Los abusos y la desigualdad que sufrían las mujeres del siglo XVIII, bajo los ojos de Goya
La maja desnuda y La maja vestida se sitúan, sin lugar a dudas, entre los lienzos más destacados y referenciados de toda la obra de Francisco de Goya. Pero estos cuadros retratan únicamente a una de las mujeres de su época: la de la aristocracia. Pero había otras, la mayoría, que no ocuparon los focos de los pintores del siglo XVIII: aquéllas que sufrían y padecían la situación de desigualdad, de misoginia y de maltrato al que eran sometidas. Hoy, la Fundación Cajasol recupera en una muestra algunos grabados de los que el pintor zaragozano dejó constancia para denunciar una realidad oculta en la trayectoria de otros pintores coetáneos a Goya.
La exposición Las mujeres de Goya presenta una colección 55 obras de arte que pertenecen a cuatro grandes series de grabados Los Caprichos (1799), La Tauromaquia (1814-1816), Los Desastres de la guerra (1810-1820) y Los Disparates o Proverbios (1815-1824). En palabras de la comisaria de la muestra, María Toral, fue a través de esta pintura cuando Goya se sentía realmente “libre”, sentimiento que no experimentaba cuando recibía encargos de la Corte o de la Iglesia. A pesar de esta relación con el ámbito eclesiástico, la serie Los Caprichos “apenas pudo estar tres días a la venta ya que una denuncia de la Inquisición le obligó a retirarla”. En ella realiza una crítica a la falta de acceso de las mujeres a la educación, la prostitución, los matrimonios concertados o las acusaciones de brujería.
Por su parte, Los Desastres de la guerra “se ha considerado el primer gran reoprtaje gráfico de uan guerra”, ha comentado Toral, dado que en los trabajos se aprecian “los abusos de los soldados franceses sobre las mujeres, la mortandad de las madres y la posterior orfandad de sus hijos”. Aficionado también a la tauromaquia, Goya llegó a retratatar a una mujer torera de la época, La Pajuelera. Los Disparates es la unión de la realidad y la fantasía para continuar con su denuncia de falta de libertad en las mujeres.
Durante la presentación de la muestra, el presidente de la Fundación Cajasol, Antonio Pulido, ha explicado que “es una satisfacción para nuestra Fundación poder acercar esta innovadora visión del genio aragonés a todos los cordobeses, en el marco de nuestra contribución a esta etapa de reactivación que debemos construir entre todos. En nuestro caso, el esfuerzo, el compromiso y la responsabilidad que asumimos en este momento crítico es seguir acercando a nuestra tierra exposiciones y actividades de gran prestigio como ésta; unos contenidos culturales de primer nivel que ayuden a impulsar esta importante industria tan golpeada por la pandemia”. “Siempre con prudencia y cumpliendo con todas las medidas de seguridad y las recomendaciones del Gobierno”, ha puntualizado Pulido.
Por su parte, el alcalde de Córdoba, José María Bellido, ha agradecido al presidente de la fundación su apuesta y su compromiso para seguir trayendo cultura a la ciudad a pesar de la situación sanitaria actual. Aunque ha reconocido que la imagen universal que se tiene de Goya es la del cuadro La maja desnuda, la colección pone en evidencia que la mujer “también es lucha, solidaridad e inconformismo” y ha denunciado cómo hechos tan atroces como los que reflejó el pintor aún se siguen produciendo “en países de nuestro entorno”.
La exposición estará abierta al público hasta el 14 de marzo, de 11:00 a 14:00 y de 16:00 a 18:00, de lunes a sábado.
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