Córdoba CF
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Crónica
Una victoria vital en lo deportivo y humano
El duelo que podía consolidar el buen momento de los blanquiverdes en el tramo regular, pero que lo sucedido en el terreno de juego dejó lo deportivo en un segundo plano. El Córdoba CF llegaba al Estadio Álvarez Claro con la posibilidad de sumar su cuarta victoria consecutiva y recibir al Castellón la próxima semana en El Arcángel con las mejores sensaciones posibles. Aun así, el colista de la competición aguardaba en su propio césped en busca de un punto de inflexión que, finalmente, no llegó tras recibir al tercer clasificado del Grupo II de Primera RFEF. Un partido que no se recordará por su calidad, pero sí que por que el conjunto califal se enfundó nuevamente el mono de trabajo.
Un encuentro que comenzó de manera muy igualada, con el Córdoba CF queriendo hacerse con el dominio del balón, pero sabiendo que en esta mañana de domingo era muy difícil hacer su juego. No por la fortaleza defensiva melillense, o al menos no en su gran mayoría, sino que gracias al estado del terreno de juego del Álvarez Claro. El césped se encontraba en unas condiciones pésimas, donde en cualquier acción podía salir lesionado un jugador o un bote podría desconcertar la trayectoria del esférico. Por ello, los chicos dirigidos por Iván Ania, en estos primeros compases de la primera mitad, trataron de buscar con balones largos tanto a los extremos como a los laterales, pero sin ninguna acción clara de peligro más allá de un centro de Carracedo que no obtuvo rematador.
Por su parte, el Melilla hizo tal y como su entrenador Juan Sabas explicó en sala de prensa, guardar la ropa lo máximo posible, sin sufrir demasiados errores defensivos y a partir de ahí crecer en las transiciones rápidas, sobre todo para paliar los diez goles en los últimos tres encuentros disputados. Es por ello que, a excepción de un disparo de Siddiki tras conseguir un rebote en área blanquiverde, no se le vio de manera incisiva en campo contrario, mientras que el Córdoba CF si llegaba con algo más de claridad por medio de Adilson y Lapeña, aunque sin demasiado peligro, consolidando el bocata de tornillos que estaba siendo esta primera mitad para el aficionado medio.
Sin embargo y cuando todo parecía que no iba a pasar nada más sobre el terreno de juego, ocurrió un susto que dejó temblando a todos los aficionados al fútbol, más aún si se pone el foco en los hinchas cordobesistas. Dragisa Gudelj sufrió un nuevo desvanecimiento en el Álvarez Claro, lo que obligó al colegiado a parar momentáneamente el partido para que las asistencias pudieran atender a un jugador blanquiverde que abandonó el campo por su propio pie, aunque con cierto nerviosismo -lógico, claro está-. Por su parte, el trío arbitral conversó con ambos clubes y decidieron reanudar un duelo en el que no ocurrió nada hasta el final de la primera mitad.
En la reanudación, el Córdoba CF siguió fiel a su filosofía de jugar siempre por abajo a pesar del estado del terreno de juego, aunque en los primeros minutos se notó que el partido se estaba batallando en el hospital de Melilla, donde a Gudelj se le estaban realizando las pertinentes pruebas. Aun así y con el paso de la segunda mitad, los blanquiverdes fueron haciéndose dueños y señores de un encuentro donde el conjunto melillense, en cambio, tuvo la oportunidad más clara hasta el momento. Una salida errónea de Carlos Marín dejó el balón franco para que Migue García probase un disparo que fue repelido por Calderón bajo palos.
De hecho, el propio lateral blanquiverde fue el protagonista del choque minutos después, ya que una incorporación suya al ataque hizo que tanto Diarra como Kike Márquez realizasen una combinación preciosa donde el mediapunta de Sanlúcar de Barrameda se inventó un pase prodigioso que Calderón se encargó de mandar al fondo de la red melillense. Se destapó el tarro de las esencias para un Córdoba CF que encontró la justicia en césped rival, pero aún con muchos minutos por delante para conocer si finalmente sumaría su cuarta victoria consecutiva ante el colista de la competición.
A partir de aquí, el Córdoba CF hizo lo que tenía que haber hecho en varios partidos del inicio regular como en Málaga: que no se juegue prácticamente nada. Aprendieron los chicos dirigidos por Iván Ania que logran su cuarta victoria consecutiva, se alzan con la tercera posición del Grupo II de Primera RFEF y se consolidan en la zona de play off de ascenso a Segunda División, pero, sin embargo, el apartado deportivo no cuenta nada en situaciones como esta. La entidad blanquiverde está pendiente del estado de salud de un Dragisa Gudelj que se encuentra bien, pero que volvió a sufrir un desvanecimiento en un partido de fútbol. Un triunfo con trascendencia deportiva y, sobre todo, humana.
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