Sonrisas de colores para los niños del hospital
La iniciativa, surgida en Facebook, reúne a decenas de voluntarios que desde hace días decoran las cuatro plantas del centro hospitalario para los más pequeños | Se espera concluir los trabajos en octubre
A Carmen López siempre le gustaron las obras de arte que envolvieran a la gente. Cuando estudiaba Bellas Artes, soñaba con gestar alguna de esas obras gigantes con las que las personas pudiesen actuar. Hace unos meses, pasó muchas semanas en el área Materno-Infantil del hospital Reina Sofía de Córdoba. Carmen miró a sus paredes vacías, blancas y aburridas, y pensó en hacer una de esas grandes obras de arte. Pero no lo hizo por ese interés tan de artista como el de trascender. Lo hizo para dar las gracias, para dibujar una sonrisa en la cara de los niños que a diario recorren esos pasillos que hasta ahora eran impersonales y porque el hospital se lo merecía.
Y la sonrisa se dibuja de colores en cuanto se abren las puertas de los ascensores del Materno Infantil. Nada más salir, los pequeños pacientes se encuentran con la mascota de un megaproyecto que, además, al hospital no le va a costar prácticamente nada y va a cambiar su fisonomía de arriba a abajo. Un mono, Lolo para los amigos, recibe a los niños, que les abre la puerta de una inmensa selva que se extiende por las paredes de un hospital que no lo parece: un sitio alegre.
Carmen, que estuvo ingresada varios meses en 2013 con su hija prematura, ha bautizado el proyecto como Colores para alegrarte, y aunque es su alma máter prefiere no hablar de su obra. De hecho, no lo es. Lo que Carmen López, que nació en Puente Genil y es profesora en Fuente Palmera, hizo fue alumbrar una idea que empezó a correr como la pólvora por las redes sociales. Creó una fan page en Facebook en la que planteaba que no sería mala idea pintar las paredes del Materno Infantil para hacerles la vida más llevadera a los niños que tienen que pasar por allí y en pocos días tenía una lluvia de voluntarios. Al poco, se puso en contacto con el hospital. A su directora gerente, la doctora Marina Álvarez, le encantó la idea y a partir de entonces todo fueron facilidades.
El hospital puso a disposición de esta madre coraje a sus arquitectos, a su personal de mantenimiento y a sus técnicos. Carmen López necesitaba planos y las medidas de lo que se proponía pintar. Ella, por su parte, reclutó un equipo de arquitectos y diseñadores que comenzaron a dibujar de forma virtual cómo serían las cuatro plantas del hospital. Y ahora, otro ejército de pintores voluntarios está en pleno proceso de gestación. Cada tarde, cuando baja la actividad hospitalaria, acuden como un enjambre a los pasillos del hospital a dibujar (los que saben) y a colorear (los que también saben). Y en un tiempo récord el hospital empieza a cambiar de color de una manera asombrosa.
De hecho, el proyecto consiste en pintar cuatro plantas de una manera muy conceptual. En la primera se va a representar la Tierra, a través de esa selva repleta de animalitos. La selva, a estas alturas (se empezó a pintar a principios del verano), está casi acabada. Por eso, la próxima semana los pintores voluntarios (aquí hasta la pintura ha sido donada por Titán) pasarán a la segunda planta, donde comenzarán a dibujar una granja, un bosque y unos jardines. Quedará todavía la planta baja, donde las paredes acogerán un fondo marino, y la tercera, donde todo cobrará sentido. Allí existe un mural con historia. Allí vive Greta, que fue la protagonista de una campaña infantil para promocionar la donación de órganos (de lo que el Reina Sofía es líder en España) y que tenía un sueño: ser astronauta. Colores para alegrarte dibujará un cielo con sus estrellas, con su espacio cósmico y con sus naves espaciales para cumplir el sueño de Greta.
No será al menos hasta octubre cuando el proyecto, que empezó en Facebook, se acabe en un tiempo récord. En apenas un par de meses ha generado la atención de una multitud de voluntarios. Cada día, Carmen López hace de todo menos dibujar. “Yo lo que quiero es pintar”, lamenta, mientras organiza turnos, atiende a medios de comunicación, revisa el trabajo, negocia con el hospital y disfruta con los voluntarios, que también le cuentan sus historias. Una de ellas es la de Alberto, un joven diseñador gráfico que vive en Londres pero que conoció el proyecto por Facebook. Ni corto ni perezoso decidió pasar parte de sus vacaciones en el hospital Reina Sofía, haciendo lo que mejor sabe para alegrarle la vida a los niños. Todo es de color en verano en el Materno Infantil.
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