Un mal huésped que estropeó el retorno califal a Segunda
El Córdoba sólo venció en El Arcángel en dos de sus 11 duelos con el Sporting, que aguó la fiesta del regreso a la categoría de plata tras 16 años del conjunto blanquiverde
Quizá pocos recuerden ya aquel día, o más bien quién fue el rival. Sin embargo, no fue la tarde del 22 de agosto de 1999 una cualquiera a orillas del Guadalquivir, pues El Arcángel se vestía de gala para disfrutar del ansiado retorno a Segunda. El Córdoba se reencontraba con la categoría de plata después de 16 temporadas y lo hacía ante su afición. El Sporting de Gijón se convirtió en un invitado de excepción en una fiesta que finalmente no pudo ser. Los asturianos, dirigidos por Pedro Pablo Braojos y con hombres en sus filas como Sánchez Jara, Cheryshev o Lediakhov, llegaron al coliseo ribereño en la jornada inaugural de la temporada del regreso blanquiverde al fútbol profesional. La celebración comenzó a tomar un color gris oscuro al filo del descanso de un partido que acabó como nadie hubiera deseado. Lediakhov marcó en el minuto 44 un gol que a la postre otorgó la victoria a los rojiblancos, una más en su historial de visitas a tierras califales.
El Sporting aguó aquella fiesta de la misma forma en que estropeó otro buen puñado de tardes al cordobesismo, que apenas vio ganar a su equipo en este tipo de duelos en dos ocasiones. Porque el cuadro gijonés es uno de los peores huéspedes que tuvo y tiene el Córdoba. Hasta cinco veces se marcharon con la sonrisa puesta y otras cuatro evitaron que la tuviera el conjunto califal con sendos empates. El origen de los enfrentamientos entre las dos escuadras se encuentra en la campaña 1969-1970, en la que los blanquiverdes volvían a Segunda tras siete años inolvidables en Primera. En aquella ocasión, cuando se mantenía la lucha por recuperar la categoría perdida, el conjunto asturiano golpeó con un resultado que se repetiría por dos veces, una de ellas la ya citada del curso 1999-2000. Un tanto de Herrero II en el minuto 42 otorgó los dos puntos en juego a la escuadra del Molinón, dirigida por Luis Cid “Carriega” y que se alzó con el Campeonato de plata al final de la temporada.
Los asturianos regresaron a El Arcángel en la campaña 1971-72, la última en Primera del Córdoba y la primera y única en que los dos equipos se enfrentaron en la máxima categoría del fútbol español. Se repitió el 0-1 en el marcador final, con gol de Valdés. Unos años después, en la misma década de los setenta, la escuadra gijonesa venció una vez más a un equipo que entonces dirigía Ignacio Eizaguirre, que dejó su lugar en el banquillo cerca de la conclusión del campeonato a Juan María Lasa. Era el curso 1976-77 y en la decimocuarta jornada el Sporting se impuso por 1-2, con un primer tanto del legendario Quini. Los gijoneses se proclamaron campeones de Segunda e iniciaron entonces su mejor época. Los califales, por su parte, comenzaron un declive que a partir de la temporada 1982-83 -la última en plata en más de tres lustros- les llevó a caminar por el desierto de Segunda B e incluso a caer al pozo de Tercera. Hubo que esperar hasta la ya citada 1999-2000 para volver a ver a los rojiblancos por el templo ribereño.
Por tanto, las cuatro primeras visitas del Sporting a tierras califales se saldaron con derrota local. Una racha que fue cortada de raíz en la campaña 2000-2001, en la que por fin el Córdoba conoció la victoria ante los asturianos, merced a goles de Gallego y Sívori. Fue un espejismo, pues en el siguiente curso la balanza se inclinó una vez más del lado gijonés (1-2), para en el posterior asistir al primero de los cuatro empates entre ambas escuadras. En la temporada 2002-2003, el choque terminó con un 1-1 en el electrónico, siendo el tanto asturiano de un futbolista que años después se convertiría en uno de los grandes de la mejor generación del fútbol español: David Villa anotó de penalti para restar valor al tanto inicial de Serban. El “Guaje” ya no militaba en el cuadro rojiblanco cuando éste cedió de manera contundente en la campaña 2003-2004.
Entonces, con motivo de la vigesimosexta jornada de Liga, el Córdoba se impuso por 4-1 al equipo de Marcelino García Toral, que parecía caminar de forma imparable hacia Primera y terminó sin saborear las mieles del ascenso. Ese día el gol visitante fue obra de Bilic, incapaz de marcar en la siguiente temporada con la blanquiverde. Se inició en la campaña 2004-2005, la del descenso califal a Segunda B, una serie de empates que alcanzó hasta el pasado ejercicio. En aquel curso de nefasto recuerdo a orillas del Guadalquivir las tablas se firmaron sin tantos. Tras el breve paso por la categoría de bronce del Córdoba, el empate resultó mucho más amargo para el equipo dirigido en la 2007-2008 por Paco Jémez. No en vano, ganaba por 2-0 antes de que Matabuena, por partida doble y en apenas diez minutos -del 70 al 80- amargara la mañana de Reyes en El Arcángel. El último precedente, la anterior temporada, en que el intercambio de golpes acabó con un 1-1 en el tanteador.
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