Inmersos en un duro reinicio

Dificultad máxima. Así se podría catalogar la situación actual del Córdoba Patrimonio de la Humanidad, que quiere mantenerse en la mejor liga del mundo sea como sea. A dos puntos del descenso e inmersos en la suspensión temporal de la competición por el coronavirus, los de Josan González tienen como principal objetivo mejorar la dinámica actual del equipo, que no gana desde la jornada 14, cuando hicieron lo propio ante el Pescados Rubén Burela por 5-1 en el mes de diciembre.

Eso sí, el cuadro blanquiverde comenzó lanzado la temporada. Venció en su estreno en Primera División ante Osasuna Magna (1-0) y ganó sorprendentemente en la cancha del Levante (2-3). Ello precedió a un bagaje de una victoria y cinco derrotas en los seis partidos siguientes, teniendo en cuenta que se enfrentó en ellos al Inter Movistar, ElPozo Murcia y FC Barcelona casi de manera seguida en Vista Alegre. Se obtuvieron grandes sensaciones de dichos encuentros, donde los blanquiverdes dieron muestra de su valía y buen juego ante los gigantes de la categoría. Sin embargo, desde esos primeros ocho partidos, el equipo, entonces dirigido por Miguel Ángel Martínez Maca, ha logrado únicamente una victoria más, la mencionada ante Burela.

El presente año ha tenido de todo para el Córdoba Patrimonio. En este 2020 solo ha conseguido 3 puntos de 24 posibles y Vista Alegre ha perdido su condición de fortín. Los puntos se escaparon entre los dedos de los cordobeses ante rivales como Levante, Valdepeñas, Peñíscola o Fútbol Emotion Zaragoza, rival directo por la salvación y que pasó en el último partido celebrado en el pabellón cordobés. Los empates y derrotas se fueron sucediendo y Maca, el entrenador del histórico ascenso, fue despedido por el club y sustituido por Josan González, que ha tenido la oportunidad de ejercer como técnico en varias sesiones de entrenamiento. Pero aún sin debutar.

Así las cosas, tras dichos resultados negativos, la sensación que resta es que podría estar asegurada la salvación en Primera División. Sin embargo, no queda tiempo para el lamento y, en cuanto se reanude la competición, al Córdoba Patrimonio de la Humanidad le toca pelear junto a otros púgiles por una plaza en la mejor liga del mundo. Casi nada.