La final del Concurso Nacional arranca tendiendo puentes entre la veteranía y el frescor juvenil
El Gran Teatro de Córdoba acogió en la tarde-noche de ayer el inicio del último tramo del XXIV Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba con la primera tríada de finalistas, uno por modalidad: al baile, a la guitarra y al cante y a la instrumentación (la nueva categoría, que arranca este año).
De hecho, la velada dio inicio con el pianista cordobés Alfonso Aroca, que interpretó Soleá 2.0 (soleá), una de sus últimas obras y la primera del que se anunció como su próximo proyecto, IMPULSO; y Faro al viejo mundo (farruca), de su primer trabajo publicado, Orilla del mundo (2014). Acompañándole a la percusión, el cartagenero Javier Rabadán, y a las palmas y nudillos, el gaditano Roberto Jaén y el catalán Matías López “El Mati”, este último protagonizando también el cante.
Tras ese número, arrancó el baile con el barcelonés Ricardo Fernández Ribas “El Tete”, uno de los bailaores más destacados y prometedores de este tiempo. Así, aunque le costó arrancar en la primera de sus tres intervenciones -por alegrías, acompañado de los veteranos José Andrés Cortés a la guitarra, y Juan Manzano, Miguel de la Tolea y Juanjo de Nayeli al cante-, a partir del segundo número cogió el vuelo y clausuró de forma magistral su intervención, concluyendo con un taranto y una soleá.
A la guitarra, el carismático madrileño Ángel Flores, que salió por taranta (Odisea, Ángel Flores) para comenzar su primer pase, continuó por soleá (Memorias, Ángel Flores) y terminó por malagueña y abandolao, con un magnífico acompañamiento del ya mencionado El Mati al cante. Siguió tras el descanso, en el ecuador del espectáculo, por alegrías, acompañado de un estelar Marco Flores, bailaor gaditano, con su memorable estilo y huella personal. Al cante, igual de ejemplares, El Mati de nuevo, junto a los jerezanos Manuel de la Nina y el Quini de Jerez.
Para cerrar la velada, la cantaora y compositora cordobesa Sara Denez, interpretando de seguido y con maestría los cuatro cantes de su intervención, acompañada con su guitarra en la malagueña de Chacón, y posteriormente con el ciudadrealeño José Tomás a la suya, en el resto del recorrido (farruca, soleá y serrana), dando punto final a este lunes de flamenco, que se ha vivido casi como la cesión del testigo de una generación de artistas a otra.
El concurso se prolonga hoy martes, a partir de las 20:00 en el Gran Teatro, donde se esperan otras dos horas y media de espectáculo en esta fase final.
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