Un “campamento prehistórico” para aprender en el Museo Arqueológico de Córdoba

Vacaciones de Cultura es un proyecto con el que los pequeños cordobeses tienen la oportunidad de aprender sobre la prehistoria a través de actividades donde ellos mismos recrean los elementos más característicos de este periodo. De la mano del Museo Arqueológico de Córdoba podrán descubrir durante el mes de julio cómo vivían los prehistóricos, despejar sus dudas y, por supuesto, visitar las instalaciones para conocer las piezas que allí se exponen.

“Los talleres comenzaron con el objetivo de que sea más sencillo acercarles la historia. Muchas veces, hacer el recorrido de un museo o algo más teórico les puede cansar”, explica Marta Victoria Moreno, una de las monitoras que los acompañarán en estos talleres. En la mañana de este martes podrán recrear las joyas que vestían en la prehistoria.

Algunos de ellos, por edad, ya saben que la prehistoria se divide en tres etapas, aunque los más pequeños mencionan a los dinosaurios. Así comienza el trabajo de estas monitoras, despejando dudas. “Si los dinosaurios y los humanos hubiesen vivido juntos, nos habrían comido como a chuches”, responde la monitora Rebeca Moreno con una sonrisa.

Desde la Delegación Territorial de Cultura, explican que este año buscan convertir “el museo en un campamento prehistórico en el que nos adentraremos en diferentes aspectos de la prehistoria a través de la realización de manualidades inspiradas en las piezas de ese periodo”. Estos talleres tendrán lugar todos los martes y jueves a las 11:00.

En este espacio conocerán “desde la tecnología al adorno personal pasando por las creencias”. En concreto, en el taller desarrollado este martes los pequeños pudieron conocer qué elementos se usaban en las pulseras y collares, como pequeñas piezas planas, conchas y caracolas típicas de la zona costera de Cádiz.

“A nivel histórico situamos a los chavales en la época y a nivel cultural y de patrimonio damos valor a los museos de la ciudad”, explica Rebeca. Además, les invitan a visitar el museo con sus padres o abuelos al terminar e insisten en la gratuidad de estos espacios para que vuelvan cuando quieran.

Rebeca y Marta aseguran que muchos de los pequeños “son tan curiosos y saben tanto” que se sorprenden de las explicaciones que ellos mismos les responden. “Con la propia actividad vamos enseñando cómo era esta época”, explican.

A lo largo del mes de julio, los pequeños podrán realizar sus propios adornos personales como brazaletes o collares, ídolos relacionados con las creencias religiosas e, incluso, descubrir cómo se usaban los telares en la prehistoria. De esta forma, desde el museo trabajan con un objetivo convertirse “en un campamento prehistórico en el que nos adentraremos en diferentes aspectos de la prehistoria ”.