Y Miguel Hernández jugó con los niños a crear poemas
El Poemazo sumerge a escolares en la creatividad y la imaginación para enseñarles el mundo de la poesía
El Poemazo
Un pompón de color amarillo y otro de color azul en las manos de niños de entre 4 y 5 años. Sólo con eso y su propia imaginación basta para crear su mundo, para ver el cielo, la playa o un río en el color azul o las estrellas, el sol, un limón o unos espaguetis en el pompón amarillo. Y también para conocer a Miguel Hernández y jugar con uno de sus poemas a partir del campo de trigo amarillo y el mar azul: “En este campo/ estuvo el mar./ Alguna vez volverá./ Si alguna vez una gota/ roza este campo, este campo/ siente el recuerdo del mar./ Alguna vez volverá”.
Imaginación, creatividad y poesía se dan la mano así en el espectáculo El Poemazo que, dentro del programa formativo de Cosmpoética 2014, lleva el mundo de la poesía hasta los escolares desde las edades más tempranas. Al mando de este espectáculo en el Teatro Góngora, la escritora de literatura infantil Gracia Iglesias, que con su disfraz de vivos colores se mete en el bolsillo desde su primera aparición a los pequeños, venidos este martes desde los colegios Al-Andalus, López Diéguez y Divina Pastora.
“He perdido una cosa”, les dice Iglesias. Un mar de manos levantadas y de voces intentan dar con la respuesta: “¡La creatividad! ¡La imaginación! ¡El cerebro!”. Pero no. Aquéllo que van a buscar a lo largo del espectáculo es la inspiración; inspiración para crear y recitar poemas. Prestos, los pequeños grandes poetas, se erigen en voluntarios para ayudar a la escritora y, a partir, de ahí, la imaginación echa a volar.
Poemas de Miguel Hernández, de Jaime Ferrán y de Francisco Vighi, entre otros, salpican esta puesta en escena entre el cuentacuentos, el teatro y la música puestos todos al servicio de la poesía. Y, sobre todo, al servicio de la imaginación de los pequeños, que con sus pompones siguen pintando cuadros en su mente, recreando la arena dorada de la playa y el mar azul, aprendiendo que eso, también se puede decir en una poesía:“Tendido junto al mar/ cierro los ojos/ y hasta la oscuridad/ se vuelve oro/ mientras las olas suenan/ cercanas como una gran caracola/ donde están todos”.
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