¿Dónde estabas tú cuando Uli Dávila marcó aquel gol?
Hoy se cumplen dos años de la increíble acción que dio un ascenso a Primera al Córdoba después de 42 años | De aquel equipo apenas queda un futbolista con contrato: Arturo
A eso se las 19:54 del 22 de junio de 2014 se produjo a 1.500 kilómetros de Córdoba un episodio que en unas milésimas de segundo provocó la mayor alteración de ánimo colectivo que se recuerda en la ciudad. Uli Dávila marcó un gol que llevó al club a Primera División después de 42 años de ausencia. En el estadio de Gran Canaria apenas había 50 cordobeses desplazados, entre medios de comunicación y seguidores que removieron cielo y tierra para conseguir vuelo y entradas. En la ciudad se desató la locura y se abrió un espacio de 48 horas de intensidad brutal, con recibimientos, desfiles y fiestas variadas. Decenas de miles de personas tomaron las calles para festejar el mayor éxito deportivo de la ciudad en décadas. Dos años después, de aquella formación apenas queda el recuerdo. Los héroes del 22J se fueron diseminando por el mundo, pero de la memoria del cordobesismo jamás se borrará aquella tarde-noche de borrachera y éxtasis por algo nunca visto para una generación.
Saca Juan Carlos. El balón le llega a Pelayo, que envía al corazón del área para que Raúl Bravo conecte un forzado remate que repele en primera instancia Barbosa. El rechace del meta cae en los pies de Uli Dávila y... Los protagonistas de aquella jugada que llevó al delirio a los narradores radiofónicos cordobeses y hundió en la más profunda depresión a los canarios andan ahora en otros destinos. El portero siguió de blanquiverde en Primera, pero tras el descenso fichó por el Rayo Vallecano, con el que también ha bajado a Segunda hace unas semanas. Pelayo ha tenido un curso discreto en el Elche, Raúl Bravo sigue ganándose el jornal en la Liga griega -este año en el Aris Thesaloniki y antes en el PAE Veria- y Uli Dávila, el icono para la eternidad, trata de reencontrarse en su país con el Santos después de una última e infructuosa cesión por parte del Chelsea -del que ya se desvinculó- en el Vitoria de Setúbal portugués.
Sólo hay un jugador del once titular de Las Palmas que sigue en el Córdoba: López Silva. Será por poco tiempo. El onubense termina su contrato el 30 de junio y el club no cuenta con él para el futuro. Algo similar ocurre con dos de los integrantes del banquillo en aquella tarde de 2014 que salieron a jugar: Xisco Jiménez termina el día 30 su vinculación y parece improbable que siga en el Córdoba, pese a que ha desempeñado una notable temporada y ha ejercido como capitán. Hace unos días lanzó un mensaje en las redes sociales que sonó claramente a un adiós. El otro Arturo, el único que tiene contrato en vigor. El delantero ha estado esta temporada cedido en el Dundee FC escocés, donde apenas ha actuado en competición oficial. No seguirá de blanquiverde. Con ellos se extinguirán los últimos vestigios del grupo.
El lateral izquierdo Pinillos fichó el verano pasado por el histórico Nottingham Forest, de la Premiership, con el que jugó 21 partidos antes de lesionarse. El uruguayo Gunino, el lateral derecho, volvió a su país para enrolarse en el Atlético Fénix, que el pasado mes de enero le dejó sin ficha. Bouzón, que fue el central al lado de Bravo, ha disputado una buena campaña con el Nástic de Tarragona, jugando el play off de ascenso a Primera. Peleando por subir a Segunda está actualmente Abel Gómez, uno de los capitanes del Córdoba, que es uno de los fijos en el Cádiz. Ese objetivo lo ha cubierto ya Aritz López Garai, que reforzó en el mercado de invierno al Reus Deportivo y ha renovado con los catalanes para regresar el curso que viene a la categoría de plata. En Segunda B ha cumplido esta temporada Miguel Ángel Nieto, en las filas del Hércules. Pedro, el último en el equipo inicial de Las Palmas, no llegó a un acuerdo para renovar por el Córdoba y unas semanas después fichó por el Real Zaragoza, en el que aún sigue. En el banquillo se quedaron aquella memorable tarde Campabadal (Mallorca), Fran Cruz (Llagostera y Rapid de Bucarest) y Saizar (Larnaka de Chipre). El entrenador, Albert Ferrer, siguió en Primera hasta que le destituyeron en la jornada nueve. En el último campeonato dirigió durante poco más de tres meses al Mallorca.
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