La litografía de Guesdon, ¿la primera fotografía aérea de Córdoba?
El Museo de Bellas Artes de Nantes conserva una litografía fundamental para conocer la historia contemporánea del urbanismo en Córdoba, una obra adelantadísima a su tiempo, una especie de Google Maps del siglo XIX que aún hoy en día no se sabe exactamente cómo se hizo. ¿Fue una fotografía? ¿Un grabado dibujado a mano desde un globo aerostático? ¿Un grabado sin globo alguno, basado en planos anteriores?
En 1853, Alfred Guesdon, un litógrafo, arquitecto y pintor francés, realizó una obra que cambiaría la manera de visualizar las ciudades: una vista aérea de Córdoba. Esta imagen, que forma parte de una serie de litografías de ciudades europeas, representa no solo un hito artístico sino también una ventana al pasado que revela los detalles urbanos de Córdoba en el siglo XIX. Sin embargo, el método utilizado para crear esta vista ha suscitado numerosas preguntas y debates entre historiadores y expertos en arte. ¿Podría considerarse esta litografía como la primera “fotografía aérea” de Córdoba, antes incluso de que la fotografía aérea tal como la conocemos fuera posible?
Hace unos años, Antonio Gámiz y Antonio Jesús García Ortega, de la Universidad de Sevilla, quisieron responder a la pregunta, para la que desarrollaron una investigación que publicaron en el Archivo Español de Arte.
Durante el siglo XIX, se desarrolló un creciente interés por representar las ciudades desde nuevos ángulos, en particular desde el cielo. Con la invención del globo aerostático y el daguerrotipo, aparecieron las primeras imágenes de ciudades vistas desde las alturas. Alfred Guesdon fue uno de los pioneros en esta técnica, combinando sus habilidades artísticas con los avances tecnológicos de la época para crear vistas aéreas de diversas ciudades europeas.
Guesdon nació en Nantes en 1808 y dedicó gran parte de su carrera a viajar por Europa, documentando las ciudades que visitaba. Su serie “L'Espagne à vol d'oiseau”, de la cual forma parte la vista aérea de Córdoba, es una de las más notables. Estas litografías son conocidas por su detalle y precisión, lo que ha llevado a algunos investigadores a especular que Guesdon podría haber utilizado globos aerostáticos o incluso fotografías primitivas para crear sus vistas.
La Córdoba del siglo XIX, desde el aire
La vista aérea de Córdoba realizada por Guesdon en 1853 es una obra de notable precisión. Al comparar esta litografía con el plano de la ciudad de Montis de 1851, se puede apreciar una correspondencia casi exacta en los detalles urbanos, lo que sugiere que Guesdon tenía acceso a información detallada sobre la ciudad. Sin embargo, la precisión de la imagen ha llevado a los investigadores e historiadores a preguntarse si Guesdon utilizó técnicas fotográficas, que ya comenzaban a desarrollarse en esa época.
En 1858, el francés Félix Tournachon, conocido como Nadar, patentó la primera fotografía aérea tomada desde un globo aerostático. Aunque esto ocurrió varios años después de que Guesdon realizara su obra, la exactitud de la litografía de Córdoba plantea la posibilidad de que Guesdon hubiera utilizado algún tipo de tecnología avanzada para la época, como fotografías desde globos o dibujos asistidos por imágenes fotográficas.
La hipótesis de Charles Clifford
Un aspecto fascinante de este debate es la posible colaboración entre Guesdon y Charles Clifford, un fotógrafo y aeronauta inglés que trabajó en España a mediados del siglo XIX. Clifford fue conocido por sus experimentos con globos aerostáticos y daguerrotipos, y se ha sugerido que podría haber colaborado con Guesdon en la creación de sus vistas aéreas. Aunque no existe evidencia directa de esta colaboración, la precisión de las litografías de Guesdon ha llevado a algunos expertos a especular sobre esta posibilidad.
La litografía de Alfred Guesdon de Córdoba en 1853 es mucho más que una obra de arte; es un testimonio visual de la ciudad tal como existía en el siglo XIX. Aunque no se puede afirmar con certeza que Guesdon utilizó técnicas fotográficas, la precisión de su trabajo y la posibilidad de una colaboración con Charles Clifford abren la puerta a interesantes especulaciones sobre los métodos que utilizó. En cualquier caso, esta litografía sigue siendo una de las representaciones más importantes de Córdoba y un testimonio del ingenio y la creatividad de Alfred Guesdon.
La exactitud de la litografía de Guesdon elaborada en pleno siglo XIX con la ciudad sobre plano, aunque con algunos escasos errores (de bulto para los investigadores) es el principal motivo que lleva a la conclusión de que la obra no es ni un grabado ni una fotografía, sino un camino intermedio en el que ambas disciplinas se dieron la mano.
En la colección sobre España, Guesdon dibujó y litografió 24 láminas, incluyendo 16 ciudades o lugares notables. Sólo se conocen 4 dibujos originales preparatorios de estas vistas: sobre Burgos y Córdoba conservados en el Museo de Nantes, sobre Cádiz, en el Institut Cartogràfic de Catalunya, y sobre Valencia, subastado en Sotheby’s.
La ciudad de Córdoba dibujada por Guesdon
La litografía de Guesdon es de un valor incalculable, pues retrata el urbanismo de una ciudad que aún no se ha desarrollado con la llegada del ferrocarril. El paper de los investigadores de la Universidad de Sevilla señalan que “a poniente, en primer plano, aparecen las arboledas de la Huerta del Rey, y más allá las del Paseo de la Victoria. Como fondo se aprecian las primeras estribaciones de Sierra Morena, precedidas por colinas y suaves accidentes topográficos, urbanizados o transformados en el siglo XX. El territorio contiguo al casco histórico, sustancialmente plano, estaría ocupado desde tiempos inmemoriales por instalaciones artesanales, que daban nombre a distintos arrabales (Ollerías, Tejares, Matadero…). Esta zona fue también ocupada por implantaciones religiosas que constituyeron un auténtico cinturón conventual, por entonces en estado de abandono. Se aprecian los antiguos monasterios de La Victoria al oeste, el de La Merced (ahora hospicio) y San Cayetano al norte, y los de San Juan de Dios y Madre de Dios, al este”.
Sorprende la ciudad amurallada, o el humo de la fábrica de sombreros de la plaza de la Corredera, en el actual mercado de Sánchez Peña. O la configuración original de las Caballerizas Reales, del Alcázar y hasta el skyline actual que dibuja la Mezquita Catedral de Córdoba, con su enorme torre. Las huertas y viviendas del Campo de la Verdad y hasta el fluir del río Guadalquivir.
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