El triunfo más valioso: 'Quien juega limpio, gana'
El Arcángel acoge la presentación de la segunda temporada del proyecto dirigido a incentivar la deportividad en categorías base y del que Córdoba es pionera en España
“No todos pueden ser Cristiano (Ronaldo), ni Messi”. Dicha realidad es indiscutible y sin embargo no son pocas las veces que cae en el olvido. Con los astros del mundo fútbol, y los más destacados equipos, como espejo, en ocasiones pareciera que en el deporte sólo importen el gol, el triunfo y la clasificación. Pero hay mucho más allá de todo eso, mucho más si cabe cuando la práctica deportiva tiene lugar en categorías formativas. Que el campo sea una prolongación del aula de un colegio cualquiera o del hogar, es fundamental cuando los pequeños se encuentran en edad de crecimiento y, por tanto, de aprendizaje. En ese sentido, resulta esencial el fomento de valores como el trabajo en equipo o el respeto al compañero y al rival. O dicho de otro modo, que los más pequeños disfruten en el terreno de juego y logren conocer, con la intervención de muy diversos actores, la necesidad de desarrollarse como personas. “Quien juega limpio, gana”, así de claro lo deben de tener quienes participan de competiciones en edades de base.
Ése es el nombre del proyecto impulsado por la Delegación de Árbitros de Fútbol de Córdoba y respaldado por La Caixa y que se encamina hacia un nueva temporada. Con la colaboración del Instituto Municipal de Deportes de Córdoba (IMDECO) y de la Diputación Provincial y con la ayuda de la Delegación Cordobesa de la Federación Andaluza de Fútbol, la iniciativa promueve la participación activa de todos los actores que intervienen directamente en el fútbol base (directivas, entrenadores, padres, jugadores, árbitros, instituciones…) para la creación de un código consensuado que fomente los valores del deporte y contribuya a corregir toda conducta que vaya en contra de estos. Son éstas las bases fundamentales de una propuesta cuya más destacada cabeza visible es la del delegado cordobés de colegiados, Pedro Benítez.
La segunda campaña del proyecto tuvo su puesta de largo este jueves en el salón de actos de El Arcángel, de forma que el Córdoba CF y su Fundación mostraron también su apoyo a este “Quien juega limpio, gana”. El triunfo en ese camino hacia la erradicación total de conductas inapropiadas, mucho más si son violentas, en las categorías inferiores sólo puede ser posible por el conjunto. La idea quedó patente en un acto al que asistieron además del propio Pedro Benítez, el presidente del Comité Andaluz de Árbitros, Felipe Santos; el secretario de la Subdelegación del Gobierno, José Manuel de Siles; el delegado de Juventud y Deportes de la Diputación, Martín Torralbo; el vicepresidente de la Federación Andaluza de Fútbol, Pablo Lozano, y el presidente de la Delegación Cordobesa de este organismo, José Santigo Murillo; y el Jefe de Operaciones de Comandancia de la Guardia Civil de Córdoba, Fernando López. Tampoco faltaron representantes de los distintos clubes de la capital, así como de ex jugadores como Alfonso Espejo o Manuel Garrido e incluso el técnico del Córdoba, José Luis Oltra.
Todos compartieron el deseo de que cada vez sean menos necesarias iniciativas como ésta, de la que es pionera la Delegación de Árbitros de Fútbol de Córdoba, en el fútbol base. El objetivo no es otro que el buen desarrollo, tanto a nivel deportivo como personal, de los más pequeños y que estos se diviertan con la práctica deportiva. El reto no es sencillo a corto plazo, ni los progresos, que los hay, son flor de un día, pero todo resulta mucho más fácil con la participación también de los clubes. Precisamente ese hecho lo destacó Pedro Benítez, que explicó que la iniciativa busca más llegar a los padres que a los niños, ya que al final estos últimos saben disfrutar más allá del tiempo de partido. El delegado del colectivo arbitral andaluz en Córdoba marcó como meta “erradicar la violencia de los recintos deportivos”, lo cual es “tan sencillo como que el deporte es sólo deporte”. La fórmula tampoco es complicada: basta con suscribirse al Código de Ética Deportiva que en su día aprobara el Consejo de Europa y promover una estructura que permita el desarrollo de una cultura educativo-deportiva. Porque en un terreno de juego, sobre todo en escalafones inferiores, importan más los valores que los goles.
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