Córdoba alberga varios campos de concentración franquistas no señalizados
La provincia de Córdoba alberga un buen número de campos de concentración del franquismo que no tienen ningún tipo de señal que indique su negro pasado. Desde una iglesia a un centro de tratamiento de drogodependientes (reconvertido en punto de venta de segunda mano), varios colegios o parte de una base militar del ejército de tierra. La provincia de Córdoba fue uno de los puntos clave durante la contienda civil y donde más se ejerció la represión.
De hecho, es la provincia andaluza que más campos de concentración no señalizados tiene en su territorio. Y Andalucía fue, a su vez, la comunidad autónoma que más campos albergó. Ahora, el periodista Carlos Hernández, ha documentado todos estos espacios en una investigación plasmada en el libro Los campos de concentración de Franco, que ha servido para arrojar luz sobre un capítulo de la historia que el franquismo se encargó convenientemente de ocultar.
Los campos señalizados –en los que al menos se ha instalado una placa que recuerde para qué fueron utilizados– son una excepción. Por la mayoría pasan, visitan, estudian, se alojan o acuden a espectáculos miles de ciudadanos al día sin ser conscientes del horror que encerraron esos mismos lugares concebidos para castigar al enemigo rojo.
En Córdoba, los cuatro campos de concentración no señalizados, según Carlos Hernández son los siguientes:
- Base Militar de Cerro Muriano
En las instalaciones militares del mismo nombre. Funcionó, al menos, desde octubre de 1938 hasta, al menos, junio de 1939. Oficialmente no consta que superara los 500 prisioneros. Hoy el recinto forma parte de la Base Militar del Ejército de Tierra de Cerro Muriano.
- Centro Reto en Córdoba La Vieja (Córdoba)
Ubicado dentro de la finca Córdoba La Vieja. Este terreno también acoge las ruinas de Medina Azahara. Ubicado en una parte conocida como Suerte Chica o Suerte de los Prisioneros, funcionó desde enero hasta finales de noviembre de 1939. Llegó a congregar a unos 4.000 prisioneros. Hoy alberga un centro de rehabilitación de drogodependencias.
- Convento de San Cayetano e Iglesia del Buen Pastor (Córdoba)
En la Iglesia del Buen Pastor y en el Convento de San Cayetano. Funcionó, al menos, desde marzo de 1938 hasta, al menos, agosto de 1939. Superó el millar de prisioneros. Ambos edificios se conservan.
- Convento de los Padres Franciscanos (Lucena)
En las escuelas del convento de los padres franciscanos. Operó desde el 12 de julio de 1938 al 8 de julio de 1939. Superó los 1.500 prisioneros, aunque su capacidad era de solo 300. El edificio continúa en uso.
Córdoba, la provincia andaluza con más centros de detención
Más allá de estos cuatro puntos, en Córdoba hubo otros ocho centros de detención y trabajos forzados entre 1936 y 1959. Algunos, como el de Cabra, tuvieron la particularidad de que acogieron a mujeres, que fueron sometidas a las mismas torturas que los hombres. Córdoba es, también en este caso, la provincia andaluza que más campos de concentración albergó en su territorio.
Los ochos campos restantes fueron:
- Los Blázquez: El pueblo entero fue rodeado con una alambrada y utilizado como campo.
- Valsequillo: El pueblo entero fue rodeado con una alambrada y utilizado como campo. Allí estuvo cautivo el humorista Miguel Gila
- La Granjuela: El pueblo entero fue rodeado con una alambrada y utilizado como campo
- Peñarroya-Pueblonuevo: Ubicación desconocida
- Fuente Obejuna: Ubicación desconocida
- Montilla: En los colegios femeninos Rebaño de María y La Aurora
- Aguilar de la Frontera: En un colegio de reciente construcción situado en la calle Pozuelo
- Cabra: En un edificio situado en la Plaza Calvo Sotelo (actual Plaza Vieja)
El historiador Francisco Navarro López, profesor de Historia Contemporánea de la Universidad Carlos III de Madrid y de Historia Económica de la Universidad Autónoma de Madrid, de hecho, señala que, de los 13 campos de concentración que existieron, en la actualidad solamente están señalizados 3, los de La Granjuela, Los Blázquez y Valsequillo. De los otros diez no hay ninguno señalizado.
Los señalizados son una excepción
“Cada día miles de españoles pasan por delante de edificios o entran a lugares que fueron utilizados como campos, en los que fueron encerrados miles de prisioneros que sufrieron horrores e incluso muchos murieron. Es vergonzoso y no tiene parangón en el mundo”, lamenta el periodista Carlos Hernández, que reclama como “imprescindible” la señalización de los mismos. “Es necesario tanto para informar a la ciudadanía como para rendir tributo a quienes allí sufrieron, con los que tenemos una deuda porque si acabaron allí fue por defender la democracia y la libertad”. Sufrieron torturas físicas, psicológicas y represión ideológica: tenían que comulgar, ir a misa, o cantar diariamente el Cara al Sol, ha documentado Hernández.
Con el objetivo de avanzar en su identificación, el PSOE ha registrado una iniciativa en el Senado que insta al Gobierno a que impulse las medidas necesarias en colaboración con el resto de administraciones para señalizar los que aún quedan en pie. El objetivo es que estos espacios que “conviven en nuestro día a día” y por los que pasan “miles de personas sin conocer su terrible historia” sean identificados, reza el texto.
La proposición aún no se ha debatido, pero el Ejecutivo ha recogido el guante y lo planteará en la próxima reunión con las comunidades. Fernando Martínez, secretario de Estado de Memoria Democrática, se muestra confiado en que la Ley de Memoria salga adelante esta legislatura, pero “en tanto se aprueba”, la idea del Gobierno es que “la visibilización” de los campos se convierta ya “en una línea prioritaria”.
Fuente: investigación de Carlos Hernández plasmada en el libro Los campos de concentración de Franco y la página web homónima.
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