'El Setal' acoge una muestra de 'mail art' sobre setas
La muestra de mail art (movimiento artístico que usa los elementos propios del correo postal como soporte) El mundo de las setas se inaugura este jueves a las 20:30 en El Setal Organic Food (Fray Luis de Granada, 6). José L. Campal -poeta visual y editor de la revista ensamblada El Paraíso- es el comisario de la muestra y ofrecerá una visita guiada por esta singular exposición de pequeño formato.
En la sala de actos de “El Setal” pueden contemplarse, hasta el 30 de junio, las 136 piezas que conforman la muestra. Todas se han recibido durante los últimos cinco meses -como es preceptivo, por vía postal- procedentes de España, Francia, Italia, Argentina, Brasil, Macedonia, Dinamarca, Turquía, Rusia, Canadá, Estados Unidos, Alemania, Reino Unido, Grecia, Países Bajos, Bélgica, Suiza, Serbia, Rumanía, Hungría, Noruega, Ucrania, México, Irlanda, Polonia o Finlandia.
Según Campal, el arte postal, también denominado arte correo o mail art, y cuyos momentos embrionarios se remontan al dadaísmo, “es fundamentalmente arte conceptual e idealista, arte de urgencia y con una clara actitud experimental, vanguardista, indagatoria; arte arriesgado que aúna tradición y modernidad”.
Además, insiste el comisario, “se distingue por su baratura y accesibilidad, no son imprescindibles ni grandes ni medianos desembolsos económicos, ni disponer de local o estudio; en este sentido, puede catalogarse al mail art como un arte doméstico y fácil en tanto que está al alcance de cualquier persona con algo que decir”.
para Campal, “la rapidez o inmediatez en la elaboración de las obras mailartistas beneficia su eficiencia e instantaneidad, al no darse procesos de fabricación dilatados o complejos como los de ciertas artes plásticas.” Igualmente, a juicio del experto, “el mailartista se reserva la esencia de la práctica artística y repudia todo lo que estima que le es ajeno al acto creativo, esto es: la utilización bastarda de un estímulo creador con fines mercantilistas”, dado que, concluye Campal, proporciona “una libertad de maniobra sin precedentes, pues permite que sus cultivadores adopten y adapten, sin ninguna requisitoria, todo cuanto les resulte sugerente, sea cual sea el origen, método, estructura o contraindicaciones del préstamo”.
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