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Quizá los récords sean una tontería, pero quieren otro

Xisco, en el partido ante la Ponferradina. FOTO: MADERO CUBERO

Paco Merino

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El Córdoba de Pablo Villa persigue en El Arcángel ante el Alavés una victoria que firmaría su mejor arranque de todos los tiempos

Reflexionaba Pep Guardiola antes de la Supercopa de Europa sobre la importancia de los récords, la relevancia de las marcas estadísticas como estímulo de espíritus valientes o como elemento paralizante para pusilánimes. Dijo el catalán que, a su juicio, sólo son números y anécdotas que dan para tertulias a la hora de la jubilación, para mirarlos con perspectiva y decir: “¡Oh, qué récord! ¿Os acordáis de aquello?”. El entrenador del Bayern de Múnich afirmó que “el fútbol es vida, es el momento” y que “el pasado es pasado”. Poco después de esas declaraciones, conquistó su primer título ante el Chelsea de Mourinho. Javi Martínez no marcó en el último suspiro de la prórroga ni Neuer detuvo el definitivo penalti a Lukaku por el efecto mágico de una estadística, pero esos lances se apuntan al expediente para reforzar la marca del equipo y enorgullecer a los aficionados. Quedan en la historia. Son recordados de manera cíclica. No es mal balance.

Es posible que para quienes están habituados al coleccionismo de hazañas de grueso calibre los récords sean menos importantes. Eso dicen, quizá para quedar bien y no parecer pedantes como Mourinho, que cada vez que tiene ocasión recuerda los suyos. Pero los récords, como los ascensos y las salvaciones, son los galardones que adornan la sala de trofeos sentimental de los humildes. Y el Córdoba está a punto de conseguir uno. Ganar tres partidos seguidos en el arranque de una Liga. Para muchos quizá sea una cuestión habitual, pero en el caso de los blanquiverdes supone un acontecimiento nunca visto. Vencer al Alavés supondría igualar el mejor inicio de Liga del club desde su fundación, en 1954. No garantiza que vaya a ascender, ni a jugar play off, pero sí proporcionará una alegría sensacional a una entidad necesitada de sonrisas. Pablo Villa no quiere el récord. Lo que quiere es ganar el partido. Igual que sus jugadores, que no están dispuestos a que se disipe la extraordinaria sensación que ahora invade el vestuario. Tienen dos partidos, dos victorias y la portería imbatida. Comparten liderazgo en Segunda con el Girona y el Alcorcón, protagonizando todos una rebelión de modestos que simboliza de modo fiel la esencia de una división en la que todo es posible.

No se prevé que Pablo Villa altere la fisonomía del once que ha reportado al Córdoba el pleno de puntos en su impactante puesta en escena del curso 13-14. De hecho, quienes salieron al campo han estado a la altura de las circunstancias pese a que, seguramente, no eran los que estaban apuntados en el guión previsto. La baja del central Armando, que aún no ha debutado en Liga por lesión, y la ausencia en el estreno del lateral Samu de los Reyes, que arrastraba una sanción de su etapa en el Sabadell, provocaron movimientos en la zaga. El joven Fran Cruz, directamente desde el filial de Tercera, se ajustó al eje al lado de Iago Bouzón, mientras que el veterano Raúl Bravo, llegado desde Bélgica, se acopló al flanco zurdo, dejando al holandés Janse, otro de los fichajes, en el diestro. Y por detrás, Saizar, antaño suplente. La combinación ha funcionado y en 180 minutos ligueros, el meta vasco no ha encajado un solo gol. Ellos son la última muralla, pero aquí defienden desde arriba. Lo hacen todos. El asunto de la presión se lo ha tomado muy en serio Villa, que ha inyectado a sus jugadores una dosis de combatividad muy efectiva a la hora de rentabilizar los goles. Han hecho dos (Strahman ante la Ponferradina y López Silva en Riazor) y han sido suficientes para quedarse con todo.

El Alavés, que no ha ganado ninguno todavía y sólo sumó un punto -empató ante Las Palmas-, llega como recién ascendido y con precauciones. Su técnico, Natxo González, ha piropeado al Córdoba en las vísperas. Llegan los vitorianos sin Beobide -ex blanquiverde- ni Mauro Quiroga -que estuvo en su órbita-, y con Javier Zubillaga -fundamental en una época compleja del club- como director deportivo. Volverá vistiendo la camiseta blanquiazul uno de los héroes cordobesistas en el último ascenso a Segunda, el extremo Guzmán Casaseca, quien coincidió en aquel plantel, a las órdenes de Pepe Escalante, con Pablo Villa y Luis Miguel Carrión, ahora responsables de la dirección del equipo de El Arcángel.

La única novedad en la convocatoria blanquiverde para el partido ante el Alavés es la presencia del canterano Rafa Gálvez en lugar del lateral Eduard Campabadal. No entran en la lista ni Armando ni Pelayo Novo, quienes siguen sin recuperarse de sus respectivas molestias, por lo que es más que posible que Villa repita por tercera jornada consecutiva la alineación titular. Tampoco entra en el grupo, obviamente, el último fichaje cordobesista, el argentino Germán Pacheco. El delantero, que llega cedido con opción a compra por el Juan Aurich peruano, estará en la grada viendo sus compañeros antes de que el club le presente oficialmente a los medios el lunes. Puede que no sea el último en llegar a la entidad que preside Carlos González, quien apura las gestiones para hacerse con el mejicano Uli Dávila o con otro jugador que podría ser Crusat, según apunta el digital Minuto 90. El cierre del mercado será caliente.

ALINEACIONES PROBABLES

CÓRDOBA: Saizar, Janse, Iago Bouzón, Fran Cruz, Raúl Bravo, Pedro, Luso, Abel, López Silva, Caballero y Xisco.

ALAVÉS: Goitia, Oscar Rubio, Luciano, Mora, Manu García, Guzmán, Emilio Sánchez, Jaume, Lázaro, Viguera y Vélez.

Árbitro: Arcediano Monescillo (Castellano-Manchego)

Estadio y hora: El Arcángel (18:00).

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