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La plataforma contesta a Gallardón que la Mezquita nunca ha sido de la Iglesia

Interior de la Mezquita Catedral de Córdoba. | MADERO CUBERO

Redacción Cordópolis

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El colectivo ciudadano asegura que el ministro “habló equivocadamente de un plazo de dos años para impugnar la inmatriculación” y denuncia que “ha sido el Obispado quien se ha apropiado” del bien

La Plataforma Mezquita-Catedral, Patrimonio de Tod@s ha negado, a través de una nota de prensa, que “haya que expropiar a la Iglesia el universal monumento de Córdoba por una sencilla razón: nunca fue propiedad de la entidad católica, aunque haya sido su usuaria durante siglos”. Este colectivo reacciona de esta manera a la intervención de ayer en el Senado del ministro de Justicia Alberto Ruiz Gallardón, que contestó las preguntas del senador de IU José Manuel Mariscal, y que consideró que la expropiación de la Mezquita de Córdoba es “un despropósito económico y jurídico”. Según la plataforma, ha sido “justo al contrario”, ya que a su juicio “ha sido el Obispado de Córdoba quien se ha apropiado de un bien de incalculable valor, tal como reconoció ayer el ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, en su comparecencia en el Senado, mediante una simple inmatriculación irregular por apenas 30 euros”.

La Plataforma, por tanto, pide la nulidad de esta inscripción, “que se efectuó en base a dos artículos predemocráticos de la Ley Hipotecaria que equipara a la Iglesia con la Administración y a los diocesanos con fedatarios públicos, afectos de inconstitucionalidad sobrevenida por vulnerar el principio de aconfesionalidad del Estado. En consecuencia, ya derogados por la propia Constitución desde 1978”, agregan. “Prueba de ello es que el propio ministro de Justicia reconoció ayer la existencia de dicho privilegio eclesiástico, lo que ha forzado al Gobierno a derogar los dos artículos citados, aunque sin carácter retroactivo y concediendo un año más de carencia para que la Iglesia Católica pueda seguir registrando bienes por esta vía anómala”, destaca este colectivo.

Por otra parte, la plataforma Mezquita-Catedral asegura que “Gallardón habló equivocadamente de un plazo de dos años para impugnar la inmatriculación de la Mezquita-Catedral, realizada en 2006 con el nombre de Santa Iglesia Catedral de Córdoba”. Según detallan, “el artículo 207 de la Ley Hipotecaria establece un plazo cautelar de dos años para que las inmatriculaciones realizadas por la Iglesia Católica surtan efectos contra terceros, lo que supone admitir la excepcionalidad y la clandestinidad jurídica con la que se practican. Sin embargo, este plazo no impide en ningún caso la reclamación de la titularidad ni la impugnación de la nulidad de la inmatriculación, y así lo ha reconocido el Tribunal Supremo en sentencias como la del 15 de enero de 2001”.

Tal como ha expresado “reiteradamente” esta plataforma ciudadana, “el ministro de Justicia también reconoció ayer que la inmatriculación no implica título de propiedad”. Así pues, la plataforma confía en que “no invoque en informe alguno la inmatriculación como prueba de la titularidad de la Iglesia Católica de la Mezquita-Catedral, y mucho menos practicada conforme a dos normas inconstitucionales que el propio ministro se ha visto forzado a modificar. En ausencia de criterios jurídicos, Gallardón empleó argumentos confesionales como la Reconquista, desechados científicamente por todas las universidades del mundo, e inaceptables en un Estado aconfesional y democrático de derecho”.

Por último, la plataforma señala que el ministro de Justicia se refirió “permanentemente al monumento con el nombre de Mezquita, tal como se le conoce popular y universalmente, incluso en su designación como Patrimonio Mundial por la Unesco. Si hubiera empleado esta denominación para solicitar una entrada en el monumento, los propios encargados no se la habrían dado porque el único nombre que utiliza el Obispado es el de Catedral. Y es precisamente este cambio de denominación y la adulteración de la historia, ejemplos burdos de la gestión abusiva con que el Cabildo de Córdoba está poniendo en peligro su calificación como Patrimonio Mundial por la Unesco”.

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