¿Ha llegado a tu ciudad la furgoneta de Ximénez? De cómo un pueblo cordobés ilumina la Navidad de medio mundo
Prácticamente en el centro geográfico de Andalucía, el río Genil se encaja y forma un natural cruce de caminos. En ese punto, se acaban tocando las provincias de Córdoba, Sevilla y Málaga, en una especie de frontera natural dibujada por el principal afluente del Guadalquivir, con un caudal constante gracias a las aguas del deshielo de Sierra Nevada. En ese cruce de caminos nació Puente Genil, uno de los topónimos españoles que mejor definen a un pueblo.
Ese caudal constante y ese cruce de caminos motivó que a principios del siglo XIX se construyese en Puente Genil un molino de harina con un sistema de molienda que iba a alimentar a gran parte de Andalucía. La fábrica de La Alianza, todavía en pie, se amplió a finales de siglo con la construcción de la primera central hidroeléctrica de España que permitió a Puente Genil ser el segundo municipio del país, tras Barcelona, en tener un sistema de alumbrado eléctrico en sus calles. Fue en 1888. Las aguas del Genil permitieron encender las calles Don Gonzalo y Contralmirante Delgado Parejo. España tardó un siglo más en llevar la luz eléctrica a todos los municipios del país. En 1981 se pudo iluminar Sotres, en los Picos de Europa.
Hoy, casi un siglo y medio después de aquel hito, entre octubre y noviembre de cada año decenas de furgonetas con una equis gigante llegan a cada rincón de España y a los cinco continentes del Planeta procedentes de Puente Genil. Son los trabajadores de Ximénez Group, una empresa con sede precisamente en este pueblo cordobés, que cada año ilumina la Navidad de las principales calles españolas y de medio mundo. Pero no solo. En unas semanas, luces de Puente Genil alumbrarán en un espectáculo de luz y sonido uno de los principales estadios del Mundial de fútbol de Catar.
Estos días de octubre y noviembre son especialmente intensos en los dos grandes almacenes que Ximénez Group tienen en Puente Genil. Cerca de 600 trabajadores diseñan y montan los miles y miles de metros de alumbrados navideños que casi a cada hora van saliendo desde las fábricas hasta sus destinos. Ximénez es la principal compañía de iluminación de España y una de las cinco más importantes del mundo. Sus luces van a llegar este año por vez primera a las antípodas de Puente Genil, a Nueva Zelanda. Iluminan 250 grandes ciudades de más de 40 países del mundo, desde Manhattan hasta la plaza Roja de Moscú, pasando por el castillo de Stirling en Reino Unido o todo el centro de Madrid. “Ya solo nos falta iluminar la Luna”, bromea el responsable de exportación de Ximénez Group, Fernando Cabrera, desde el expositor de la fábrica en el que se muestran las últimas novedades de la empresa, como un enorme libro led en el que se cuenta en un formato gigante y espectacular la historia del rey Melchor.
El propio Cabrera compara la historia de Ximénez con la de otras grandes compañías. “Estamos acostumbrados a escuchar que Apple nació en un garaje, Facebook en la Universidad... bueno, pues en Iluminaciones Ximénez la semilla es una pequeña estrella en un escaparate con bombillas tradicionales en Puente Genil”, explica.
Una multinacional que nació en una tienda de electrodomésticos en la posguerra
En 1945, Francisco Jiménez regentaba una pequeña tienda de electrodomésticos en Puente Genil, el segundo municipio de España en tener alumbrado eléctrico en sus calles. Para aquellas navidades, Francisco Jiménez diseñó con sus propias manos una estrella, que decoró con bombillas incandescentes, y la colocó en su negocio. A la tienda no le pudo ir mejor. Decenas de curiosos se agolpaban en su tienda para ver aquella estrella de Navidad tan original en unos años tan oscuros como los de la Posguerra española. En pocos días, Jiménez se quedó sin electrodomésticos que vender. Al año siguiente, otros comerciantes le pidieron que les construyera estrellas de Navidad. El propio Ayuntamiento de Puente Genil pensó que era una buena idea encargarle un alumbrado eléctrico para las principales calles del pueblo. Se multiplicaron las visitas de los pueblos de alrededor, aumentaron las ventas... y al año siguiente eran los municipios vecinos los que también querían tener su propio alumbrado eléctrico en fiestas.
Y ahí comenzó todo. Francisco Jiménez orientó su negocio hacia los alumbrados y comenzó a instalarlo también en la multitud de ferias y fiestas de los pueblos de Andalucía. La segunda generación de los Jiménez, ya Ximénez, decidieron dar un salto más y llevar sus alumbrados a todos los rincones de España. La tercera generación, la actual, son los que llevan 15 años haciéndose un hueco en el mundo y los que han llevado la luz de Puente Genil a iluminar más de 40 países.
Ahora, en las navidades de 2022, no es tan fácil conseguir “el efecto ohhhh” como en 1945. En los tiempos de los filtros de Instagram, los alumbrados de Ximénez se siguen colando entre las fotos de los influencers. Pero especialmente, los espectáculos de luz y sonido que ha diseñado la compañía en los últimos años. Un caso de éxito es el de la calle Larios de Málaga, con su famoso túnel. Desde el día en el que se encienda hasta que se apague, a diario decenas de autobuses descargan a miles de excursionistas que acuden a Málaga solo a ver las luces de la Navidad.
Y esto es algo que también sucede en Europa. Fernando Cabrera pone el ejemplo de Ostende, una ciudad belga, que hace años se puso en contacto con Ximénez. Ostende recibía por navidades a unos 400.000 visitantes, una cifra considerable pero que las autoridades locales creían escasa para tratarse de una ciudad con clara vocación turísticas. El primer año en el que estrenaron el alumbrado navideño de Ximénez duplicaron la cifra de visitantes y se fueron a los 800.000. Al tercero llegaron a 1,2 millones. Ahora rondan los 1,6 millones, explica Cabrera.
En 1945, Jiménez detectó cómo con una sola estrella de Navidad vendía todo su inventario. En 2022, las ciudades compiten entre sí por estrenar el mejor alumbrado, el que más público atraiga. El caso más paradigmático de España es Vigo, en Galicia. Allí, Ximénez no llega entre octubre y noviembre, no. Sus furgonetas comienzan a tirar cable por la ciudad en agosto, en un acto inaugural en el que su alcalde, Abel Caballero, saca todo el pecho posible. En juego está disputar la corona de la ciudad de la Navidad, algo que asegura un retorno económico seguro.
Vigo es uno de los ayuntamientos que trabaja codo con codo con Ximénez y que reclama estrenos espectaculares. Muchas de esas instalaciones se suelen probar en las calles de Puente Genil, donde como en 1888 cada año se estrena un alumbrado que busca conocer qué es lo que provoca ese “efecto ohhhh”. Otras se guardan en secreto en el interior de la fábrica de Ilmex, también en Puente Genil, y se presentarán en febrero en la feria de Frankfurt. Y otras están en la misma sede, donde se pueden visitar. Allí está el gigante libro led que narra la historia del rey Melchor (o lo que se quiera diseñar), una muestra del túnel que se instaló el año pasado en la calle Larios (para estas navidades Ximénez ha anunciado una gran sorpresa), farolas y grandes árboles de Navidad.
Pero, ¿cuánto cuesta encender todas esas luces?
La responsable de comunicación en Ximénez Group compara lo que gasta encender 16 árboles de Navidad como los que hay en el muestrario de Puente Genil: “lo mismo que enchufar un secador de pelo”. En 2007, mucho antes de que la factura de la luz multiplicase su precio, Ximénez comenzó a trabajar con alumbrados led. Ese año, la empresa comprobó que sustituir las bombillas incandescentes de toda la vida por leds era algo que no podía traer nada más que ventajas.
El consumo, aseguran, es un 90% más bajo que el de las bombillas incandescentes. Pero es algo que todavía tiene margen de mejora, explican desde la empresa. A final de mes tienen previsto anunciar un nuevo sistema, patentado en Puente Genil, por el que se podrá ahorrar aún más en consumo. La factura será un 50% más baja y la contaminación asociada al encendido de los alumbrados un 95% menor, prometen. La firma fue reconocida como uno de los 101 ejemplos empresariales de acción por el clima en la Cumbre del Clima celebrada en 2019 en Madrid.
Justo al fondo de ese gran expositor de Ximénez en su fábrica de Ilmex un sensor abre una puerta. Como si de un escenario se tratase, tras esa puerta está la fábrica desde la que se van sucediendo diferentes planos de trabajadores montando luces. El montaje llega a ser hipnótico, con cables que se encienden y se apagan, árboles que se llenan rápidamente de luces y diseños que se multiplican casi hasta el infinito en una cadena que se pierde a la vista. Dentro, hay centenares de trabajadores de Puente Genil y la comarca que con sus propias manos le dan forma a las luces de Navidad de medio mundo.
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