Mundial de fútbol femenino

La España de Rocío Gálvez luchará por un histórico oro Mundial

Que la historia siga escribiéndose en clave española. Y con un broche esperan culminar la gesta un grupo de jugadoras que se han marcado el reto de conseguir lo nunca visto. Y una vez más, con todo cordobés. La selección española absoluta femenina de fútbol ha logrado en la mañana de este martes la clasificación para la final del Mundial que se está disputando durante estos días en Nueva Zelanda y Australia. Allí, la expedición nacional sigue generando líneas de un recorrido soñado, ya que han conseguido doblegar nada menos que a la selección de Suecia en las semifinales, un equipo que llegó a la cita internacional con vitola de favorito tras ser actual semifinalista de la Eurocopa y tercero en el último Mundial. Pero la fe de España ha sido superlativa, y al igual que el propio conjunto de Jorge Vilda, también sigue haciendo historia la cordobesa Rocío Gálvez, presente en la expedición y que será la primera persona nacida en Córdoba que vaya a luchar por un oro en un Campeonato de Mundo absoluto de fútbol.

Con las nórdicas agazapadas, España dominó de inicio la posesión de la pelota pero con escasez de oportunidades en el balance de ambos equipos. Alba Redondo a centro de Olga Carmona y Jenni Hermoso a pase de Aitana Bonmatí lo intentaban, mientras que Suecia gozaba de su mejor opción a poco del paso por vestuarios en un cabezazo de Rolfö al que respondía magistralmente una colosal Cata Coll.

Tras la reanudación, las de Peter Gerhadsson disfrutaron de sus mejores minutos, insistiendo en sus desbordes por bandas y recurriendo a la corpulencia de sus atacantes. Sufría el combinado nacional, pero entonces Jorge Vilda cambió el sentido del partido, dando entrada a Salma Paralluelo para colocarla en punta y revolucionar el destino de la eliminatoria. Y es que el desenlace ha sido memorable: a menos de diez minutos de la conclusión la aragonesa enganchó un derechazo mortal de necesidad ante el que Musovic nada podía hacer. Las escandinavas se tiraron entonces con todo al ataque y encontraron el empate a dos minutos de la conclusión, gracias al enésimo centro lateral que caía mansamente en los pies de Blomqvist, quien no perdonó

Faltaba, no obstante, el último y definitivo giro de guion en forma de jugada ensayada. Un saque de esquina en el que Tere Abelleira cedió graciosamente el protagonismo a Olga Carmona, cuyo zapatazo besó el larguero justo antes de la red para desatar la locura en el abarrotado estadio neozelandés. 2-1 final con Australia o Inglaterra ya en el luminoso horizonte de la finalísima del domingo en Sídney. Un camino soñado con una estrella aguardando en la meta.