Un reino que volvió a rugir
Rabia desatada. Después de todo un curso de emociones y sentimientos (en parte) contenidos, la ilusión vuelve a brotar a orillas del río Guadalquivir. En concreto, en las inmediaciones de El Arcángel, feudo que está viviendo un tramo que hacía tiempo que no se presenciaba en clave blanquiverde. La necesidad se ha abierto paso al fin para darse la mano con una filosofía de ambición que busca crecer sin miramientos. Ya ha perdido demasiado tiempo en el camino (y no pocas categorías), por lo que es ahora realmente cuando el Córdoba busca renacer de sus propias cenizas. No es una frase baladí, teniendo en cuenta todo lo que ha ocurrido -y sigue ocurriendo- en clave cordobesista durante los últimos años. Y es que es de sobra conocido que la actualidad fuera del césped ha sido durante meses casi tan importante (a veces, incluso, más) que lo que ocurría sobre el terreno de juego. Ahora el plantel quiere dejar atrás tantos momentos agridulces y hacerse grande de nuevo. Y de momento, van por buen camino.
Más de una garganta ha podido ya sufrir en apenas cuatro jornadas gritando uno de los muchos goles del Córdoba. Argumentos hay de sobra para ello, y quizá más si se piensa de donde se viene. En una de las temporadas más duras que se recuerdan para todo el fútbol en general, y en particular para los califas, El Arcángel, ese estadio caliente y capaz de levantar a su equipo de las más duras caídas, vivió una campaña de frío casi absoluto, propiciada a causa de la pandemia de la Covid-19, que obligó a pasar la mayor parte del curso bien con partidos a puerta cerrada, o con grandes limitaciones de aforo. Un contratiempo (lógico, sin duda, en aquel momento) que, en el caso de un estadio como el cordobés, uno de los más grandes de la categoría, hizo que en no pocos partidos se viviera un ambiente realmente desangelado.
Por tanto, y gracias a la reducción de las limitaciones, el inicio de esta campaña 2021-22 está siendo muy distinto. Los resultados acompañan y la afición cordobesista ha vuelto a ilusionarse con un equipo que está cumpliendo sobradamente con las expectativas. Es por ello que el reino blanquiverde vuelve a rugir, y así se confirmó el pasado fin de semana, cuando más de 7.000 gargantas se dieron cita para aupar a su equipo hacia el liderato en solitario del grupo. En concreto, fueron 7.548 (algo menos del total de abonados con los que cuenta el club) los que pasaron por los tornos y disfrutaron cantando cada uno de los goles del Córdoba. El himno sonó como hacía tiempo que no ocurría y, por momentos, las gradas del feudo ribereño volvieron a retumbar como en las grandes citas.
El Arcángel pide fútbol. Y lo está haciendo a grito limpio. Un partido muy especial en el que midieron fuerzas los jugadores de Germán Crespo y el Don Benito, puesto que se dio igualmente una situación novedosa en materia social. En efecto, 567 días después, según los datos de @canblanquiverde, el estadio califa contó además con afición visitante en las gradas. Fueron unas decenas de seguidores extremeños que no dudaron en viajar y acompañar a su equipo, ahora que la situación lo permite. Un reencuentro que es fruto del acuerdo alcanzado entre los califas y el equipo rojiblanco para favorecer el acceso del público, y que se replicará igualmente en el choque de vuelta.
Así las cosas, un estadio que vuelve a disfrutar de su equipo. Y que quiere más. Es por ello que los aficionados cordobeses estarán muy pendientes este miércoles de lo decidan entre el Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas en el Consejo Interterritorial de Salud, que va a estudiar la ampliación de los aforos máximos permitidos en los eventos deportivos multitudinarios. Seguir soñando y ser ambiciosos. Un reino que vuelve a rugir.
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