Por Andalucía mantiene el tipo en Córdoba pese a la división de la izquierda
Hay veces que la caída no es tan dura como pudiera parecer. Todo el mundo era consciente de que la división iba a impedir sumar. Más bien la dinámica iba en la dirección contraria, por lo que la expectación estaba en torno hacia dónde iba a virar la mayoría del apoyo cuando la escisión otorgaba otro reparto de fuerzas para la izquierda. Sin embargo, la ilusión no se perdía en el entorno de Por Andalucía, la candidatura que aglutinaba fuerzas como las de Izquierda Unida, Más País, Alianza Verde o Verdes Equo y respaldada, a su vez, por Podemos. El objetivo pasaba, básicamente, por mantener el tipo en unas elecciones cuyo desenlace ha sido el punto final a los bloques de partidos. Estar ahí era la verdadera meta a alcanzar.
Y las sensaciones han radicado, desde primera hora de la tarde, desde el optimismo en la sede de Córdoba de dicha coalición, que se ha ido poblando de simpatizantes, así como de la primera plana del partido en busca de seguir el escrutinio, primero con incertidumbre, luego con algo de resignación y finalmente con la satisfacción de haber podido superar el vendaval. No eran pocos los frentes que había que superar y el logro de haber alcanzado un parlamentario, encabezado en Córdoba en la figura de José Manuel Gómez, ya dejaba alguna que otra sonrisa. La sede de Por Andalucía, ubicada en la calle Miguel Benzo, en el corazón de Ciudad Jardín, ha sido el centro de operaciones y de multitud de sentimientos y emociones encontradas durante la suma de los votos. Un resultado global que ya se preveía aunque para ellos estaba la incertidumbre de conocer hasta dónde iba a llegar el techo tras estas elecciones.
“Aquí hace falta más alegría”, se escuchaba por parte de uno de los miembros. “Al menos se ha conseguido evitar que Vox entre en el Gobierno”, decía otra simpatizante. Un golpe de optimismo en una marea de caída general en Andalucía para su formación, pero que en Córdoba sigue demostrando tener ese pequeño pero irreductible sector fiel a unas ideas. Y conforme avanzaba el recuento, la tranquilidad aumentaba ante lo que parecía cada vez más seguro, que Por Andalucía en Córdoba iba seguir representada en el Parlamento andaluz. Incluso, pese esa alegría moderada, la posibilidad de un resultado mayor con una unión completa de todas las fuerzas de la izquierda también rondaba en el ambiente. Pero eso ya era, como suele decirse en términos deportivos, nada más que fútbol ficción.
Cercano a las 20:30 de la noche fue cuando compareció en escena pública José Manuel Gómez Jurado, el candidato de Por Andalucía en Córdoba, quien, en primer término, quiso recalcar que “se han conseguido en Córdoba los mejores resultados de Andalucía”. En concreto, en porcentaje de voto para dicha formación. Eso sí, a continuación matizó que “los resultados en general han sido malos, eso no podemos escurrirlo, pero aquí son los mejores de Andalucía”, recordando a su vez que habían “llegado tarde a la hora de crear la confluencia” y que “hay una falta de movilización de la que tenemos que sentirnos responsables”. Con todo, respecto a este aspecto, Gómez ha resaltado que “no solo ha sido nuestra responsabilidad”, pues también han influido “factores que no controlamos, como los medios de comunicación, especialmente Canal Sur”.
En otro orden de cosas, el parlamentario cordobés se ha mostrado preocupado porque “2.600.000 personas se han quedado en casa” y “todo lo que tiene que ver con sacar a la gente de la política es perjudicial para la izquierda”, exponiendo a su vez que “la batalla es cultural, es ideológica, no es material”.
Finalmente, el candidato de Por Andalucía ha querido culminar su mensaje con una dosis de “esperanzada”, dejando presente que “ahora vienen unas municipales”, por lo que “tenemos que trabajar en ellas, juntas, como hemos hecho en esta confluencia maravillosa” y subrayando que “trabajamos para los nadie, para los que nada tienen y para los hijos de nadie”. Así se ha puesto el broche a una intensa jornada electoral para la formación de izquierdas, sostenida con el aplauso y el grito de “¡sí, se puede!” de todos los simpatizantes presentes.
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