El órdago de Podemos le pone pegamento al pacto de gobierno en Córdoba
Ha sido al revés de como estaba previsto. O no. Pero el órdago que el jueves lanzó Podemos a Izquierda Unida para que abandonase gobiernos conjuntos con el PSOE en los Ayuntamientos, entre ellos el de Córdoba, ha conseguido lo contrario de lo previsto. Ahora, en Córdoba el pacto de gobierno está más unido que el jueves y las pocas voces dentro de Izquierda Unida que empezaban a plantear la necesidad de replantearse el acuerdo con los socialistas no solo se han apagado sino que han cerrado filas. Incluso Ganemos, un grupo donde dos de sus concejalas (Vicky López y María Ángeles Aguilera) son de Podemos, se ha desvinculado de este órdago.
El documento de Podemos, que su secretaria general en Andalucía, Teresa Rodríguez, calificó este viernes de “borrador”, sentó como un tiro en Izquierda Unida en Córdoba. El jueves por la noche, la coalición de izquierdas convocó a todos sus órganos. La cita concluyó prácticamente de madrugada, después de que muchos dirigentes tomaran la palabra para lamentar la “invitación” de Podemos, para recordar que IU tiene en Córdoba “más alcaldías que el PP” y mucha más historia. En la cita se escuchó el sintagma “esto es una humillación” en más de una ocasión e incluso hubo quien comenzó a dudar de la conveniencia de seguir adelante con la famosa “confluencia” electoral con Podemos (o Ganemos) para las próximas elecciones municipales de 2019.
A principios de año, y en Madrid, Podemos, IU y Equo iniciaron la negociación para presentarse de manera conjunta a las elecciones municipales y autonómicas del 2019. Entonces, siempre desde Madrid, IU pidió pocas cosas. Una de ellas fue la de que el candidato a la Alcaldía de Córdoba perteneciera a su organización. Córdoba es una ciudad simbólica para IU, donde ha gobernado varias décadas. Pero en las últimas semanas, en la negociación comenzó a plantearse que no, que en Córdoba más que candidato sería candidata y que probablemente acabaría siendo una mujer vinculada a Podemos. Después llegó el documento de Podemos, algo que ha hecho saltar por los aires, al menos en la provincia, la negociación para la famosa confluencia.
Podemos en Córdoba no tiene la misma estructura que IU. Incluso tiene cargos que ya le han desobedecido. Es el caso de Priego, donde su único concejal ha decidido no solo apoyar al PSOE en una moción de censura contra el PP sino incluso entrar a formar parte con bastantes competencias del gobierno municipal. Podemos tiene una estructura provincial y local debilitada. La local, tras las dimisiones tempranas en el Consejo Ciudadano de la capital. La provincial, por la decisión de no presentarse con marca propia a las elecciones municipales, lo que ha hecho que muchos de los ediles hayan decidido ir por libre.
Es el caso de Ganemos Córdoba. La asamblea de esta agrupación de electores es soberana. Tanto que a finales del año 2016 su asamblea planteó entrar en el gobierno del Ayuntamiento de Córdoba (cuando lo rechazó en junio de 2015). El cogobierno no le abrió las puertas entonces, ni se espera que lo haga ahora.
Este viernes, en un duro comunicado, Ganemos se desvinculaba de Podemos. Además, la formación acaba de iniciar un debate interno sobre qué hacer en 2019. Gran parte de la asamblea apuesta directamente por la confluencia con IU (y con Podemos), pero hay otra parte que no lo ve con buenos ojos. En la asamblea se recuerda que ya se intentó la confluencia en 2015 y muchos, incluso, tienen diferencias más que importantes con IU desde hace muchos años. Algunas fuentes empiezan a pensar que la asamblea acabe partida, que una parte de Ganemos se integre en la asamblea y que otra parte decida conservar la marca y presentarse en solitario a las elecciones de 2019.
Mientras tanto, en el PSOE el anuncio de Podemos ha causado más expectación que preocupación real. Este viernes, el concejal socialista Emilio Aumente decía que el documento se presentaba ahora como una manera de estar presente en las primarias del PSOE de este domingo. Hasta algunos sanchistas de Córdoba lamentaban que la intención última pasaba por romper todos los puentes de un futuro pacto y beneficiar, de esta manera, a la candidatura de Susana Díaz, rizando el rizo de la conspiración.
Pero en el PSOE confiaban en que IU no iba a dar marcha atrás. Muchos socialistas, de los más mayores, aseguraban que en IU y en el PCE hay una cultura heredada desde hace décadas y es que cumplen a rajatabla lo que firman. Ahora hay, si cabe, más pegamento que antes.
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