Semana de ensayos en un escenario turbio
En las vetustas instalaciones de la Ciudad Deportiva sigue el trabajo. Este martes regresan a la actividad los hombres de Enrique Martín, que abordan la última semana de preparación antes de enfilar el inicio del campeonato oficial de Liga en Segunda B, fijado para el 25 de agosto. Antes de recibir en El Arcángel al filial del Granada, la escuadra blanquiverde chequeará su estado de forma con dos amistosos más: el viernes ante el Sevilla Atlético y el domingo frente al Linares. Ambos duelos serán lejos de casa. La afición no se reencontrará con los suyos en el estario ribereño hasta que arranque el campeonato oficial, después de un partido de presentación ante el Rayo Vallecano (0-0) que dejó detalles prometedores.
Tras el descanso del lunes, el Córdoba tiene por delante seis sesiones de entrenamiento y dos partidos de pretemporada. A las 19:15 de este martes está prevista la prímera práctica en los campos del Camino Carbonell, que serán escenario de entrenamientos a puerta abierta el miércoles (9:30), jueves (9:30), viernes (8:30), sábado (9:30) y domingo (9:30). El viernes, a las 19:30, se enfrentará al filial del Sevilla en el Marbella Football Center y el domingo visitará (21:00) el Municipal de Linarejos para medirse con el Linares.
Durante esta semana se espera la llegada del internacional costarricense Sebastián Castro, casi un mes después del anuncio oficial de su fichaje. El joven jugador, de 19 años, se desenvuelve como carrilero diestro y mediocentro y recalará cedido por el AD Carmelita de su país. Además del ya contratado, el club está a la espera de poder resolver alguna de las operaciones que mantiene abiertas para la contratación de refuerzos en la línea delantera. Los refuerzos para la punta de ataque, señalados por el director deportivo, Alfonso Serrano, están a la espera de que se resuelvan cuestiones de índole económica que paralizan cualquier movimiento.
De hecho, la delicada situación institucional del club cordobesista ha vuelto a evidenciarse desde que el pasado 31 de julio no se produjera el pago pactado entre Aglomerados (Jesús León) y Azaveco (Carlos González) para terminar de formalizar la compra de las acciones del Córdoba. El abono de 4'5 millones de euros, que el presidente cordobesista aseguró en numerosas ocasiones que haría efectivo en el plazo fijado, no se produjo y la caja de los truenos se abrió de nuevo. Al conflicto entre León y González, con denuncias cruzadas, se ha unido la reclamación del antiguo director deportivo, Luis Oliver, que reclama 1'8 millones de euros por indemnización y otros conceptos.
Pero lo peor está en las deudas con los entrenadores anteriores, Sandoval y Curro Torres, a quienes se les adeudan cantidades que sólo han percibido de manera parcial y que deberían cobrar antes del 23 de agosto. Las reclamaciones por impago de otros acreedores -numerosos intermediarios están pendientes de cobrar comisiones desde la época de Carlos González- se unen a una situación altamente preocupante. Diversos colectivos cordobesistas, con especial énfasis en la asociación Minoritarios CCF, han reclamado a Jesús León que dé explicaciones y se marche. Desde la entidad blanquiverde, más allá de un último comunicado reclamando tranquilidad, no ha habido más movimientos. En la parcela deportiva tratan de mantenerse al margen y centrados en el trabajo, aunque resulta evidente que se mira de reojo lo que sucede entre los muros de El Arcángel. La estabilidad sigue siendo una utopía en el Córdoba.
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