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“¿Pero por qué no puede el dueño de un patio cordobés alquilar una habitación?”

Patio de arquitectura moderna de la plaza de las Tazas, 11 | TONI BLANCO

Manuel J. Albert

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Uno de los reclamos turísticos por antonomasia de Córdoba -y que no deja de crecer- es el del Concurso de los Patios. Sus propietarios los abren para que puedan ser visitados y los ganadores reciben premios en metálico y subvenciones. A cambio, se deben atener a unas normas de cuidado para preservar la esencia del festejo. Pero algunos de los dueños opinan que la redacción es ambigua y perjudica una práctica que consideran no solo natural, sino además beneficiosa para la imagen de la ciudad y el cuidado de estas casas singulares: el alquiler de habitaciones para turistas.

Esta ha sido la razón esgrimida por el jefe de departamento de Ferias y Festejos del Consistorio para enviar sendas cartas a las propietarias de los patios de la calle Frailes, 6 (Vesubio) y plaza de Las Tazas, 11. En las misivas puede leerse: “Consultada la relación del Listado de Establecimientos Registrados, facilitada por la Delegación Territorial en Córdoba de la Consejería de Turismo y Deportes de la Junta de Andalucía”, se ha detectado que la viviendas de la Plaza de las Tazas, 11 y calle Frailes, 6 “están registradas como establecimientos turísticos” lo que implica “el incumplimiento de la base Segunda de las Bases reguladoras del Concurso de Patios Cordobeses”.

¿Y qué dice esta Base Segunda? Aquí viene el problema. Para las dueñas afectadas no queda claro en absoluto que, fuera del calendario del Concurso, los dueños no puedan alquilar habitaciones con fines turísticos si siguen residiendo en sus propias casas. El punto en disputa dice lo siguiente: “No podrán participar en este Concurso Municipal aquellos patios solicitados por entidades con ánimo de lucro o que pertenezcan o estén incluidos dentro de hoteles, hostales, restaurantes, bares, apartamentos turísticos o cualquier otro establecimiento de hostelería, así como aquellas casas cuyos solicitantes utilicen la marca patio publicitariamente para atraer beneficios mediante alquileres u otro tipo de actividades comerciales durante el periodo de desarrollo del concurso, estén inscritas o no en el Registro de la Junta”.

Tanto Cristina Bendala (responsable del patio de la plaza de Las Tazas) como Virginia Molina (de El Vesubio) piensan recurrir la decisión adoptada y ya han pedido una reunión con la alcaldesa de Córdoba, Isabel Ambrosio. “No somos las únicas a las que nos ha pasado esto. Sabemos que hay más gente y creo que deberíamos de unirnos todos”, dice Virginia, que ya fue expulsada hace años por algo parecido. “No es de recibo que con todo el esfuerzo enorme y el trabajo que tiene mantener un patio como este, con todo el turismo y riqueza que traemos a la ciudad, se nos diga algo así”, prosigue.

Virginia, además, destaca que patios como el suyo, constantemente abiertos a la participación de los vecinos y a la realización de todo tipo de actividades artísticas y culturales, viven con toda naturalidad el hecho de recibir unos días a turistas que “algo ayudan al mantenimiento del patio”.

Por su parte, Cristina liga estrechamente el carácter hospitalario y abierto del patio cordobés con el hecho de ofrecer la experiencia de vivir en uno a un turista. “Siempre lo hemos hecho fuera del concurso por razones obvias. Por eso no entendemos esta medida adoptada sin haberse puesto antes en contacto con nosotros, de manera oscura y aplicada de forma totalmente discrecional”, termina.

Y Virginia añade: “Esta es una práctica que ocurre en otros lugares y no pasa absolutamente nada”. Mientras tanto, ya les han retirado las subvenciones que reciben y el Quinto Premio en Arquitectura Moderna que Cristina recibió en el último Concurso.

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