Felices fiestas y ... ¿hasta la vista?
Se repartieron sentidos abrazos, hubo fiesta y fotos en el vestuario, salieron del estadio con la cabeza alzada y paladeando el olvidado regusto de un triunfo valioso y convincente. La última estampa del Córdoba CF resultó impactante. Los jugadores quedaron en verse el próximo jueves 28 de diciembre, a eso de las diez de la mañana, en las instalaciones de la Ciudad Deportiva del Camino Carbonell. No es seguro que estén todos. Alguno quizá no regrese de las vacaciones de una semana que el club concedió a los futbolistas, que tratarán de evadirse en medio de las fiestas del ambiente de incertidumbre que planea sobre un vestuario que experimentará modificaciones drásticas. La llegada de Jesús León y Luis Oliver significará una revolución de invierno que se cobrará sus víctimas en un Córdoba que no ha estado a la altura esperada.
Los planes de cambio pueden empezar por el banquillo. Jorge Romero lleva tres partidos al frente. Los únicos tres que ha dirigido como técnico en una categoría profesional. El último, la victoria por 5-0 ante el Reus, fue excelente en todos los aspectos. Si, como parece, los nuevos dueños barajan un perfil más experto para tomar el timón de la nave en medio de esta tempestad, la salida del joven -tiene 32 años- cordobés, que promocionó desde el filial, sería un hecho. Los propietarios manejaban una cartera de opciones desde antes de desembarcar -y del partido ante el Reus, que llegó después de que se firmara la venta-, por lo que la determinación se plasmará en breve.
Dentro de cinco días, el grupo regresa a la actividad. Está por ver si con nuevo jefe, que sería el cuarto antes de que termine la primera vuelta de la competición en Segunda. Todo un récord. Por El Arcángel ya han pasado este curso Luis Carrión, Juan Merino y, en la actualidad, Jorge Romero, que llegó con la etiqueta de “interino” y que fue ratificado por la entidad apenas unas horas antes de que las acciones se traspasaran. El plan de Oliver es colocar a un entrenador con nombre y prestigio para relanzar al equipo y, evidentemente, lanzar al cordobesismo un mensaje de rebeldía ante las circunstancias.
¿Y en la plantilla, qué? Se prevén cinco o seis incorporaciones, que serán de efecto inmediato. Futbolistas para entrar directamente y causar un impacto positivo. No hay tiempo para acoplamientos ni otras milongas al uso. En la pasada campaña, el Córdoba reclutó a Javi Lara, Aguza y Bíttolo con ese fin y todos fueron titulares con peso casi desde el momento en que pusieron el pie en Córdoba. En esta ocasión, los refuerzos apuntan a la zona más débil hasta el momento: la defensa. El conjunto blanquiverde ha encajado 35 goles, más que nadie en la categoría. Futbolistas que llegaron para apuntalar la retaguardia han tenido un papel residual o nulo, como los laterales Javi Noblejas y Loureiro. El central Josema, uno de los fichajes estelares del verano, lleva semanas alejado del once. El único inamovible ha sido Fernández -que se lesionó ante el Reus-, mientras que el portugués Joao -el único cedido- ha estado lejos de lo que se podía esperar. Otro de los nomgres en el disparadero es el de Dani Pinillos. El lateral zurdo, uno de los miembros del equipo que ascendió a Primera con el Córdoba, regresó tras su periplo británico con el Nottingham Forest sin demasiada suerte. Los aficionados le han señalado como blanco de sus críticas después de un desempeño irregular, pero no mucho peor que el de otros y dentro de un nivel colectivo bastante mediocre. El sevillano Caro, polivalente y corajudo, ha tapado agujeros donde le han mandado. La meta es reformar la trinchera para arropar a Pawel Kieszek, uno de los mejores porteros de Segunda y ahora con una estadística llena de lamparones. El polaco, por cierto, termina contrato en junio.
Noblejas, Loureiro y Esteve han sido descartes habituales y podrían salir -cedidos o no- en las próximas semanas. También están en el foco otros futbolistas de mayor rango: Jona Mejía y Jaime Romero, fichados a golpe de talonario, no las tienen todas consigo. Su trayectoria ha sido deficiente hasta el momento y sus salarios son top en la plantilla. Tienen contratos multianuales, por lo que una cesión -a algún equipo extranjero- podría ser la mejor salida para las partes. El caso es que el Córdoba volverá dentro de unos días y se avecinan novedades trascendentales. El equipo que compita el próximo sábado 6 de enero en El Molinón ante el Sporting de Gijón puede ser muy distinto al que dijo adiós al 2017 en El Arcángel con una memorable actuación ante el Reus. En el Córdoba ya nada volverá a ser como antes.
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