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Edu Ramos: “El cambio (de propiedad) ha venido muy bien para todos”

Edu Ramos, en El Arcángel | ÁLEX GALLEGOS

Rafael Ávalos

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Apenas tiene 26 años y ya acumula una larga trayectoria. También en lo que se refiere al fútbol profesional. La razón es que debutó en Primera en edad juvenil, con tan sólo 17. Fue con un Málaga que poco después adquirió Al Thani con un ambicioso proyecto ahora en derrumbe. En verano de 2010, para la campaña 2010-11, hubo de buscar destino lejos de casa y empezó en Leganés un viaje que siguió en Villarreal y Albacete antes de firmar con el Córdoba. Desde su fichaje Edu Ramos ha contado casi siempre con la confianza del entrenador de turno, y ya son cinco en dos campañas. Motivo éste por el que, dada también su experiencia precedente, es una de las voces autorizadas dentro del vestuario de El Arcángel.

Natural de la localidad malagueña de Churriana (febrero de 1992), Eduardo Ramos Gómez es hoy por hoy un fijo en el esquema blanquiverde. Incluso tras un triple relevo en el banquillo y de la mano de un José Ramón Sandoval con el que espera alcanzar la permanencia. Es en la consecución de este objetivo en lo único que piensa. En ello cree firmemente, hasta el punto de otear el horizonte en la categoría de plata con el Córdoba. Eso sí, a pesar de que considera beneficioso el cambio de propiedad, no deja de admitir la dificultad de la empresa. ¿Y si al final el equipo desciende? Aunque no baraja dicha opción, en su último año de contrato, está dispuesto a continuar en El Arcángel. Si el proyecto lo merece, claro.

PREGUNTA. Un triunfo y se desborda el optimismo. Cualquiera diría que el Córdoba está en la situación tan delicada como la que atraviesa.

RESPUESTA. Sí, nos vino muy bien esa victoria ante el Valladolid. Nos hacía mucha falta para coger la confianza necesaria. Y la verdad es que es un primer paso, ahora tenemos que pensar en el Alcorcón. Estamos trabajando toda la semana para conseguir los tres puntos y recortar la distancia que tenemos con los otros equipos.

P. Ante el Valladolid hubo una sensación de catarsis colectiva, como si todos, en el campo y en la grada, hubieran despertado del letargo. ¿Lo vivieron así en el césped?

R. Sí. Te vas en la primera parte con la sensación de que has hecho méritos para ir por delante y te metes en el vestuario en el descanso y ves cómo el resultado está en contra. Para la segunda parte, hablamos entre todos y sabíamos que podíamos darle la vuelta al marcador. Después de la jugada ésa (el penalti detenido por Kieszek y la expulsión de Luismi) creo que se resuelve el partido. A partir de ahí, con la afición, con la gente que está en el banquillo y los que se quedan fuera… Estamos haciendo una piña increíble y eso es fundamental para salir de esta situación.

P. Si algo contentó a la afición el domingo, además de la victoria, fue el carácter que demostró el equipo, algo que se ha echado en falta a lo largo de la temporada. ¿Por qué no se vio hasta entonces esa actitud?

R. La verdad es que no sabría cómo contestar. Siempre hemos tenido resultados en contra y cuando se ponía por debajo en el marcador al equipo le costaba reaccionar. Parecía que ya se había terminado el partido. Creo que en los últimos partidos se ha visto ese cambio de carácter, que hacía falta. Ha venido gente más veterana en Navidad y eso también ha sido para mejorar. Creo que es fundamental creer en nosotros y tirar para adelante. Yo sí creo en este equipo y que vamos a salir de la situación en la que estamos.

P. Le iba a preguntar si había motivos para creer. Afirma que sí, ¿cuáles son?

R. Lo hablamos (en el vestuario) y es verdad que es muy, muy complicado. Creo que viendo a la gente entrenar, las ganas que pone en cada entrenamiento, en cada balón… Estamos con el míster, que nos dice lo que tenemos que hacer. Todo el mundo intenta hacerlo lo mejor posible y eso es muy importante, creer en ti mismo y en el compañero, ayudarnos en todo momento en cada situación, ya sea mejor o peor, pero estando muy unidos.

P. Recuerde su llegada al Córdoba, en verano de 2016, y mire al presente. ¿Podía pensar entonces una realidad como la actual o era inimaginable?

R. No, hombre. Yo no pensaba vivir esta situación. Llegué aquí con una ilusión, que la sigo teniendo, de estar lo más arriba posible en la clasificación. Es verdad que por muchas situaciones no he disfrutado como quisiera en Córdoba, pero eso te hace madurar, crecer como persona y como futbolista. Son situaciones que te vienen en esta vida. Estamos muy contentos (por su familia) a pesar de todas las circunstancias que nos han pasado, y a mí personalmente. No pensaba vivir esta situación, pero es lo que nos toca vivir y hay que salir de todo.

P. Esto me lleva a preguntarle por el club. ¿Qué encontró cuando llegó?

R. Siempre me han hablado muy bien del Córdoba y siempre me he dedicado a lo mío. A partir de ahí, no he querido entrar ni hablar nunca. Siempre me he dedicado a entrenar. Al club lo he visto muy bien, pero es verdad que en los últimos meses con todo el run run se crea un ambiente en el que no sabes lo que vas a pasar. Pero yo siempre he estado ajeno a todo lo que pudiese pasar y que el cambio ha venido muy bien para todos: para jugadores, afición y ciudad. Para todos, vamos.

P. ¿Cómo llevaban precisamente en el vestuario el enfrentamiento entre la anterior propiedad y la afición, los medios y las instituciones?

R. Sinceramente, hemos jugado en casa y parecía que estábamos jugando fuera porque la gente pitaba a la antigua propiedad. Estaba el run run ése. No éramos una familia y a los jugadores nos afecta. Encima no se sacaban los resultados y vas jodido a casa. Te ibas y no sabías lo que iba a pasar, y se crea ese ambiente en el que no sabes… pero creo que el cambio ha sido para mejor y hay que mirar al presente, y el presente es que estamos muy unidos y que hay que salir de esta situación lo antes posible.

P. Esta temporada, con una situación deportiva crítica, daba la impresión de quietud o despreocupación por parte de los González. ¿En el vestuario existió esa sensación de abandono que se percibía desde fuera?

R. No es abandono. Es verdad que si te pones a mirar, ves los campos que estaban mal… y todo. No sabría cómo decirlo, si es abandono o no. Siempre nos hemos centrado en nosotros. Es verdad que la gente te preguntaba: ¿Qué va a pasar con el club? Pero nosotros hemos estado siempre ajenos a todo eso. ¿Te afectaba? Pues sí, te afectaba mucho, pero es lo que te tocaba vivir. A nosotros lo que nos importaba era entrenar fuerte cada día, con todos los recursos que teníamos, y sacar los tres puntos el fin de semana. No ha sido así y se creaba un ambiente peor. Pero no creo que sea abandono.

P. Hablaba de que el cambio ha sido para mejor. ¿Qué le pareció al vestuario la venta, fue en beneficio del club?

R. Claro que sí, ha beneficiado. Sólo hay que ver a la gente, a la afición, que está ahora… Es verdad que siempre nos ha apoyado, pero creo que ahora, después de la venta, la afición se ha metido más a animarnos, a estar con nosotros. Se ve en cada balón, en cada disputa que se da en el terreno de juego, cómo la gente aprieta. Ahora sí que somos una familia unida y estamos todos tirando del carro, tanto jugadores como cuerpo técnico y afición, todos. Hay que estar unidos, y así será más fácil.

P. Por cierto, y ya en el apartado personal, usted debutó muy temprano en Primera, con 17 años, y después le tocó vivir el inicio de la era Al Thani en el Málaga. Ahora ese club está también en una situación complicada. ¿Quizá es porque prima más el negocio que el propio fútbol?

R. Es verdad que me vino muy precipitado el debut, y que me vino muy grande todo. Cuando compró Al Thani no contaban conmigo y por eso tuve que marcharme. Ahora la situación es complicada, pero… es como dices, negocio. Creo que Al Thani está haciendo buenas cosas en Málaga, aunque es verdad que en lo deportivo no están saliendo bien las cosas. Espero que el Málaga se salve, porque es un equipo de Primera.

P. Además de usted salieron muchos otros canteranos de allí. ¿Quizá se perdió, como se ha dicho en ocasiones en Córdoba, la identidad?

R. Salimos muchos canteranos cuando llegó Al Thani, es verdad. Él tenía su método, el dinero que quería gastarse, y vino mucho fichaje de mucho nombre. Hay veces que los canteranos rinden más que los jugadores con más nombre, pero cada uno puede hacer lo que quiera. Yo creo que un equipo con canteranos es muy bueno para el club y para todo.

P. Por otro lado, a usted le tocó sufrir un descenso con el Albacete, pero fue distinto. ¿Cómo se sobrelleva una situación como ésta?

R. Se pasa muy mal, porque lo que uno quiere es competir, ganar y verse tranquilo para vivir bien. Cuando estás en la situación de estar abajo en la clasificación, que te metes y sale o, como este año, que estás metido ahí todo el año, no disfrutas de este deporte, que es tan bonito. Y ya no es no disfrutar el fútbol, no lo haces con tu familia, con tus niños, porque te vas a casa muy jodido. No quiero vivir otro descenso. Para eso estoy trabajando cada día, y me voy a dejar la piel cada partido si me toca jugar para que el Córdoba continúe en Segunda.

P. Esta temporada son seis triunfos en 28 jornadas, un dato demoledor. ¿Qué pasa para que suceda esto?

R. Este año han pasado muchas cosas, ha pasado de todo. Es verdad que seis victorias son muy pocas, y es la situación en la que estamos. Unas veces hemos merecido ganar y no se ha dado la situación, y otras hemos merecido perder y hemos ganado. Son muy pocas victorias, porque creo que fuera de casa hemos ganado un partido. En Segunda si te haces fuerte en casa y fuera rascas algo, estás en una zona tranquila. Pero si todas las semanas intentas sacar tres puntos o rascar algo y al final te vas con cero… es muy complicado en Segunda seguir esa dinámica.

P. ¿Ha habido algún momento en el que se hayan sentido hundidos y hayan dicho en el vestuario “esto no tiene solución”?

R. Hundidos sí que hemos estado, por lo menos yo, pero siempre he creído en el equipo. Es verdad que cuando un sábado o un domingo te ibas con la derrota no tenías ganas de nada. Digo, dejo el fútbol… porque era lo mismo todas las semanas. Pero luego, el lunes o el martes, venía a entrenar y con otra mentalidad, de decir “esta semana ya toca, voy a dar el máximo de mí para conseguir los tres puntos. En los días primeros de semana venía siempre con esa misma ilusión, pero el fin de semana no se conseguía la victoria y te ibas otra vez jodido. Hundido sí que he estado, pero siempre he creído en sacar esto adelante.

P. Cuatro entrenadores van ya esta temporada. ¿Cómo supera un jugador tantos cambios?

R. Yo es la primera vez que he tenido tantos entrenadores en un año, y es verdad que cada uno tiene sus ideas. Eso también afecta, porque en pocos días tienes que cambiar todo lo que te ha pedido un entrenador antes con lo que te pide el nuevo, y en la cabeza tienes muchas cosas. Pero al fin y al cabo el fútbol es un balón y tienes que hacer lo que te pide el entrenador, pero el que juega eres tú y tienes que dar el máximo.

P. En lo personal, sin embargo, te ha marchado bien, porque has sido un fijo para todos los entrenadores.

R. Estoy muy contento por la confianza que me ha dado siempre el club, y en este caso los entrenadores, porque al final lo que quiere el jugador es entrenar y estar en el once el fin de semana. Es verdad que con todos los entrenadores he jugado y siempre he querido hacerlo lo mejor posible. Estoy muy contento de esa confianza de todos los entrenadores desde que llegué.

P. Por cierto, termina contrato en junio. ¿Ha hablado ya de renovación?

R. La verdad es que no he hablado. Tampoco creo que sea el momento idóneo para hablar del tema renovación, porque lo que quiero es salvar al Córdoba. Ahora mismo no me importa mucho la renovación. Sí que me gustaría quedarme aquí, porque estoy muy contento, y mi familia también. Tengo a mis niños y estamos muy felices aquí. Pero creo que no es el momento idóneo, ya que nos jugamos la vida y lo principal es el Córdoba.

P. Casi me responde a lo que le iba a preguntar. Le voy a poner en un compromiso. Dígame la verdad, ¿estaría dispuesto a continuar en el Córdoba en Segunda B?

R. Bueno, ¿por qué no? Córdoba es una ciudad que me encanta y si hace un proyecto bueno en Segunda B, para subir, ¿por qué no? La ciudad me encanta, la afición es de diez… porque en El Arcángel, cuando canta el himno, se te ponen los vellos de punta. ¿Por qué no seguir en Segunda B con el Córdoba para devolverle…? En este caso no quiero pensar en la Segunda B, porque creo que nos vamos a salvar y al final todo esto va a ser un lapsus, algo de decir “vaya añito”. Vamos a tener la recompensa. No voy a pensar si me voy a quedar en Segunda B, creo que voy a seguir en Segunda con el Córdoba.

P. Para terminar, ¿qué le diría a la afición?

R. A la afición creo que no le tengo que decir mucho, porque es verdad que siempre ha estado con nosotros. Después de la dificultad que hemos tenido durante todo el año, creo que su apoyo es muy importante. Se está viendo que se están vendiendo casi todas las entradas, a Alcorcón van muchos autobuses… Que sigan así, apoyándonos hasta el final, porque con su ayuda va a ser todo más fácil y al final conseguiremos el objetivo, que es que el Córdoba siga en la Liga 1 2 3. Que nos animen hasta el final, que nosotros nos dejaremos la piel para disfrutar al final de la temporada y ellos (los seguidores) también, que se lo merecen.

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