Aida Gil, una guerrera del ciclismo cuya vida se detuvo en seco
“Un día te levantas feliz, pensando que eres capaz de comerte el mundo, y unas horas después todo se detiene”. Así lo definió Aida Gil justo un mes después de sufrir un accidente que le cambió la vida. Un momento, un instante en el que todo lo que tenía planeado se fue al traste. Se encontraba haciendo una ruta de entrenamiento para una prueba de gran fondo, La Indomable, que se celebrará el próximo 4 de junio en Berja. Pese a que ella no recuerda nada, en su conversación con CORDÓPOLIS relata cómo lo vieron sus compañeros y qué dicen las heridas que aún perduran en ella. “En un punto de la ruta, durante una bajada, salí despedida hacia delante con mis manos sujetas al manillar de mi bicicleta”, afirma, aunque, sin embargo, ella solo recuerda “estar desayunando con mi grupeta en la Venta del Charco y, a continuación, estar sentada en la cuneta escupiendo sangre, sintiendo que estaba acompañada en todo momento”.
El viaje hacia el hospital fue una quimera, puesto que primero tuvo que trasladarse en ambulancia hasta Montoro, para, una vez allí, volver a moverse hasta llegar al hospital de Reina Sofía, donde le atendieron durante varias horas. No se olvida de aquellos que la cuidaron, así como de los que velaron por su salud, mostrándole su “agradecimiento a todos los sanitarios que me atendieron”. Sin embargo, “las consecuencias físicas están reflejadas en mi cuerpo y en el parte médico. Otras materiales y, las peores, las que no se ven”, reconoce.
Ante esta situación, sus compañeros y amigos no tardaron en ponerse manos a la obra, buscando toda la ayuda posible para que Aida pudiese recuperarse lo antes posible. “Durante el tiempo que llevo convaleciente, decidieron hacerme un regalo para reponer, de algún modo, la parte material que se quedó ese día en la carretera como muestra de cariño y apoyo”, explica. La idea tuvo una gran acogida, con muchas personas interesadas en poner su grano de arena para ayudar por lo que, a la vista de lo ocurrido, un grupo de sus más allegados “pensaron en gestionar de algún modo la ayuda que estaba llegando para poder hacer frente a los gastos médicos que están por venir, y de ahí surgió la idea de crear un crownfounding”.
Pese a encontrarse federada y tener seguro por accidente, el problema se encuentra en que “la cobertura dental del mismo es minúscula. Hay cobertura maxilofacial, aunque en los centros concertados por este seguro tanto en Córdoba, Sevilla y Jaén no pudieron responder en plena Semana Santa a la gravedad del accidente, ni en medios ni en especialistas”. Ante esta situación, el doctor que la atendió en el hospital de Reina Sofía, en una intervención de más de cinco horas, “hizo lo que los medios de los que disponía le permitieron”. “Esta intervención, de urgencia y temporal, requirió igualmente acudir de urgencia a la atención privada, en la que, mediante intervención extraordinaria, se evitó la necrosis de piezas dentales esenciales. Este hecho, junto con el seguimiento dental posterior, ha supuesto y está suponiendo un coste económico muy difícil de afrontar para mi situación laboral y económica actual”, expone Aida.
La recaudación de fondos ha logrado recaudar más de 400 euros en las dos primeras semanas, aunque aún queda mucho dinero por recaudar para poder llegar a sufragar los gastos médicos mencionados. Organizada por Juan José López y Puri Carrillo, la página recoge algunos de los detalles del accidente, incitando a todo aquél que esté interesado a “ayudar a Aida aportando un pequeño granito de arena, pero necesitamos que ese granito se convierta en un pequeño monte”. Ella, sin embargo, también ha querido dejar claro que es consciente de que se exponía públicamente a que la juzgasen, aunque “esto no ha surgido ni para dar pena ni para que la gente se compadezca de mí. Sigo haciendo mi vida dentro de mis posibilidades, tratando de normalizarla lo más posible”.
De esta manera, todo aquél interesado en aportar su grano de arena para la causa podrá hacerlo pinchando aquí.
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