en la que señaló un dudoso fuera de juego. Campaña tuvo otra ocasión excelente tras una pared que le dejó solo delante de Razak. Trató de meterle el balón entre las piernas al africano, que se protegió bien y rechazó la pelota. Los blanquiverdes empezaron a coleccionar sus oportunidades a partir de los 25 minutos. Con Bíttolo muy activo por la izquierda y Juli presionando arriba al lado de Rodri, los de Carrión dieron una orgullosa réplica al mejor equipo de la categoría.
Un robo de balón de Rodri a Insa en la salida acabó con un trallazo ligeramente alto de Juli. El alcoyano, tras recibir un buen pase de Antoñitol le pegó tal y como le venía y Raúl tuvo que intervenir de modo espectacular. A la media hora, Bíttolo ensayó el disparo pero se le fue demasiado cruzado. El argentino, muy motivado en su primera actuación oficial en España, intervino en la mayoría de las acciones ofensiva de un Córdoba que encontró el premio a su riesgo en el minuto 32. Javi Lara botó un córner y Héctor Rodas se buscó el desmarque para golpear el balón de un modo perfecto y alojarlo en las redes granotas. El central valenciano del Córdoba hizo un gesto de disculpa a la afición del Levante -se formó en este club, con el que jugó en Primera- mientras sus compañeros, enloquecidos, se arremolinaban en torno a él para festejar un empate que les concedía esperanzas para la segunda parte.
Los blanquiverdes empezaron a entender pronto que no iba a ser fácil. A los pocos segundos, nada más sacar. Roger aprovechó la pasividad de la defensa para meterse en carrera entre los centrales y colocar una vaselina por encima de Razak. El balón se marchó fuera ante la mirada de desesperación de una zaga perezosa. Muñiz ya había metido a Rubén García y Víctor Casadesús antes de los diez minutos de la segunda parte. Los cordobesistas recularon porque los anfitriones empujaban. Más por insistencia que por buen juego, el Levante logró golpear duro al Córdoba. Lo hizo en el 65 por mediación de Roger Martí, un futbolista que este verano tuvo sobre la mesa un suculento contrato del Córdoba. Fue uno de los que no quiso venir a El Arcángel, según se encargó de relatar el propio club a través sus portavoces más autorizados. El punta valenciano controló un balón en carrera, se fue por velocidad, se escoró en el área y conectó un latigazo cruzado que entró tras golpear en el palo. Lo celebró con furia. Tras el 2-1, al Córdoba se le acumularon los problemas. El Levante hurgó en la herida ante un equipo que en ese momento andaba rehaciéndose. El técnico blanquiverde aún no había movido el banquillo a falta de veinte minutos para el final. Lo hizo para sacar del césped a Bíttolo, que se marchó dolorido -y con un más que aceptable rendimiento-, y colocar a Bergdich. A partir de ahí, llegaron en cascada. Caballero fuera y Piovaccari dentro. No va más.
El Córdoba se mantuvo de pie, enhebró alguna llegada, pero poca cosa. En cualquier caso, insuficiente para hacer daño a un Levante que jugaba con el pecho henchido y rozando el tercero en varias ocasiones. Logró ya en el descuento, por medio de Jason. Y las cosas se quedaron tal y como estaban al principio: el Levante más cerca de Primera y el Córdoba en puesto de descenso a Segunda B. Toca seguir remando, aunque habrá que ver durante cuando tiempo con el mismo capataz.
FICHA TÉCNICA
LEVANTE, 3: Raúl, Rober, Chema, Postigo, Pedro López, Insa (Jefferson Lerma, 78'), Campaña, Espinosa (Victor Casadesús, 52'), Morales (Rubén García, 46'), Jason y Roger.
CÓRDOBA, 1: Razak, Antoñito, Caro, Héctor Rodas, Domingo Cisma, Bíttolo (Bergdich, 72'), Javi Lara, Caballero (Piovaccari, 74'), Edu Ramos (Esteve Monterde, 77'), Juli y Rodri.
ÁRBITRO: De la Fuente Ramos (Comité Castellano Leonés). Amonestó al local Roger y a los cordobesistas Razak y Javi Lara.
GOLES: 1-0 (10') Campaña. 1-1 (32') Héctor Rodas. 2-1 (65') Roger. 3-1 (90+) Jason.
INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la jornada 26 del campeonato nacional de Liga 1|2|3, disputado en el Estadio Ciudad de Valencia ante 11.940 espectadores.
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