Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

Lo que más duele

Córdoba CF - Cádiz CF en El Arcángel | MADERO CUBERO

Paco Merino

0

Al Córdoba se le vino el mundo encima cuando lo mejor lo tenía. El efecto Carrión se disipó en el momento más inapropiado. Durante un buen rato de la tarde el equipo tuvo a su gente entretenida y en la clasificación provisional rozaba el play off. Ideal para cerrar el año en El Arcángel, al que no volverá ya hasta después de Reyes. Lo hará consciente de que aqui sigue teniendo un problema y de los gordos. Y no por milongas como la presión de jugar ante la afición propia, las exigencias del entorno y todo ese tipo de memeces al que a menudo han recurrido quienes no tienen agallas para dar una explicación a la deriva blanquiverde. Porque lo peor de todo esto es que el Córdoba no lo hizo mal. Su esfuerzo es irreprochable. Dio lo que tiene. Es lo que hay. La invasión silenciosa de jugadores del filial y la recuperación de Rodri como goleador fueron buenos argumentos, pero no suficientes para doblegar a un Cádiz que nunca se rindió. Es lo que tienen las rachas. El Córdoba también estaba en una, pero la de los gaditanos era más larga. Y, sobre todo, cuentan con un delantero que les sacó de problemas cuando más lo necesitaban. Una especie de Florin Andone, para entendernos. Ortuño marcó dos goles y dio la vuelta a un partido que el Córdoba tuvo de cara hasta que el Cádiz se quedó sin entrenador. De la Fuente Ramos echó a Álvaro Cervera y el Cádiz se autogestionó para salir del paso. Lo hizo con brillantez y empaque. Al Córdoba sólo le quedó resignarse y darse cabezazos contra el muro de la zaga amarilla mientras las contras finales le mataban. A este equipo le hace falta un buen meneo en el mercado invernal. Ya veremos.

Al hombre tranquilo le va la marcha. Quizá no por vocación, pero desde luego que sí por obligación. Si uno llega a un equipo en crisis, parece procedente que cambie piezas. Luis Carrión lo ha hecho recurriendo al vivero que mejor conoce -y el que a día de hoy tiene a mano, salvo que el mercado invernal diga lo contrario-: el filial. En poco mas de una semana ha quedado claro que Javi Galán, el chico al que antes llamaban Rooney, va a ser un elemento referencial de aquí en adelante para el Córdoba. El extremo de Badajoz se ha atornillado a la banda izquierda y no ha dado ningún motivo para salir de ahí. La sorpresa del once estuvo en el ingreso de Esteve Monterde, un mediocentro fichado en verano de 2015 del Badalona que la semana pasada se estrenó en un partido de Liga de Fútbol Profesional con unos minutos en Reus. Ante el Cádiz salió con el 34 en el once inicial, desbancando a un fijo como Luso Delgado, que volvía de su sanción. El aragonés empezó en el banquillo. Y desde la grada lo vieron, descartados a última hora, Samu de los Reyes, Carlos Caballero y Caro. En el enrachado Cádiz llegaba un viejo conocido del que apenas se acordó nadie, pues fue un perfecto jugador irrelevante: Eddy Silvestre.

Salió el Cádiz con más intención, presionando a un Córdoba al que le costaba salir con el balón. El enchufe de los visitantes tenía bastante que ver con el ambiente en la grada de Tribuna, donde predominaba el amarillo. La velocidad de Álvaro García causó los primeros estragos en la retaguardia local, aunque sin que saltasen las alarmas. Sin embargo, se vieron las costuras atrás y tanto Rodas como Bijimine padecieron lo suyo cuando tenían que jugarla con un adversario encima. No había ocasiones de gol para nadie. El Cádiz se acercaba más, pero Kieszek no tuvo que sudar. Ortuño, en el minuto 22, lanzó fuera y elevó los ánimos de los suyos, aunque lo que verdaderamente disparó el termómetro emocional en la grada fue un rifirrafe entre Rodri y Sankaré -el defensa empujó y el soriano le puso un poco de teatro- que el árbitro solucionó como pudo sin sacar tarjetas y con las aficiones vociferando. La primera del Córdoba llegó en el 25, en un balón cruzado al que no llegaron Juli ni Rodri. Pero todo era muy enrevesado, sin demasiada elaboración tanto en uno como en otro lado. Los errores o la picaresca eran la fuente principal de situaciones de peligro en las áreas.

Esteve Monterde remató alto un rechace de la defensa tras una falta botada por Borja Domínguez en lo que fue un acercamiento más del Córdoba, que pareció más impetuoso a partír de la media hora. Los de Carrión fueron armándose a medida que avanzaban los minutos. Empezaron a enlazar jugadas por las bandas y dieron sobresaltos a Cifuentes. A falta de dos minutos se pidió penalti en el área del Cádiz y el meta cadista sacó acrobáticamente la pelota en un remate de chilena de Rodri en el último instante de la primera parte.

El Córdoba había sobrevivido al fuerte inicio del Cádiz y se fue al vestuario con la sensación de haber merecido algo más que el empate sin goles, principalmente por la acción de Rodri al final. Su asedio en el último tramo del primer periodo fue premiado con aplausos de una grada más encendida que nunca en este curso. Los de Carrión le pusieron casta y criterio ante un Cádiz que juega con la seguridad que le da su racha. Al que le sale todo, lo intenta más. Y los de Álvaro Cervera se comportaron con la osadía que les da su buena clasificación -la mejor en la última década- y el aliento infatigable de su marea amarilla. Con todo, no lograron someter a un Córdoba en reconstrucción.

Nada más salir, ocasión para el Córdoba. Borja Domínguez botó un saque de esquina y Domingo Cisma, sorprendentemente libre de marca, cabeceó colocado junto al palo y su remate se fue ligeramente desviado. Juli y Rodri volvieron a meterse en el área con una pared y el remate final del alcoyano le salió con poca potencia, deteniendo Cifuentes. El Córdoba compareció con más brío, prolongando el dominio que había marcado desde mediados de la primera parte ante un Cádiz que iba reculando ante el mayor empuje local. Álvaro Cervera trató de arreglar el cuadro con la salida de Rubén Cruz, un punta, para combatir a un Córdoba que se crecía. Y ocurrió. Rodri, que se las tenía tiesas con Sankaré desde que arrancó la tarde, fue derribado por el senegalés en el minuto 54. El árbitro amonestó al central, señaló penalti y el soriano, muy decidido, cogió el balón. Con un golpeo seco y colocado anotó en su tercer partido consecutivo. Desde que llegó Carrión, no falta a su cita con el gol.

El pleito se calentó. Álvaro Cervera fue expulsado en el minuto 60 por protestar desde la banda y todo el mundo se quejaba por todo. El Cádiz quitó a Eddy y Carrión sacó del campo a un extenuado -y ovacionado- Juli para colocar a Pedro Ríos. El Cádiz parecía ya dominado... pero sacó su mejor arma: Ortuño. El delantero de Yecla anotó su décimo gol de la temporada en un contragolpe en el que se recorrió todo el campo para plantarse delante de Kieszek, que trató de aguantarle en la salida sin conseguir su propósito. Con un disparo fuerte y colocado, Ortuño firmó el empate y llevó el partido a una situación de ruleta rusa. El incentivo de los gritos desde la grada forzaba a buscar el gol de la victoria. El Córdoba se quedó emocionalmente en tierra de nadie. No sabía por dónde tirar. Si ir hacia arriba, defender o qué. El Cádiz se aprovechó de ese estado de estancamiento. Carrión dio entrada a Alfaro por Borja Domínguez con algo menos de veinte minutos por delante. El Cádiz pudo reventar el partido en un balón que le cayó a Sankaré sin que lo esperara en un saque de córner. El africano le pegó mal y estrelló la pelota en el lateral de la red.

Piovaccari, el hombre que noqueó el Cádiz en la Copa, salió como último refuerzo. El Córdoba sacó todo lo que tenía, pero los rivales disponían de un elemento de poder incalculable. Ortuño volvió a hacerlo cuando más dolía. Su gol dejó al Córdoba groggy. Álvaro García pudo marcar el tercero. Los blanquiverdes se fueron arriba con desesperación y terminaron de la peor forma. A dos del del fin, el Cádiz hizo más sangre con un tanto más a la contra. Lo firmó Aitor García. El epílogo del partido fue de lo más triste. Los cadistas sacaban su repertorio de cánticos más hirientes mientras la mayoría de los aficionados tomaba en silencio el camino de salida del estadio.

FICHA TÉCNICA

CÓRDOBA CF, 1: Pawel Kieszek, Antoñito, Héctor Rodas, Jonathan Bijimine, Domingo Cisma, Edu Ramos, Javi Galán (Piovaccari, 79'), Juli (Pedro Ríos, 68'), Borja Domínguez (Alfaro, 72'), Esteve Monterde y Rodri.

CÁDIZ CF, 3: Alberto Cifuentes, Carpio, Aridane, Garrido, Salvi (Rubén Cruz, 53'), Álvaro García (Nico, 90'), Brian Oliván, Eddy Silvestre (Aitor García, 65'), Sankaré, Abdullah y Ortuño.

ÁRBITRO: De la Fuente Ramos (Castellano Leonés). Amonestó con tarjeta amarilla a los locales Antoñito y Rodri y a los visitantes Brian Oliván, Eddy Silvestre, Sankaré y Garrido.

GOLES:  1-0 (55') Rodri, de penalti. 1-1 (70') Ortuño. 1-2 (83') Ortuño. 1-3 (88') Aitor García.

INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la jornada 18 del campeonato nacional de Liga 1|2|3 disputado en el Estadio Municipal El Arcángel ante unos 16.000 espectadores. Más un millar de seguidores del Cádiz en la zona de anfiteatro de Tribuna. Realizó el saque de honor la gimnasta olímpica Lourdes Mohedano. Se guardó un minuto de silencio en memoria de las víctimas del atentado en Turquía.

Etiquetas
stats