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El Cajasol Ángel Ximénez se redime con una victoria de autoridad en Nava

Reacción. Eso es lo que se le pedía al Cajasol Ángel Ximénez tras la dura derrota en casa ante el Ademar León de la pasada jornada, y eso es exactamente lo que ha entregado en su visita a Nava. El equipo de Paco Bustos ha dado un golpe de autoridad en el pabellón Guerrer@s Naver@s, asaltando la pista de un rival directo, el Viveros Herol Nava, con una victoria tan trabajada como merecida (24-30). Dos 'puntazos' que son un auténtico bálsamo, que confirman la capacidad competitiva del equipo lejos del Miguel Salas y que le permiten, de paso, poner tierra de por medio con respecto a los segovianos en la clasificación, aupándose hasta una meritoria octava plaza con 6 puntos en su casillero.

El partido se cimentó en una primera mitad muy seria de los pontanos. Aunque el duelo arrancó con la igualdad esperada (3-3), el Ximénez no tardó en tomar el mando. Con un Leandro Semedo entonado en el lanzamiento exterior y una buena circulación de balón, los visitantes firmaron un primer parcial de 1-5 que les dio la primera ventaja sólida del encuentro (4-8, min. 12). Nava, herido, reaccionó y logró reducir la distancia a solo dos goles (9-11), pero el Ximénez no se descompuso y, gracias al acierto de Mario Dorado, recuperó el colchón para marcharse al descanso con un ventajoso 11-15.

Lejos de especular con el marcador, el Ángel Ximénez de Puente Genil salió del vestuario al Guerrer@s Naver@s a sentenciar el partido. Y lo hizo con una puesta en escena fulgurante. Un parcial demoledor de 0-3 en menos de tres minutos, con goles de Serrano, Dorado y Dukic, silenció el pabellón local y disparó la ventaja hasta los siete goles (11-18). Esa brecha, lograda tan pronto, fue una losa psicológica para Nava y la plataforma de lanzamiento para los de Puente Genil, que llegaron a alcanzar su máxima renta poco después (15-22) en el minuto 45.

Como era de esperar, el cuadro local tiró de orgullo y, con el apoyo de su público, intentó una remontada a la desesperada. Liderados por Tahu Lufuanitu, los segovianos apretaron el marcador y llegaron a ponerse a cuatro goles en la recta final (21-25 y 24-27). Pero este Ximénez, a diferencia de la jornada anterior, sí supo gestionar la presión. Con una gran seriedad defensiva y sin temblarle el pulso en ataque, el equipo controló el tempo del partido hasta el final.

La victoria la sellaron los pontanos con madurez. Dos goles de Claudio Ramos y un tanto final de David Estepa certificaron un triunfo vital (24-30). Una victoria que es mucho más que dos puntos: es la confirmación de que este equipo sabe levantarse y tiene carácter para competir contra cualquiera, especialmente en duelos directos por la permanencia.