Un humo persistente de baterías complicó las labores de extinción en la Mezquita de Córdoba
Hace apenas diez días del incendio de una Mezquita-Catedral de Córdoba que ya no solo conmocionó a la ciudad, sino que a todo el mundo. Aunque la rápida y elogiada intervención de los bomberos de Córdoba fue clave para controlar la situación, se siguen conociendo los detalles de una noche que supusieron desafíos adicionales al que se tuvieron que enfrentarlos equipos de emergencia. En este caso, hubo una presencia de baterías que generaron un humo incesante, dificultando el trabajo de los efectivos.
El canónigo Agustín Moreno, responsable de la Comisión de Seguridad del Cabildo de la Catedral, quien se trasladó a Córdoba con la “angustia del viaje” al enterarse del suceso, en palabras a COPE Pozoblanco, ha arrojado luz sobre este obstáculo crítico. Según Moreno, mientras los bomberos luchaban contra las llamas que afectaron principalmente a la capilla de la Anunciación y a su techumbre del siglo X, “había unas baterías que generaban un humo y que no dejaba trabajar a bomberos”. Este hecho supuso una dificultad considerable para la visibilidad y la seguridad de los equipos de extinción.
Para resolver esta situación de emergencia fue necesaria una medida extraordinaria. Por primera vez en los 17 años de experiencia del canónigo Moreno al servicio del Cabildo, un vehículo 4x4, una pickup de Protección Civil, tuvo que acceder a la histórica zona de Almanzor de la Mezquita-Catedral. La misión de este vehículo fue “sacar las máquinas que había con unas baterías que generaban un humo”, un hecho sin precedentes en la gestión de emergencias del monumento.
La alarma de incendio se activó a las 21:11:02, y el vigilante de seguridad avisó a los bomberos a las 21:12:00. Aunque la lucha contra el fuego fue intensa y requirió la movilización de hasta 35 efectivos, el incendio quedó controlado a las 00:17 del día siguiente. La rápida y coordinada respuesta institucional -en la que participaron Policía Local, Protección Civil, Policía Nacional y el personal del Cabildo (mantenimiento, seguridad y restauración)- resultó fundamental para contener los daños y permitió que la Mezquita-Catedral reabriera sus puertas al público a las 8:30 de la mañana siguiente.
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