Manuel Carrasco, tu viento sopla valentía
El cantante presenta en la Plaza de Toros su último disco, ‘Bailar el viento’, un álbum “para los que viven, sobreviven y salen adelante”
Bailar el viento no es sólo el nombre del último disco de Manuel Carrasco. Es una oda a la valentía por aquellos “que viven, sobreviven y salen adelante”. Y de la manera que sea. Es un respiro. Un suspiro en un momento de auxilio. Una balsa en medio del mar. Una mirada que salva de un hundimiento.
El cantante onubense irrumpió en una abarrotada Plaza de Toros que vibró con él durante las más de dos horas de concierto. A la presentación de su último álbum,se le unió el repaso de toda su trayectoria, unos toques carnavaleros y el “estreno” de una canción compuesta a Córdoba en menos de 24 horas.
Tambores de guerra marcó el inicio de un concierto frenético, donde el público se entregó al artista en cada canción. Ya fuera con una balada o con un tema que provocara que los asistentes saltaran de sus asientos. Como ocurrió con Aprieta, Yo quiero vivir, Uno por uno, No dejes de soñar o Sígueme. Y al público no le quedó otra que seguir.
Con algunas de las canciones de su último disco, el cantante quiso que el público conociera su porqué. Pequeña sonrisa sonora tiene un poquito de lo que los seguidores le han dado a lo largo de su carrera. Es el alma de cada fan condensada en un cuaderno. Y de esa unión nació un poema que más tarde se convirtió en canción.
Le cantó al sentimiento de culpa por dejar de sentir, a ese miedo por no dañar, a esas hogueras donde ya sólo hay cenizas, a esa voz de dentro. El artista también habló de los amores imposibles. Pero que, a la vez, son los más intensos. De los que no son para siempre y de los te quiero que no se dicen. Ya no me mires que sabes puedo caer. Porque hay amores planetarios imposibles de frenar. Ni delante de la gente. Huidas entres dos fugitivos que inventan galaxias en noches de choques de estrellas.
Con la intención de “volver un poquito a mis orígenes”, Carrasco trajo a su concierto dos coplas de Carnaval. Cogió su guitarra y cantó Yo te vi pasar, “un tema que nadie conoce”. Pero el segundo despertó el sentimiento más carnavalero del público. Soy afortunado porque los mayores tesoros que tengo no los he comprao. Una risa de dos añitos, un pucherito, una familia o un ladrido que le espera en la azotea. O, simplemente, un amor.
Tesoros por los que luchar. O por los que librar mil batallas. O por los que luchar contra la soledad. Y “a esos machistas cobardes” que ahogan, que no callen tu verdad. Ni tu dignidad. La vida es libertad. Libre, esa mujer necesita del viento para que su alma se la lleve lejos y su silencio lo pueda gritar.
Tras el bis, Carrasco regresó al escenario con la compañía de un piano. Pegado a él, recordó temas como Qué nos está pasando, Porque... y Habla. Pero el cantante tenía una sorpresa para el final. En su viaje desde Argentina a Córdoba, Carrasco y su equipo compusieron una canción a la ciudad que presentaron en la Plaza de Toros en un completo silencio. Perderme en la Judería, en la callejuela de las Flores, deshojar margaritas en un patio de colores para besar primero en la callejuela del pañuelo, si tu quieres, esta noche.
Córdoba bailó el viento. Lo cantó. Lo vivió. Pero da igual cómo se haga, sólo importa una cosa: Siéntete orgulloso de quien eres.
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