El goleador reinventado

Alejandro Alfaro llega a Córdoba con el desafío de recuperar el rango perdido en Valladolid | Oltra, que le tuvo como referente en el Tenerife, pidió su fichaje | Tendrá un año de contrato

Dentro de la primea oleada de fichajes del Córdoba sobresale un nombre: Alejandro Alfaro. Mientras que Caro, Borja Domínguez y Guille Donoso aspiran a hacerse en un nombre en el fútbol profesional a medio plazo, el delantero de La Palma del Condado llega con otro tipo de urgencias. Las propias de su edad -cumplirá 30 en noviembre- y su expediente laboral, en el que figuran dos Copas de la UEFA, una Supercopa de Europa, una Copa del Rey y una Supercopa de España. En Segunda División, sus 20 goles -junto a los 29 del veterano Nino- llevaron al Tenerife a un histórico ascenso a Primera División en 2008. Aquella campaña homologó al canterano sevillista, que se labró una carrera en la máxima categoría. Mucho tuvo que ver en ese episodio de efervescencia futbolística José Luis Oltra, el entrenador que mayor rendimiento ha obtenido de él. Oltra es el responsable del Córdoba y ha pedido expresamente el reclutamiento de Alfaro, cuyo brillo se ha apagado en dos campañas mediocres en el Real Valladolid. Si Alfaro quiere o puede volver a ser el que fue son cuestiones que se podrán resolver en El Arcángel mejor que en cualquier otro lugar. Oltra ha apuntado en su libreta de tareas la reinvención como goleador de Alejandro Alfaro, que ha firmado por una temporada. Se lo juega todo.

Alejandro Alfaro Ligero (La Palma del Condado, Huelva, 1986) no es ya ningún meritorio. El Sevilla le pescó en el vivero del Siempre Alegres, un clásico del fútbol modesto onubense, y en la cantera de Nervión escaló puestos hasta llegar a debutar en Primera División a las órdenes de Juande Ramos. Entre el filial y el primer equipo sevillista estuvo hasta 2008, lo que le permitió vivir la irrupción del club andaluz en la élite nacional y continental después de unos años durísimos. Estuvo en las plantillas -y tuvo intervenciones esporádicas- que galaron la Copa del Rey, la Supercopa de España, las dos primeras Copas de la UEFA y una Supercopa de Europa. El éxito del Sevilla se cobró un buen puñado de víctimas entre los canteranos, que cada vez lo tenían más complicado para cuajar en un grupo cuyas exigencias se multiplicaban. El Sevilla fichó a Álvaro Negredo y a Alfaro le abrieron la puerta. Y allí estaba Oltra.

En Tenerife le recibieron como a un ídolo. Tuvo dos años inolvidables formando la punta al lado de Nino. En la Liga 2008-09, ambos se entretuvieron en marcar casi medio centenar de goles y llevaron al club chicharrero a la Primera División. El año siguiente siguió como titular y firmó siete goles, pero el equipo terminó descendiendo. Lo hicieron como héroes. A Oltra le tienen en un altar en la isla, al igual que a Alfaro. Cuando les vean acudir juntos esta temporada en Segunda División tengan por seguro que habrá sobredosis de reportajes nostálgicos en los medios de comunicación tinerfeños. El romanticismo siempre acaba abriéndose un hueco en el fútbol. Que se lo pregunten a José Luis Oltra, que recordando esos tiempos de esplendor se propone revivirlos en otro lugar y con otras circunstancias.

Alfaro vestirá de blanquiverde y le pedirán, como a sus compañeros, el ascenso. Seguro que Oltra ya se lo ha contado. Tienen confianza. El entrenador del Córdoba ha dirigido a Alfaro en 106 de sus 286 encuentros de competición. Más que ningún otro. El onubense le ha respondido con 35 goles y 12 asistencias. Ahora sus caminos se vuelven a encontrar en Córdoba, después de que Alfaro haya visto pasar la vida con cierto regusto amargo en dos cursos en Pucela, a donde llegó después de un trieno en Mallorca: 20 partidos y un par de goles en total. El examen de Córdoba será definitivo.