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Un experto alerta de que la mitad de los afectados de glaucoma no están diagnosticados por falta de síntomas

El doctor Rafael Jiménez.

Redacción Cordópolis

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La mitad de los afectados de glaucoma no están diagnosticados debido a la ausencia de síntomas de esta enfermedad, según ha alertado Rafael Giménez, especialista del servicio de Oftalmología del Hospital Quirónsalud Córdoba, quien ha destacado la importancia de no retrasar el seguimiento y tratamiento de los pacientes con esta patología, que afecta al dos por ciento de la población.

Según ha indicado la institución hospitalaria en una nota, Giménez ha explicado, con motivo de la celebración este viernes del Día Mundial del Glaucoma, que el glaucoma crónico simple es la forma más frecuente de esta enfermedad, que es asintomática e irreversible.

Cuando produce síntomas por pérdida del campo visual, la enfermedad está muy avanzada, por lo que ha insistido en que la pandemia por Covid-19 “no debe llevar a que los pacientes de glaucoma pospongan sus citas, ya que supondría un empeoramiento de su estado”.

Esta patología, considerada, como la segunda causa de ceguera en el mundo, se caracteriza por un daño del nervio óptico que evoluciona hacia la atrofia y el daño en el campo de visual del paciente, siendo el factor más importante una elevación de la presión intraocular.

El especialista ha señalado que glaucoma afecta más de 64 millones de personas en el mundo y en 2040 podrían afectar a 110 millones de personas, según numerosos estudios. En España un 2,13 por ciento de la población sufre esta enfermedad y la incidencia aumenta con la edad, llegando a ser casi un diez por ciento en mayores de 80 años.

El Hospital Quirónsalud Córdoba ha celebrado un webinar destinado a pacientes de glaucoma, que tuvo lugar ayer en formato digital, en el que el doctor Giménez ha respondido a las preguntas de los pacientes sobre esta patología, cuyos principales factores de riesgo son la presión ocular elevada y los antecedentes familiares de glaucoma, y ha solventado las dudas más comunes.

En este sentido, ha insistido en que teniendo en cuenta que la enfermedad es asintomática, se recomiendan revisiones con toma de presión intraocular a partir de los 40 años, revisiones para las que se utilizan pruebas de diagnóstico y medición de la progresión rápidas y seguras, con toma de presión ocular, perimetrías automatizadas y pruebas de imagen del nervio óptico.

En caso de ser diagnosticado de glaucoma el paciente debe seguir estudios de progresión en los que se evalúa el avance del daño en el nervio óptico y el campo visual, ha indicado el especialista, que ha añadido que el glaucoma tiene importantes consecuencias en la calidad de vida.

Cuando el daño avanza, los pacientes con glaucoma pueden tener dificultades para reconocer rostros, poder leer y, en fases muy avanzadas, dificultad para la conducción. Otra consecuencia es el miedo a caídas, que pueden hacer que los pacientes de edad avanzada reduzcan cada vez su más su movilidad y autonomía. El glaucoma puede asociar también un estado de preocupación y ansiedad debido al propio diagnóstico y a los problemas funcionales que provoca.

Sin embargo, el tratamiento médico con diversos grupos de fármacos y el tratamiento quirúrgico permiten retrasar la evolución y en muchos casos evitar la ceguera y la evaluación de la progresión con visitas periódicas permite modificar los tratamientos para conseguir mayor eficacia y el retraso de la pérdida visual.

El Hospital Quirónsalud Córdoba ha incorporado las últimas técnicas de microcirugía mínimamente invasiva para tratar el glaucoma. La cirugía de glaucoma clásica (trabeculectomía) reducía la presión intraocular mediante comunicación desde el interior del ojo hacia el espacio subconjuntival, requería anestesia inyectada en la órbita y sutura con puntos.

Actualmente pueden realizarse diversas técnicas en función de las características del paciente, de la presión intraocular y del daño en el campo visual. Estos nuevos procedimientos con cirugía mínimamente invasiva tienen en común la posibilidad de anestesia local tópica, son métodos menos agresivos que la cirugía clásica y pueden combinarse con cirugía de catarata.

Así pues, se trata de técnicas rápidas en las que se utilizan implantes microscópicos de diversos tipos para comunicar el interior del ojo y el espacio subconjuntival. La recuperación del paciente es muy rápida así como su vuelta a su vida habitual.

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