GINÉS LIÉBANA
Una bossa nova y un poema para despedir en Córdoba a Ginés Liébana
Contaba Mateo Liébana que, en los últimos días de su padre, Ginés Liébana, éste le comentó lo importante para él que sería tener un sitio en Córdoba, la ciudad donde vivió su infancia y juventud, donde se pudiera visitarlo cuando ya no estuviera. Desde hoy, ese sitio está en el Paseo de los Ilustres, un pasillo ubicado en el Cementerio de San Rafael de Córdoba, donde la memoria del pintor y poeta estará viva, a unos metros de los restos de sus amigos Pablo García Baena y Ricardo Molina.
Porque la ciudad de Córdoba ha organizado un pequeño acto para homenajear a Liébana, el último integrante que quedaba del Grupo Cántico, que falleció en Madrid el 31 de diciembre de 2022, a los 101 años. Para el artista, Córdoba lo fue todo, a pesar de que se movió por el mundo más de lo que le correspondería a cualquier niño humilde criado en la posguerra española.
Liébana murió con la sonrisa congelada. Así es como lo recuerdan sus allegados. Por eso mismo, en el acto que se ha celebrado este martes en el Cementerio de San Rafael, ha sonado música alegre. La Garota de Ipanema que compuso Antonio Carlos Jobim ha sido una de las piezas escogidas por la familia para el acto, un guiño en recuerdo a aquella chica brasileña de la que el artista guardaba un recuerdo tan bonito que a veces parecía una fantasía.
También ha sonado Brasil, dotando de aire festivo un acto que, por costumbre, suele ser solemne y casi trágico, dos cualidades que para nada pegaban con la forma de ser del artista, que, no mucho antes de su muerte, confesaba que soñaba con volver a aquel país. “Me gustaría volver a Bahía. Esa ciudad es… Lo de Bahía es lo más artístico que he visto”, comentó en una entrevista en 2021, el año que se hizo centenario.
Aquel año, su poesía y pensamiento regó las librerías gracias a la iniciativa de varias editoriales, entre ellas la cordobesa Cántico, cuyo responsable, el poeta Raúl Alonso, ha escogido y leído un poema durante el acto de este martes. Ha sido Rincón, una oración destinada a dios que Liébana escribió en su juventud, y en el que exigía “la tibia posesión de un rincón” como alternativa a “la inútil soledad”.
En la inauguración de su monolito, la familia y amigos de Ginés han estado rodeados de artistas cordobeses y nombres de la cultura y la política, desde Vicente Amigo a Juana Castro, pasando por Fernando Vacas, Daniel Broncano o la exalcaldesa, Rosa Aguilar.
El alcade de Córdoba, José María Bellido, ha sido el encargado de cerrar el acto. Lo ha hecho recordando aquel cumpleaños centenario que pasó en casa de Ginés Liébana en Madrid, y leyendo un poema de Eduardo García, muy convenientemente escogido: “Mas si el destino está en quedar en nada / rema a contracorriente, a tumba abierta, /apurando los cauces, siempre alerta / al destello que inflama la mirada. / Si todo ha de acabar, muerde muy fuerte / cada hora que le robas a la muerte”
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