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Bienvenidos al reino de las oportunidades perdidas

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Paco Merino

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Un gol del Zaragoza en el tiempo añadido aniquila las ilusiones de un Córdoba que sufre un atasco histórico en El Arcángel

Quién se lo iba a decir. El Córdoba añadió un capítulo más a su colección de oportunidades desperdiciadas en su hogar, convertido en la segunda vuelta del campeonato en un territorio hostil. Para algunos, el duro desenlace del partido ante el Zaragoza fue fruto de una autoagresión. Hubo fallos individuales que destrozaron los esfuerzos colectivos de un dramático plumazo. Para otros, el triunfo maño fue el justo castigo a la actitud medrosa de la escuadra blanquiverde, que especuló con el resultado arriesgándose a que le sucediera lo que finalmente pasó. Y ocurrió en la peor de las versiones. El vídeo de la última acción del partido es el retrato más fiel de la decepción futbolística. Un balón sin aparente peligro botó delante de Raúl Bravo, que se quedó clavado mientras Roger, como un ciclón, irrumpió para agarrarlo y batir a un “vendido” Juan Carlos. Los jugadores locales cayeron derrumbados al césped. Ni siquiera se sacó de centro. El árbitro pitó el final y el personal enfiló las bocanas de salida del estadio con una rara sensación: entre la indignación y la resignación, el cordobesismo terminó estupefacto y con las cuentas para el play off de nuevo emborronadas. Se podrán seguir haciendo, porque las matemáticas son así, pero lo ocurrido en El Arcángel es un golpe brutal para la progresión de un Córdoba que regaló el partido a un mediocre pero entusiasta Zaragoza.

Al Córdoba, que no movió el once que se impuso en Barcelona, se le puso el escenario favorable muy pronto. Antes del cuarto de hora, Pedro anotó el 1-0 tras recoger un balón que le sirvió Arturo dentro del área. Los de Víctor Muñoz reclamaron insistentemente al árbitro una falta previa del ex delantero de La Roda a Cidoncha, pero no hubo caso. Los de Ferrer controlaban la situación. El guión del partido no se salía de lo previsto. Los maños, en una delicadísima situación en la tabla, necesitaban la victoria y tenían que arriesgar. El Córdoba mantenía las posiciones con disciplina, buscando alborotar a la retaguardia maña con las entradas por la banda de Pedro, las diabluras -para bien y para mal- de Uli Dávila y los pases interiores de Abel Gómez.

El Córdoba tenía la ventaja en el marcador y el gobierno de la situación. Se trataba de echar el cerrojo, no cometer ninguna tontería y buscar alguna salida a la contra, un balón robado o alguna acción a balón parado para ajusticiar a un Zaragoza que se encomendaba a la briega arriba de Roger, su hombre más incisivo. En los pies del punta valenciano cedido por el Levante estuvo la opción del empate. Aprovechó una pifia de Iago Bouzón, que quiso salir con un inapropiado taconazo del área, para pasar la pelota a Henríquez, que no llegó. Acto seguido, Arturo tuvo el 2-0 en una acción en la que se quedó solo delante de Leo Franco y mandó la pelota fuera. Uli pudo aumentar la ventaja antes del descanso, pero fracasó en su idea de driblar al meta argentino del Zaragoza y la oportunidad se diluyó. El intermedio llegó con la sensación de que el Córdoba lo tenía todo a favor.

Víctor Muñoz, técnico aragonés, dio entrada a Víctor por Luis García tras el descanso y el Zaragoza le puso brío en el arranque. El Córdoba siguió a la expectativa. Los de Ferrer se afanaban en no rifar la pelota y esperar a encontrar espacios para crear en ataque. El fuerte calor comenzó a causar estragos. En cada parón del juego se veía a los futbolistas pedir agua y, en algunos casos, a alguien le hubiera venido de perlas solicitar directamente una bombona de oxígeno. El desgaste era tremendo. Ferrer sacó del campo a un extenuado Uli Dávila para colocar a Nieto, del que se esperaba frescura para percutir en una zaga aragonesa que dejaba dudas. No fue suficiente. El dominio del Zaragoza se hacía cada vez más insistente, aunque el Córdoba asustaba de vez en cuando. El segundo pudo llegar en un disparo lejano de Pedro, que vio adelantado a Leo Franco y lanzó con toda la intención un balón que se marchó cerca del poste.

El partido tomó una deriva extraña, El público ansiaba celebrar el segundo gol y reclamaba, con silbidos, una actitud más osada de los suyos. Pero un vistazo al marcador (1-0), aliviaba el ánimo. Esa situación se mantuvo hasta que las cosas comenzaron a torcerse para el Córdoba, al que le quedó un panorama muy feo cuando Cidoncha envió a la red un pase de Víctor Rodríguez tras una falta lateral cometida por Bouzón. El Zaragoza se creció con el empate; el Córdoba, ante una situación inesperada, no supo reaccionar. Nadie tenía muy claro lo que hacer. Si irse con todo hacia arriba o seguir atrás. Si tocar y tocar o buscar el juego directo a los puntas. Las recriminaciones desde el graderío contribuyeron a dar un aire extraño al partido. Roger encontró un buen aliado en Javi Álamo, que salió en lugar de Henríquez y dio una nueva dimensión a la vanguardia zaragocista. En el Córdoba, Ferrer (que otra vez no agotó los tres cambios) había mandado a Pedro a situarse en la media punta, con Nieto en la banda.

En medio de un ambiente de crispación y falta de ideas sobre el campo, el Córdoba se vio sometido por un Zaragoza que llegaba con fluidez y que estaba estimulado ante la visión de un adversario herido y sin norte. El equipo local aún pudo salvar la situación en una falta bien lanzada por Abel que terminó despejada de puños por Leo Franco. Víctor Rodríguez pegó un trallazo desde cerca que rechazó Juan Carlos, en la parada de la mañana. El resoplido de alivio se notó en El Arcángel, donde se pedía insistentemente la hora. Y llegó lo peor para el Córdoba, que en el tiempo añadido protagonizó una jugada tragicómica, que empezó en el área contraria. Xisco perdió arriba en una combinación con López Silva y la acción terminó con un pase largo que no controló Raúl Bravo. Allí estaba Roger. Y todo terminó.

FICHA TÉCNICA

CÓRDOBA, 1: Juan Carlos, Adrián Gunino, Iago Bouzón, Raúl Bravo, Dani Pinillos, Luso, Abel, Pedro, López Silva, Uli Dávila (Nieto, 61') y Arturo (Xisco, 70').

ZARAGOZA, 2: Leo Franco, Fernández, Cidoncha, Álvaro, Abraham, Arzo, Barkero (Paglialunga, 20'), Montañés, Luis García (Víctor Rodríguez, 46'), Henríquez (Javi Alamo, 64') y Roger.

ÁRBITRO: Piñeiro Crespo (Comité Asturiano). Amonestó con tarjeta amarilla al local Iago Bouzón y a los visitantes Álvaro, Roger y Arzo.

GOLES: 1-0 (13') Pedro.

1-1 (72') Cidoncha. 1-2 (93') Roger.

INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la jornada 38 de la Liga Adelante, disputado en El Arcángel ante 11.098 espectadores. Se guardó un minuto de silencio en memoria de los niños del Monterrubio extremeño fallecidos el pasado jueves en un accidente de tráfico. Minutos antes de empezar se rindió homenaje a jugadores y cuerpo técnico del Córdoba B por su permanencia en Segunda División B.

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