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Carmen Reina

15 de mayo de 2022 06:00 h

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Pasado el mediodía en uno de estos días de primavera, un rebaño de unas 60 cabras desfila por las cunetas de la urbanización Siete Fincas en plena Sierra de Córdoba. Los animales se distribuyen a ambos lados de la carretera y se comen la vegetación que inunda la zona más próxima a los arcenes y la que crece en los espacios limítrofes con las casas. Actúan como 'cabras bomberas' en un proyecto piloto en esta urbanización para acabar con el exceso de vegetación que se transforma en combustible en los incendios forestales. Y acaban de comenzar su labor preventiva contra los incendios, después de que las últimas lluvias hayan hecho crecer la hierba y la maleza considerablemente.

Al mando de esta particular dotación de cabras bomberas está Paco Gutiérrez, el pastor que las cuida y que las guía por las calles de la urbanización, acompañado siempre de tres perros que vigilan al rebaño. Él vive en Siete Fincas y ha sido parte fundamental de este proyecto de colaboración entre los vecinos y las cabras para eliminar de forma natural gran parte de la vegetación que puede crear problemas mayores ante un fuego forestal.

La iniciativa surgió del Grupo de Voluntarios de Pronto Auxilio Siete Fincas de la Sierra de Córdoba -que trabajan en la prevención de incendios en este entorno natural en el que proliferan las viviendas-, y ha fructificado en esta unión de pastores y vecinos para limpiar el monte en una zona donde entre las urbanizaciones Siete Fincas y El Jardinito suman unas 500 casas en plena Sierra, según ha explicado a Cordópolis el presidente del grupo de voluntarios e integrante de la directiva de la asociación de vecinos, Juan Jiménez.

El proyecto ha sido aprobado por las asociaciones vecinales y con él pretenden que las cabras formen parte de la labor de limpieza y conservación del monte en estas urbanizaciones, tal y como mandan los planes de autoprotección que deben tener las parcelaciones en un entorno como la Sierra.

Y a eso se han puesto manos a la obra las cabras de Paco. Desde el primer fin de semana de mayo y hasta agosto, el rebaño realizará una labor de eliminación de la vegetación, algo de lo que se beneficiarán las cabras con alimento fresco y sin tener que depender tanto del pienso en estos meses.

“Las cabras van comiendo todas las hierbas, de todo los tipos”, explica el pastor mientras alguna se queda más rezagada 'degustando' alguna especie en concreto. “Según pasa el tiempo, van escogiendo unas plantas u otras”, apunta Paco para señalar cómo estos animales irán comiendo de las distintas especies a lo largo de las semanas.

Mientras las cabras realizan su labor, algunos vecinos pasan con sus vehículos por la zona. Ralentizan el ritmo para pasar sin asustarlas y algunos, hasta se paran a echarles alguna fotografía. “En estos primeros días la gente pregunta, nos felicita, se paran”, explica Juan Jiménez. El grupo de voluntarios ha informado durante este tiempo previo a los vecinos de la iniciativa, de cuándo se ponía en marcha y su utilidad. Y unos carteles en las calles de la urbanización también informarán a quienes pasen por allí. E, incluso, “algún vecino pide que metan las cabras en su parcela”, apunta el pastor sobre la acogida de la iniciativa.

“Se trata de reducir el combustible ante posibles incendios. Nosotros lo hacíamos antes todo con desbrozadora y ahora, gran parte la harán las cabras y otra parte se hará con maquinaria”. De ese modo, se compartimentarán las zonas de la urbanización, utilizando los caminos con las cunetas limpias de vegetación como cortafuegos, para que sea más difícil la propagación de un incendio.

Las cabras de Paco han comenzado su tarea en el Camino Aguardentera y tienen mucha labor por delante. Luego, también se alimentarán de la vegetación de la vía pecuaria que pasa por la zona. Y los vecinos tratan de que a este proyecto se sume también algún pastor con sus ovejas, para que sea más numeroso y eficaz el dispositivo de animales contra los incendios.

De momento, el rebaño de cabras sale cada día pasado el mediodía y realiza su tarea hasta las 17:00 o 18:00 durante los primeros días. Irán alargando su jornada poco a poco porque, “después de un año paradas, tienen que ir cogiendo la forma”, explica el pastor. Ellas ajenas a la importancia de su misión, marchan a buen paso por las cunetas, cogiendo de allí y de allá la hierba que más le gusta, ahora que pueden escoger en el esplendor de la primavera.

La limpieza del monte del exceso de vegetación que puede convertir un fuego en inextinguible por medios humanos es lo que ha unido a vecinos y animales en este proyecto. Y, en paralelo, la Universidad de Córdoba realizará un seguimiento de esta iniciativa -exponen desde el Grupo de Voluntarios de las Siete Fincas-. Analizarán la vegetación, cómo actúa el ganado, lo estudiarán todo, para ver que esta idea se pueda extender a más zonas de la Sierra.

Junto a ello, los promotores de la iniciativa seguirán con su labor de concienciación sobre el peligro de los incendios forestales en plena Sierra Morena, con los cientos de viviendas que pueblan este entorno escogido sobre todo en verano por muchos cordobeses y sobre los que se dirigirán campañas para recordar la prohibición de hacer fuego y barbacoas, además de realizar simulacros y ejercicios en prevención de cara a la campaña de verano.

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